Reflexiones de un monje budista. Thupten Chophel
CUANDO LA BONDAD SE INSTALA EN NOSOTROS
La bondad es una inclinación natural hacia el bien. Si llegamos a ese estado de dicha inclinación hacia el bien de forma natural y espontánea, habremos conseguido un gran logro y avance. Además con esto conseguiremos muchos amigos y una sonrisa se dibujará frecuentemente en nuestra boca.
Hoy en día el llegar a este estado de bondad natural es muy difícil, pues hay infinidad de obstáculos hacia el bien, y sólo una gran determinación puede llevarnos a superarlos. El actuar y pensar en el bien, no significa que todo el mundo va a estar de acuerdo con nosotros o que nos van a valorar y reconocer públicamente dicha actitud bondadosa. Sino que nosotros independientemente de la situación, estamos acostumbrados a orientarnos hacia el bien. Ahora bien, no hay que ser simplistas, y si tenemos bondad y buen corazón, podemos actuar también de forma contundente y airada, siempre con el ánimo de beneficiar a los demás, pues no siempre se puede ayudar a los demás con buenas palabras y consintiéndoles todo. En ocasiones una energía fuerte y contundente siempre bajo control interior y con buena intención, es la mejor forma de ayudar. Desde el punto de vista del Budismo una persona orientada muy negativamente con actos muy negativos, por la ley de causa y efecto o karma, en el futuro, bien en esta vida o vidas futuras, sufrirá enormemente, por ello si se nos presenta la ocasión adecuada, le podemos producir un gran beneficio si le paramos los pies en seco. Aunque sea sólo por ese momento le evitaremos hacer sus acciones negativas y por tanto sufrimiento posterior. Además en la sociedad, hay que procurar defender un espacio de convivencia positiva y por ello, no se puede permitir todo, sin ningún tipo de control, pues así la sociedad se convertiría en un caos.
Desde mi pobre experiencia interior, es posible llegar a un mínimo estado estable de bondad interior, después de años de práctica continuada en el camino espiritual que estemos recorriendo, sea a través de una religión o no. Con estos años de práctica estable, se consiguen equilibrar muchas situaciones y purificar muchos karmas negativos, y además ganamos seguridad y confianza en nuestro camino. Ser bondadoso un día y perder luego la bondad por una semana no es indicativo de haber llegado a un estado de bondad estable, por ello repito se requiere una gran determinación y fuerza interior para conseguirlo y un tiempo más o menos largo. Además tal y como adelantaba antes, en este estado de bondad natural, no se espera recompensa a corto plazo, sino que es una actitud que se mantiene día y noche, independientemente de lo que suceda. Lo normal será que si mantenemos una actitud bondadosa y de beneficiar a los demás de forma habitual, también mejore nuestra situación familiar y social, pero no siempre es así, o a veces lleva mucho tiempo el producirse estas mejorías.
La influencia y compañía de personas bondadosas es un pequeño tesoro que debemos de alimentar y recordar, pues no abundan y nos darán fuerza, determinación y claridad en nuestro camino. Así en las relaciones que elegimos, que no nos vienen impuestas por trabajo o familia, es importante escoger personas bondadosas y positivas. Esto nos disipará un montón de obstáculos.
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