Extracto de tiempo. Angel O. George Varela

Extracto de tiempo - Angel O. George Varela


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      Índice de contenido

       Sinopsis

       Extracto de tiempo

       Agradecimientos

       Buffer Overflow

       La colección

       Fallo de sistema

       Perder el tiempo

       Juicio premeditado

       La voz

       El famoso caso de la Concretera

       Sueño eterno

       Contracto

       El erial de los miserables

       Laylah

       Datos de autor

       Sinopsis

      Extracto de tiempo es una antología de relatos de ciencia ficción en los que se intuye un extenso y sólido sustrato. Con aires de obra clásica, Ángel O. George ha elevado en unas cuantas páginas un universo de mundos interconectados a través de la fina línea que separa el sueño de la vigilia, la realidad de la ficción, y donde el lector puede atreverse a sumergirse, a riesgo de quedar atrapado por la onírica red espacio-temporal que el autor plantea. A través de los relatos que componen el libro, viajaremos a una Tierra invadida por alienígenas que han ocupado los cerebros de la humanidad, conoceremos androides programados para matar o una sociedad en la que los hombres pueden vender el tiempo que les queda de vida a cambio de dinero.

logoequili Extracto de tiempo

      © 2020, Angel O. George Varela

      © 2020, La Equilibrista

       [email protected]

       www.laequilibrista.es

      Primera edición: 2020

      © Diseño y maquetación: La Equilibrista

      Imprime: Ulzama Digital

      ISBN: 9788418212567

      ISBN Ebook: 9788418212574

      Depósito legal: T 989-2020

       Queda prohibida la reproducción total o parcial de cualquier parte de este libro, incluido el diseño de cubierta, así como su almacenamiento, transmisión o tratamiento por ningún medio sea electrónico, mecánico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin el permiso previo por escrito de: NOCTIVORA, S.L.

      Agradecimientos

      A los que de una manera u otra hicieron posible esta publicación. No es sencillo concebir un primer libro; hay demasiadas preocupaciones llegando desde un sinnúmero de ángulos. Gracias a la editorial y su equipo por apostar por este proyecto, por la confianza y, sobre todo, al señor Alberto Trinidad, que guio los pasos de esta edición..

      A Ernesto Alejandro Cárdenas, que iba a colaborar con la ilustración de portada, aunque al final no fue posible. Igual tengo una deuda contigo, y será saldada.

      A Abel Guerrero (Abelito), mi casi tío y más que un hermano, por sus críticas siempre acertadas, su manera de analizar mis cuentos y su disposición contagiosa a leer cuanta historia se me ocurra escribir. Eres de otro mundo.

      A Yadiris Luis, la primera editora crítica de este manuscrito. Gracias por tus consejos editoriales y por los minuciosos análisis.

      Agradecer a quienes se inventaron un pedacito de tiempo para darle una primera lectura a este libro. Y también a esos pocos que pedí de favor sus críticas o comentarios, pero que nunca encontraron espacio en la agenda para prestarme su ayuda u opinión.

      A Rosmery Leal, que fue la primera persona en devorar el borrador final (como una loca, aunque espero que no termine realmente loca algún día). Lo hizo tan rápido que me tomó por sorpresa.

      A Luisa M. Marín, por sus interesantes valoraciones y por advertir errores en los detalles que yo solo ya no hubiese encontrado; aunque estoy seguro de que aún quedaron otros por corregir.

      Agradecer a las personas a partir de las cuales se nutren muchas de estas artificiosas historias. A Gabriela Roig, Sofía Vila, Lauren San Juan, Enmanuel George, y todos en los que encuentro inspiración (son muchos por mencionar) para mis personajes.

      A mi amigo Wilson J. Murillo, que un día me dio el empujón que necesitaba para poder seguir escribiendo. Hay cosas que no se olvidan, aunque el tiempo pase.

      Agradecerles a ustedes, los que van a darme la oportunidad de narrarles. Gracias por dedicar un pedazo de su tiempo a descubrir estos mundos.

      A mi Gaby Moon; siempre.

      Buffer Overflow

      Cuando el error se hace colectivo

      adquiere la fuerza de una verdad.

      Gustave Le Bon

      La humanidad apenas recordaba el principio de la guerra; el inicio de todo. Tampoco recordaba que había sido consumida casi por completo hacía unos veinte años. Una raza extraterrestre, a la que llamaron Syohas, la había diezmado.

      Esas memorias solo persistían en la mente de los miembros del Council Stack.

      Martín Mora gozó siempre de una picardía extraordinaria para los negocios. Desde pequeño tuvo que echar mano de su ingenio para sobrevivir y adaptarse al medio en el que se desenvolvía. Santclair era una dura ciudad. Así, adquirió experiencia de sus fracasos, y no tardó en convertirse en un excepcional corredor de bolsa.

      Martín fue millonario, y también famoso.

      Aquel día se trasladaba de un centro de transacción de valores a otro. Planeaba consultar los estados financieros de sus acciones y debatir con su equipo las nuevas estrategias para atacar el mercado de capitales. También había sido informado de varios problemas, y quería atenderlos en persona.

      Sentado en la parte trasera de su limusina, recordaba con añoranza los viejos tiempos en los que no existía el nervo-conector. Construía en su mente imágenes claras de las calles demacradas del Condado (su barrio pobre) y de los charcos que se formaban con la lluvia; en los que solía revolcarse para que luego su madre le propinara aquellas infames palizas que ahora rememoraba con cariño. «Sí, antes los niños eran más libres», pensó al ver pasar de largo a un grupo de muchachos que seguían obedientes las órdenes de su profesora mientras cruzaban la calle.

      Por un instante se llevó una mano al cuello y acarició


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