No tengas miedo... Actúa. Mª Amparo Gimeno Tamarit
NO TENGAS MIEDO... ACTÚA
Mª AMPARO GIMENO TAMARIT
NO TENGAS MIEDO... ACTÚA
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2016
NO TENGAS MIEDO... ACTÚA
© Mª Amparo Gimeno Tamarit
© de la imagen de cubiertas: Víctor Gimeno
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2016.
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ISBN: 978-84-16848-18-8
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Mª AMPARO GIMENO TAMARIT
NO TENGAS MIEDO... ACTÚA
Prólogo
La violencia machista es uno de los problemas más graves que sufre nuestra sociedad hoy en día, sin lugar a dudas. Que las mujeres, cómo ha hecho Amparo Gimeno, levanten la voz y hagan visible esta lacra social es una muy buena noticia porque quiere decir que cada día somos más conscientes de que este problema se tiene que hacer visible y que la sociedad que da la espalda a la situación tiene que conocer, quiera o no, la magnitud y las consecuencias, para todas y todos, de las violencias contra las mujeres.
Precisamente ahora, que tenemos tantas herramientas educativas y de comunicación, no podemos perder ocasión para contribuir a una cultura de la paz y la convivencia, a una cultura como la que defiende el feminismo, de respecto a los derechos humanos y reivindicación de igualdad y justicia para todas las personas, una reivindicación que viene de muy lejos en el tiempo y que justo por haber sido defendida por mujeres luchadoras ha sido a menudo despreciada o atacada.
La historia tiene una deuda con las mujeres por haberlas silenciado, y es de justicia que ahora las mujeres que tienen algo a decir puedan esparcir su voz y hacerse visibles sin miedo. El trabajo realizado por Amparo Gimeno contribuye a poner voz a las mujeres que han sufrido en primera persona la violencia machista y a dar claves para identificar algunas cuestiones que son principales en la lucha contra esta epidemia social.
Paga la pena insistir en algunos de estos aspectos, tan necesarios, si queremos una cultura de respecto a las personas por igual. La violencia machista no es un problema que afecta solo las mujeres, es un problema grave de toda la sociedad. Indica que tenemos una cultura enferma en la cual es posible que unos, para ser hombres, ejerzan la dominación y la violencia sobre otras, por el hecho de ser mujeres. Lo que significa ser mujeres y lo que significa ser hombres, como decía Simone de Beauvoir, es una construcción social, una mentira que nos hemos ido inventando, esto de la inferioridad, la superioridad, la división de roles, los estereotipos,... según le ha venido mejor a quien en cada momento controlaba el poder, el discurso, la cultura. Hay que hacer una apuesta por las personas, con respecto a su pluralidad, diversidad, sin condicionantes de género.
Bienvenidos sean los libros que contribuyen a dar cuenta de qué pasa en nuestra sociedad y a alentar a las mujeres y los hombres a luchar contra las violencias fruto del patriarcado. Bienvenidos si además nos permiten insistir en ideas clave que hay que reforzar, como que las mujeres no mueren por violencia de género, como muchos diarios todavía se empeñan en titular. Las mujeres son asesinadas, así, con todas las letras. Porque muere el que está enfermo o tiene un accidente. Pero de lo que hablamos con la violencia machista es de asesinatos.
Tampoco somos agredidas “porque había pedido el divorcio", como podemos leer habitualmente en los diarios, de forma que se establece una vinculación injusta y perversa en la cual parece que la causa de la violencia sea el deseo de la mujer de romper la relación. Tenemos que decir muy claro que la mató porque era un asesino. Y esa, junto con la cultura machista de la cual es cómplice la sociedad que no le hace frente, son las únicas causas. No podemos dejar que se diga que una víctima es la causa de la agresión que ha sufrido.
Durante tantos años se nos ha dicho que los hombres pegaban a las mujeres porque algo mal habrían hecho, es decir, que la violencia contra nosotras podía estar justificada, que aún hoy hay mujeres que piensan que haber sido víctima de un maltratador es un error suyo, de la mujer. ¡No, hombre no! ¡No mujer, no! El error es del que agrede. Siempre. Siempre. O lo entendemos así o estaremos cargando de nuevo la culpa del delito sobre quién es la víctima, y liberando de responsabilidades al delincuente.
Hoy, que la cultura machista se esparce mediante los medios, y que hay mucha gente que piensa, peligrosamente, que en igualdad ya lo hemos conseguido todo, tenemos un reto muy importante, hacer ver que todavía queda mucho camino para recorrer y, sobre todo, que los derechos que hoy tenemos los podemos perder si no continuamos reivindicándolos. Sabemos por experiencia que los pasos dados adelante pueden darse atrás y ver desaparecer aquello que creemos logrado.
Hay que desmontar los mensajes de la cultura patriarcal, machista, que nos llegan con potencia, para preservar a las nuevas generaciones, en las que seguro que ha pensado mucho Amparo al escribir este libro, y para ir construyendo una nueva cultura en la cual cualquier maltrato sea rápida y claramente rechazado y condenado por la sociedad, en los medios, desde las instituciones, en la calle, en la tienda de la esquina, en las escuelas, cuando alguien escribe un guion para televisión, cuando escribimos un libro, presentamos una película,... por todas partes.
Hacen falta voces de mujeres, como la de Amparo, que llegan a las personas jóvenes, y les cuentan que las relaciones sin respeto no son amor, que si te grita o te agrede no te quiere, que cuando un hombre es violento con nosotras tenemos que huir porque el cementerio está lleno de mujeres que pensaron que los podían cambiar, que si tu pareja se muestra posesiva no es porque te ama sino porque te considera un objeto de su propiedad y esto no es un cumplido, es reducir tu valor como persona al de una cosa, que ni piensa, ni siente, ni desea, ni vive. La violencia, el maltrato, nunca es amor. Y es necesario, desde donde estamos, desde los libros, desde cada espacio donde tengamos ocasión, desmontar estas falsas ideas que tanto mal están haciendo todavía a nuestro entorno y que continúan esparciéndose desde plataformas tan poderosas como la publicidad, el cine o la televisión.
Amparo ha querido dar voz a las mujeres y contribuir a una idea principal, que de la violencia se puede salir, que no es un error de las mujeres, que esas relaciones no son amor, el amor es otra cosa muy diferente, que el apoyo del entorno es fundamental