Armas ocultas de Satanás. Bernardo Olivera

Armas ocultas de Satanás - Bernardo Olivera


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malicia, su falsedad y relativismo. Para colmo, Satanás puede presentarse también como ángel de luz: Lucifer.

      La pregunta que subyace a este libro es la siguiente: ¿cómo actúa en nuestros días el Príncipe de este mundo (Jn 12:31; 14:30; 16:11; Cf. II Cor 4:3-4), oculto y encubierto en el misterio de impiedad, potenciando su influjo... (II Tes 2:3-12)?

      Un inicio de nuestra respuesta creyente es esta: muchos cultos, prácticas, doctrinas, ideologías, instituciones, sectas, corrientes de pensamiento... pueden ser, y tantas veces son, armas ocultas de Satán que pretende subyugarnos como esclavos de su reino. Las primeras víctimas, claro está, son los adeptos, practicantes y discípulos de estos grupos e instituciones. Pero esto no queda aquí, también muchos cristianos son atraídos o arrastrados hacia lo falso y oculto. Sería una traición no proclamarles a unos y a otros la buena noticia de la Resurrección del Señor Jesús.

      En este contexto me vienen a la memoria una palabra proféticas de San Juan Pablo II, las encontramos en su obra “Memoria e Identidad”:

      Cabe preguntarse: ¿a qué se refiere el Papa cuando habla de “otra ideología del mal más insidiosa y celada”? La respuesta es hoy día fácil de dar: la Ideología de género, que se disfraza de “perspectiva” o teoría. Arma oculta de Satanás de patética actualidad, instrumento de poder que no derrama sangre humana sino que lava los cerebros y cambia la mentalidad.

      Pero, como toda ideología, debido a su intrínseca falsedad, así como nació, morirá. Pero, ¿por qué permite Dios el azote de este mal? El mismo San Juan Pablo II nos ofrece una respuesta:

      El Santo Padre ha citado a un clásico de la literatura universal. Resulta interesante conocer el contexto de la cita. Helo aquí en versión poética tratando de ser más fiel al original alemán:

      Fausto

      En vosotros, el nombre claramente,

      lo que sois nos anuncia:

      todo está averiguado

      cuando Luzbel, espíritu malvado,

      padre de la mentira se os anuncia.

      ¿Quién eres?

      Mefistófeles

      Una parte de esa fuerza

      que el bien siempre produce

      cuando solo en el mal siempre se esfuerza.

      Fausto

      ¡No sé a qué tal enigma nos conduce!

      Mefistófeles

      Yo el Espíritu soy que siempre niega

      y con razón, pues todo cuanto llega

      en el mundo a nacer, no vale nada;

      y mucho mejor fuera,

      que nada en él naciera.

      Lo que en su pensamiento,

      perdición o pecado llama el hombre

      aquello a que vos dais, de mal, el nombre,

      Dejando de lado cualquier juicio condenatorio de las personas, nuestro interés se centra en desenmascarar al enemigo y recordar siempre que: Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo querido, en quien tenemos la redención, el perdón de los pecados. Vivid como hijos de la luz y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas (Col 1:13-14 y Ef 5:8-11).

      Siendo imposible presentar todas las doctrinas, formas y rituales del ocultismo, expondré al menos algunos. En lo que sigue abordaremos: la Superstición-Adivinación-Magia, el Espiritismo, las Religiones Afroamericanas, la Masonería, la Nueva Era (New Age) y la Ideología de Género. Lo que más me interesa es la respuesta cristiana a todas estas realidades, en cierta medida y forma, ocultas y engañosas. La Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia nos ayudarán a alumbrar la tenebrosidad de la confusión.

      1. Para una “demonología” desde el punto de vista bíblico, espiritual, teológico y pastoral, ver: Olivera, B., Líbranos del Malo, Buenos Aires: Talita Kum Ediciones, 2018.

      2. Santo Tomás, Suma Teológica, I-II, c.80, a.4.

      3. Juan Pablo II, Memoria e Identidad, Buenos Aires: Planeta, 2005, 3.º ed., pp. 24-25.

      4. Ídem, Ibíd., pp. 29-30.

      5. Johann Wolfgang Goethe, Fausto (Parte I, escena III), Edición de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2003, pp. 105-106, traducción de: Manuel Antonio Matta Goyonechea (1826-1892).

      SUPERSTICIÓN, ADIVINACIÓN Y MAGIA

      El discurso sobre las supersticiones ha de ser precedido por una palabra sobre la virtud de la religión. Se podría pensar que la virtud de la religión está pasada de moda. Más aún en un mundo secularizado. Pero la religión, como respuesta a la llamada divina, por medio de ritos encarnados en una cultura, es un fenómeno universal y permanente. Humanamente hablando se trata de una forma de justicia debida a Dios, creador, providente y remunerador.

      Los motivos que animan y fundamentan este culto y el cultivo de la relación con Él son dos:

       Por parte de Dios: debido a su inmensa grandeza, manifestada como Creador, el culto es el reconocimiento de su omnipotencia manifestada en la creación.

       Por parte nuestra: el culto es la aceptación agradecida de su grandeza, lo cual nos lleva a reconocer que nuestra vida es don de Dios y que a Él retornaremos al fin de esta vida.

      En cuanto cristianos, hemos de agregar que el culto debido a Dios ha de estar informado por las virtudes teologales. Nosotros damos culto a Dios con la fe, la esperanza y la caridad. Estas tres virtudes nos conducen a adorar, agradecer, pedir, desagraviar... a Dios. Esto, a su vez, nos lleva a la entrega amorosa y misericordiosa


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