Investigación y problematización. Guillermo Londoño Orozco

Investigación y problematización - Guillermo Londoño Orozco


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reflexión y cambio (Latorre, 2007).

      Asimismo, la investigación-acción es el proceso de evaluación de un producto a través del cual se determinan y valoran las consecuencias deseables e indeseables de una acción propuesta por el docente con el fin de promover el logro de metas que han sido aceptadas, formuladas y conceptualizadas por su valor intrínseco. En efecto, esta estrategia investigativa exige una actitud abierta del docente frente a la experiencia de investigar enseñando y de enseñar investigando, por cuanto le permite identificar las causas y razones de los aciertos y fracasos de su didáctica y descubrir los principios teóricos y prácticos que subyacen a ella.

      Finalmente, creo que al leer estas experiencias, el lector encontrará que más allá de las acciones pedagógicas que aquí se presentan, lo más valioso de este texto es el compromiso sentido de docentes que día a día crean, innovan, planean y se comprometen con el reto de formar a las nuevas generaciones, pues como afirma William Ospina:

      Los gobiernos suelen confiar a los guerreros la misión de salvar a sus pueblos. “Salve usted la patria”, le dicen a un hombre a caballo que tiene una lanza en la mano, y que tiene el deber heroico de desbaratar a grupos feroces de enemigos armados. Hoy, la situación de Colombia es otra. Es el maestro el que tiene el deber y la posibilidad de salvar a la sociedad. Pero ¿quién es el maestro? No necesariamente alguien que tiene esa profesión y a quien se le paga por enseñar: yo creo que en todos nosotros tiene que haber un maestro, así como en todos tiene que haber un alumno. Es tanto lo que hay por aprender que nadie puede darse el lujo de ser solamente el que enseña y nadie puede darse el lujo de ser solamente el que aprende. Estamos en tiempos difíciles, estamos en tiempos sombríos, por eso tampoco podemos darnos el lujo de pensar que sólo hay unos sitios especializados llamados escuelas donde se enseña y se aprende. El país entero es la escuela, el mundo entero es la escuela, y un buen maestro debe ayudarnos a aprender también las lecciones que nos dan los ríos cuando se desbordan, las selvas cuando son taladas, la industria cuando no tiene conciencia de sus responsabilidades, los políticos cuando en lugar de cumplir con su noble misión de administrar los recursos públicos para el beneficio común, se abandonan a la corrupción y al egoísmo.

      Carmen Amalia Camacho

      Directora del Doctorado en Educación y Sociedad

      Universidad de La Salle

      Referencias

      Latorre, A. (2007). La investigación-acción. Barcelona: Graó.

      Ospina, W. (2012). Carta el maestro desconocido. Recuperado de http://institutomerani.edu.co/publicaciones/docs-pdf/director/CARTA-AL-MAESTRO-DESCONOCIDO.pdf

      Restrepo, B. (1999). Conceptos y aplicaciones de la investigación formativa y criterios para evaluar la investigación científica en sentido estricto. Recuperado de: desarrollout.edu.co/Tolima/hemersoft/portal/home-1/reclarc-6674.pdf

      Algunas reflexiones

      Tres ideas sobre la práctica docente universitaria desde la investigación acción educativa

      Juan Manuel Carreño Cardozo{1}

      El presente capítulo describe tres ideas actuales de transformación de la práctica docente a partir de reflexiones relacionadas con la investigación acción educativa. A su vez, se tiene en cuenta el descentramiento y la investigación con mirada crítica como elementos fundamentales de posibles transformaciones en las prácticas. Las tres ideas son: 1) fuera del aula, 2) del poder del docente y 3) los propósitos y lugares de la evaluación.

      La docencia suele ser comprendida como una de las funciones connaturales de la Universidad, junto con la investigación y la extensión. Así mismo, se entiende que los docentes que laboran en las universidades atienden aspectos en los tres ámbitos y es común que la asignación en tiempos y recursos se organice a partir de estos. Estas funciones no se proponen en ningún caso de forma independiente y desarticulada, por el contrario, siempre se espera coherencia entre lo que un docente hace en cuanto a la cátedra asignada, la investigación con el conocimiento que produce, y la extensión como acción generadora de posibilidades de relación con comunidades distintas a la académica universitaria (Vargas et ál., 2008).

      La docencia, desde este punto de vista, siempre debe estar permeada por la investigación, en cuanto solo este proceso le permite acceder a un conocimiento actualizado, reflexivo y productivo, sea desde perspectivas disciplinares o interdisciplinares. A su vez, la extensión representa el vínculo del docente con la sociedad, privilegiando diálogos con contextos o situaciones problemáticas específicas de comunidades. Investigación y extensión son, para la docencia, posibilidades concretas que le dan sentido a la práctica docente, a partir de su relación con el conocimiento y el contexto, los cuales son fundamentales para la formación profesional en la actualidad.

      De esta forma, la docencia se articula con la investigación y con la extensión de manera que las tres funciones propias de la Universidad tienen un reflejo en las actividades de los docentes. Por supuesto, es necesario que para los docentes esta articulación se apoye en la apropiación del proyecto educativo institucional, de modo tal que se generen en cada espacio y acción, dentro y fuera del aula, las condiciones que direccionen hacia los propósitos planteados por la institución. Para Vargas et ál. (2008) todas estas condiciones conforman ambientes de aprendizaje, siendo estos todo lo que rodea un proyecto cultural de una universidad y que se crea cuando los sujetos logran identidad institucional, es decir, “cuando los sujetos […] son partícipes del proyecto cultural al cual se tiende. Sin esta primera nota característica: los sujetos tendrán un vínculo funcional, pero no harán parte de un horizonte compartido” (Vargas et ál., 2008, p. 127).

      Entendido lo funcional como lo eminentemente contractual, se evidencia que el papel de lo administrativo-logístico, si bien cumple un papel relevante para generar ciertas condiciones favorables en el proceso, no es lo que estructuralmente orienta que los actores de la Universidad comprendan y se apropien del horizonte común de la institución. Así, las acciones del docente, sean de docencia, investigación o extensión, han de ser asimiladas más allá de los lineamientos procedimentales a los cuales debe ceñirse, para enmarcarse en procesos de formación hacia la construcción de cultura institucional. De esta manera, la práctica docente es un proceso que incluye de varias formas la investigación y la extensión, más allá de las delimitaciones administrativas, siempre y cuando los docentes traspasen la línea de lo contractual para participar en las posibilidades que lleven a metas de la institución.

      Interpretando a Vargas et ál. (2008), es posible afirmar que la apropiación del proyecto institucional es un paso relevante para configurar todo el ambiente de la institución como ambiente de aprendizaje. Esto mismo orienta la comprensión de la función docente, en las clases y fuera de ellas, en el marco de construcción de cultura institucional, hecho que permite comprender la práctica docente más allá del encuentro tradicional del docente con sus estudiantes en el aula, y que involucra al docente en dinámicas continuas de diálogo con sus pares académicos y, en general, con todos los actores y ámbitos de la Universidad.

      En este mismo sentido, que atiende a la formación para llegar a destinos comunes, es necesario afirmar que desde hace algún tiempo se discute y se propone la necesidad de formación pedagógica del docente universitario, haciendo visible una orientación reflexionada sobre las maneras como se accede a la formación profesional. A partir ahí se ha postulado como deber, por ejemplo, que “la formación en docencia universitaria, tanto inicial como permanente, forme parte intrínseca de la profesión docente universitaria” (Imbernón, 2001, p. 43). De este modo, la docencia parece tener como característica la misma formación para ejercerse, asunto que transforma el imaginario que aún persiste, de acuerdo con el cual es suficiente que un docente sepa de la disciplina para que pueda enseñarla.

      La formación para la docencia universitaria es, en varios sentidos, la dinámica reflexiva de una institución o de un programa sobre el quehacer del


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