Con su lado de mujer. Luz Stella Núñez
Efluvios
Almas de hombres
Los besos
Llegamos
Mi impreciso
Pobre alma
Herencia genética
Quiero enamorarte
Esta espera
Puedes
De segundos
Sola
Algo de ti
Otra vez
No puedo
Hideout
Rayo (R. F.)
Versos viejos
Música y voces
Esta alma
Prestado
Certeza
Ellos y yo
Transeúnte
Poseída
Don
Desigualdad
Qué reparo
Cuestionamiento
Vida
Regocijo
Humanidad inmigrante
Esa sensación
Para tu alma extranjera
Mediaustina
Dónde
Como madre
Cien años de Margarita
Viajera
Engranada
Verso repetido
Muñecas
Fémina
Horror
Narcotráfico
Gritos de venezolanos
Autora
Prólogo
En nuestra cultura, el hecho de que las mujeres expresen su pasión ha sido un tema tabú. Ha habido algunos progresos al respecto. Hoy son capaces de comentar sus experiencias sentimentales (las cuales nunca han tenido problema en discutir) y las pasionales, terreno todavía nuevo para nosotras en el uso de la palabra.
Siempre me ha llamado la atención el que tácita o expresamente se sancione el sentir de la mujer. De pronto cada vez menos, pero aún perceptible. Es un tema todavía velado. Es algo vergonzoso que no se trae a colación en la cotidianidad.
¿Por qué es tema de censura? No lo sé. Para mí es algo completamente natural, sorprendente y mágico. ¿Cuántos años de evolución necesitó nuestra piel para llegar a sentir? No hay diferencia entre la piel masculina y la femenina en cuanto a sentir se refiere.
El por qué a las mujeres no se nos permite expresar estos sentires sino en el ámbito de la intimidad, si es que se nos permite sin calificarnos de desvergonzadas, no lo entiendo. Y aunque para mí es un tema natural, pocas veces hablo de él, y solo en contextos que a mí me parecen apropiados, precisamente por estos parámetros culturales, tan conservadores, de los cuales soy víctima y que me aprisionan.
¿Por qué para el sexo opuesto no es tema vedado? Desafortunadamente, lo trata con mucha desfachatez, ordinariez, de manera burlesca y con poco respeto; esto que nos une, en esta vastedad cósmica, al principio vital, a nosotros, humanidad tan transeúnte…
Estoy convencida de que la pasión es algo que se debe tratar con tanta naturalidad como cuando nos referimos al miedo, a la ira, a la alegría, al amor, a la tristeza, a la sorpresa, al asombro, sentimientos propios de nuestra inteligencia emocional.
Siento que soy afortunada, muy afortunada, al poder expresarlo en poesía. Es un aporte a todos los géneros, y en especial, al femenino. También considero que aporto en algo al pago de lo que se le adeuda a la mujer.
Por eso este poemario; en estos versos hay una forma diferente, delicada y tierna de expresar la pasión.
La autora.
Pasión desnuda
¡Cuántas veces desnudé mi pasión
para que nuestros fuegos se aquietaran...!
Y seguía incólume mi deseo,
apegado a tu piel,
rondándola.
Pegado a tu cuerpo
y a tu vientre.
Estos estallidos que no se oyen,
incendios sin llamas
que me consumen dentro.
Esto aquí encerrado en mi piel
y que va más allá del cosmos.
Este sentir, mío y único,
repetido en cada ser humano.
Piel sensora
¿Cuándo se volvió
tan sensible esta dermis?
¿Cuántos millones de años
se necesitaron para el legado
de neurotransmisores
que se me dio?
¿Es acaso poco el asombro
que esto me produce?
Basta un roce,
un simple roce tuyo
y mi piel enloquece.
¿En qué parte del cosmos
se centra tanta sensación?
Inmigrantes
Yo aventé a mis hijas
a otros mundos
(presa del pánico del mío).
A otras tierras,
donde quizás
se consigue el pan
más fácilmente,
tal vez menos amargo.
A otros horizontes
donde el sol de su destino
podría irradiar más.
Y me quedé con mi alma
desolada con su ausencia,
y con la rabia,
aquí dentro,
con este mi país y el suyo,
que no ofrece garantía
a su juventud exuberante,
a sus manos ávidas
y a sus mentes brillantes,
alquiladas a otros puertos.
Desbordado