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concepto de función de producción, a corto plazo, es pertinente. Se plantea también cómo podría conformarse una función de producción de largo plazo.
¿Qué papel cumple la PMgK en la acumulación de capital?
Aquí se intenta establecer el sentido y el papel de la PMgK en el proceso de acumulación de capital.
En particular, se analiza si es posible y, al mismo tiempo, si tiene sentido que se equipare la tasa de beneficios con la PMgK. Por otra parte, interesa establecer si es la PMgK o bien la EMgK, o ambas, las que cuentan en el proceso de acumulación de capital.
¿Cómo se relacionan la producción y la distribución?
Nuevamente se está frente a un antiguo —y nuevamente también, olvidado— problema que se remonta a la etapa de Ricardo y los economistas clásicos y al que se procura poder responder al menos en parte, proporcionando algunos elementos de juicio, habida cuenta que ya Mill (1909) sostenía que debían analizarse por separado los procesos de producción y distribución, separación que no sería correcta, como se demuestra también en el libro.
¿La distribución puede y necesita explicarse vía Q agregada?
También esta pregunta se relaciona con la CC y propone el interrogante de si la función de producción agregada, suponiendo que fuera posible su conformación, es pertinente y suficiente para explicar la distribución del ingreso.
¿Existe una tendencia decreciente en la tasa de ganancia?
Para los clásicos existiría una tendencia decreciente en la tasa de ganancia. Este tema se planteará en varias oportunidades a lo largo de este libro, pero las principales conclusiones serán abordadas de manera explícita también, como los temas anteriores, al procurar dar respuesta a todos los interrogantes formulados.
3. Posibles respuestas a las preguntas sobre teoría del capital
Como se ha señalado ya, se intentará en este punto dar respuestas a las preguntas recientemente formuladas. Tal cual se ha adelantado, no necesariamente se responderán en el mismo orden en que fueron propuestas.
Supuestos
Se explicitan a continuación los principales supuestos que se utilizan para las respuestas a las preguntas del punto anterior y a lo largo de los siguientes desarrollos:
En la primera etapa se considera que los problemas de medición del capital no son tales, o que no perturban los desarrollos efectuados.
También en una primera etapa, se supone que las empresas están en equilibrio y las expectativas de los empresarios respecto a sus ganancias esperadas se cumplen.
Este supuesto es menos fuerte que los que se efectúan respecto de la coincidencia entre los valores esperados y verificados, por ejemplo, de la tasa de inflación.
Esto es así porque la coincidencia entre la producción y ventas, por ejemplo, se consigue por el mecanismo de prueba y error; el de igualación entre las ganancias esperadas y realizadas es también de factible cumplimiento porque los empresarios pueden controlar una buena parte de las expectativas que los gobiernan, no así en el caso de la inflación.
Se considera el análisis dentro del período —o sea, el año, como generalmente se propone en macroeconomía.
Esto es, no se propone un análisis intertemporal, sino centrado en el período de tiempo en el que los agentes efectúan sus previsiones y decisiones.
La producción, tanto de bys como de bienes de capital, se lleva a cabo mediante una función de producción Q = AF (N,K) (Antonelli, 2007b) que emplea solamente trabajo (N) y capital (K) mediante una determinada tecnología A y que opera bajo condiciones de rendimientos decrecientes a la escala; vale decir, los costos marginales son crecientes aunque ocasionalmente se considerará una función de producción homogénea-lineal (HL), proponiéndose en una primera instancia que no hay cambios en la tecnología, dada por A, que se normaliza a 1.
La homogeneidad lineal significa que la función tiene rendimientos constantes a la escala, lo que a su vez implica que el nivel de precios es constante (véase Antonelli, 2013, libro III, y Chiang y Wainwright, 2006).
La función de producción Q = AF (N,K) tiene derivadas primeras parciales positivas y segundas negativas.
Existe una tecnología conocida, A, que representa también la productividad de todos los factores.
El componente A —cuando la función de producción es multiplicativa— es asimismo el factor que permite trasladar las unidades en que se expresan los recursos productivos —trabajo y capital— desde sus propias y respectivas unidades a aquellas en las que se expresa el producto.
Se analizará en primer lugar el caso más común de los libros de texto de Macroeconomía, en los cuales se propone la producción Q conformada por la de bienes de consumo, C, y de capital, I, siendo ambos parte de Q que representa el universo de nuevos bienes producidos por la economía, estando expresado Q en términos reales o físicos, pudiéndoselo también proponer en términos monetarios, multiplicando el producto por P que se define, por ahora, simplemente como el precio de Q.
Consecuente con el supuesto anterior, P es también el precio de C e I.
La economía produce los bienes de capital que son, como se decía, parte del producto Q; cuando estos bienes de capital se han completado, se transforman en capital.
K, se deprecia a una tasa d, exógena, que depende del ritmo de desgaste físico y de obsolescencia, y el capital, como se indicó, tiene un precio PK, que en una primera instancia se considerará dado (más adelante, cuando se analice el modelo de dos sectores, se propondrá que el precio del capital, que se tomará como igual al precio de los nuevos bienes de capital, se obtiene en el mercado respectivo; véase Antonelli, 2013).
Cuando se distinga entre la producción de bys y la de bienes de capital, se incluirá un subíndice para denotar de qué tipo de