Espiritualidad y Mística Popular. Bernardo Olivera

Espiritualidad y Mística Popular - Bernardo Olivera


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la certeza no proviene de la evidencia de lo que veo sino de la adhesión a la Persona que ve.

      ≈ Credibilidad razonable: conviene, podemos, debemos creer.

       Realidad eclesial

      ≈ Nadie cree solo, aunque el acto creyente sea personal: ¡Creo lo que juntos Creemos!

      ≈ Creyendo me adhiero a lo que nosotros creemos según las profesiones de fe o credos (Símbolo Apostólico, Símbolo de Necea-Constantinopla, Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI...).

       Realidad pedagógica

      ≈ La pedagogía de la transmisión de la fe se ha desarrollado en los cuatro grandes títulos del Catecismo Romano: el Credo, los sacramentos, los mandamientos y la oración del Padrenuestro.

      ≈ Por una parte se tratan los misterios de la fe en Dios Uno y Trino, tal cual son confesados (símbolo) y celebrados (sacramentos) y por otra parte, la vida humana conforme a esa fe (a una fe que se hace operante a través del amor), que se hace concreta en el modo de vivir cristiano (Decálogo) y en la oración filial (el Padrenuestro).

      ≈ Estos mismos títulos forman hoy el esquema general del Catecismo de la Iglesia Católica.

       Realidad cultural

      ≈ Siendo el objeto de la fe siempre el mismo, la forma de vivirla y expresarla varía según la cultura del creyente.

       Síntesis: la fe es adhesión a la Persona y asentimiento a su Palabra en el seno de la Iglesia, la cual nos transmite la fe a fin de que la confesemos, celebremos, la oremos y la convirtamos en vida según nuestra propia circunstancia cultural.

      La Liturgia nos impulsa a conservar en la vida lo que hemos recibido en la fe. Los sacramentos que se celebran litúrgicamente son sacramentos de la fe, es decir: la presuponen y la alimentan.

      Ahora bien, la Historia de salvación, contenida y narrada en la Biblia tiene su momento cumbre en Cristo nuestro Redentor. Y, más propiamente, en su Misterio Pascual, es decir, en el misterio de su pasión, muerte, resurrección y ascensión por el cual se realiza la salvación humana y la perfecta glorificación de Dios.

      Este Misterio de Cristo o Misterio Pascual se continúa en el tiempo en el Misterio de la Iglesia, a través de la cual Cristo, presente en ella por su Espíritu, comunica su vida a los hombres a lo largo de toda la historia. Y la presencia de Cristo en la Iglesia es particularmente intensa en la Liturgia.

      Es decir que la Liturgia es la constante actualización del Misterio Pascual de Cristo Redentor, que glorifica al Padre y salva a los hombres. En más palabras, y no propias sino del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica:

      La Liturgia es la celebración del misterio de Cristo y en particular de su misterio pascual. Mediante el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo, se manifiesta y realiza en ella, a través de signos, la santificación de los hombres; y el Cuerpo místico de Cristo, esto es, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público que se debe a Dios. La Liturgia, acción sagrada por excelencia, es la cumbre hacia la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de la que mana su fuerza vital (218-219).

      De todo lo anterior se desprende una conclusión importante: la Liturgia está en el corazón mismo de la espiritualidad cristiana, y debe estar en la base de todas las espiritualidades; ella es la fuente en la que se encuentran las diferentes espiritualidades de la Iglesia.

      Por otro lado, no exageramos si decimos que: si la Espiritualidad es vida según el Espíritu y la Liturgia es celebración del Misterio Pascual de Cristo, entonces la espiritualidad es liturgia y la liturgia es espiritualidad.

      7. Concilio Vaticano II, Lumen gentium 8 y 4.

      8. Santo Tomás de Aquino, Suma teológica II-II, 23, 2 y 7.

      9. San Juan de la Cruz, Noche II, 5, 1.

      10. Benedicto XVI, Porta fidei 7.

      11. Ver, Catecismo de la Iglesia Católica 144-184, 1810-1829.

      12. Concilio Vaticano II, Lumen gentium 63.

      13. Ratzinger, J. Introducción al Cristianismo, Salamanca: Sígueme, 1969, p. 57.

      14. Véase, como simple botón de muestra, el párrafo 7.

      15. Francisco, “Carta a Eugenio Scalfari”, fundador del diario la Repubblica, Vida Nueva 1:18 (sept-oct 2013), p. 24.

      16. San Agustín, Carta 120; Cf. 147.

      17. Olivera, Bernardo. “Carta sobre Contemplación (19-III-1980)” en: Siguiendo a Jesús en María I, pp.13-15.

      18. Ver Concilio Vaticano II, Lumen gentium 62: participación en el sacerdocio de Cristo y participación de María en la mediación del único Mediador.

      19. Francisco, Lumen fidei 57.

      20. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium 10.

      21. Catecismo de la Iglesia Católica 1075; Cf. Documento de Aparecida 290.

      MÍSTICA

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