Las cadenas fisiológicas (tomo II). Léopold Busquet

Las cadenas fisiológicas (tomo II) - Léopold Busquet


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       Figura 4

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      LAS CADENAS DE CIERRE:

      DERECHA E IZQUIERDA

      Cadenas cruzadas anteriores del tronco

       Figura 5

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      LAS CADENAS DE APERTURA :

      DERECHA E IZQUIERDA

      Cadenas cruzadas posteriores del tronco

      INTRODUCCIÓN

      Este trabajo de desciframiento de la pelvis y de los miembros inferiores viene realizándose desde 1980. Treinta años más tarde, mirando hacia atrás, lo que me parece más importante del camino recorrido no son los textos finales que les propongo a continuación, sino el rumbo adoptado para no perderme en este descubrimiento, para no traicionar la anatomía y la fisiología, que son nuestros jueces.

      Debido a mi formación como fisioterapeuta y como osteópata, en este libro encontraréis conocimientos ya propuestos por otros autores, por otros métodos, pero lo más importante de mi propuesta es, más allá de los conocimientos, realizar una lectura respetuosa del cuerpo humano que nos permita alcanzar un grado de “intimidad” y de comprensión para percibir “el lenguaje del cuerpo”.

      Este modo de trabajar nos llevará a “descomponer” algunas de las teorías que nos han permitido progresar, pero que, ancladas en “la tradición”, y con el debido respeto a sus autores, llegan a ser dogmáticas y frenan nuestros progresos y el constante cuestionamiento. Debemos evitar transformarnos en “integristas”. El desarrollo de nuestra investigación debe estar basado en la comprensión. La síntesis de nuestros principios debe confirmar la coherencia del funcionamiento del cuerpo. De este modo, con el tiempo, el “permanente cuestionamiento” surge del proceso de intención de los que se liberan del orden establecido. No hay plagio, no hay finalidad egocéntrica, sino simplemente un trabajo que se establece como un eslabón adicional en la cadena de las diferentes evoluciones.

      En las obras precedentes hemos descodificado las cadenas musculares del tronco.

       Recordemos las diferentes cadenas del tronco:

      1. La cadena estática (fig. 1)

      2. Las cadenas de flexión: derecha e izquierda (fig. 2)

      3. Las cadenas de extensión: derecha e izquierda (fig. 3)

       Éstas son las cadenas longitudinales.

      4. Las cadenas de cierre: derecha e izquierda (fig. 4)

      5. Las cadenas de apertura: derecha e izquierda (fig. 5)

       Éstas son las cadenas cruzadas.

      La lectura del cuerpo humano me ha hecho tomar conciencia de la existencia de una organización en cadenas. La anatomía lo muestra y lo confirma.

      Las cadenas musculares son una evidencia anatómica y funcional en el tronco y presentan una secuencia lógica en los miembros inferiores.

       Hay varias prioridades que se han revelado importantes:

      1. La necesidad de analizar correctamente el funcionamiento de la pelvis.

      2. La necesidad de precisar con rigor la fisiología de cada uno de los músculos del miembro inferior con el fin de poder evidenciar las cadenas musculares de dicho miembro. El funcionamiento de las cadenas es idéntico al mecanismo de un reloj. Cada engranaje debe funcionar en el sentido correcto, si no se bloquea todo el sistema.

      3. La necesidad de prolongar la influencia de las vísceras sobre las cadenas musculares de los miembros inferiores.

      Este libro le propone el análisis de la pelvis y de los miembros inferiores integrado en la coherencia global de las cadenas fisiológicas, que incluyen el conjunto de las cadenas musculares pero también de la cadena visceral y de la cadena neurovascular (ver tomos 5-6-7-8).

       Figura 6 Las cadenas fisiológicas

      Un análisis totalmente innovador pondrá de manifiesto las relaciones existentes entre el plano musculoesquelético y el plano visceral. Estas influencias obedecen a un programa de organización metódica, informatizable. De esta forma se irán comprendiendo los problemas de rodilla, de la bóveda plantar, las modificaciones estáticas y las desigualdades de los miembros inferiores.

       El cuerpo es un organismo programado genéticamente.

       Es un juego de vídeo animado por las cadenas y gobernado por el ingenio de la fisiología.

      La biomecánica

      de la cintura

      pélvica

      La cintura pélvica, compuesta por los dos huesos ilíacos y por el sacro, debe cumplir dos funciones: estática y dinámica.

      Para la estática, es necesario garantizar la congruencia de las tres piezas anatómicas.

      Las fuerzas descendentes y ascendentes, convergentes en la pelvis, solidarizan metódicamente la cintura pélvica a nivel de las sacroilíacas y del pubis. El núcleo fibroso del pubis actúa como disco amortiguador verticali-zado.

       Figura 7

       Figura 8

       Figura 9

      Para la longevidad de la biomecánica de la pelvis, es imprescindible que las fuerzas descendentes y ascendentes no interactúen de modo telescópico, que no percutan a nivel de la cintura pélvica. El “martilleo” repetitivo tendría un efecto destructivo para las articulaciones de la pelvis, especialmente para las coxofemorales. Si fuera el caso, las cabezas femorales se verían progresivamente deterioradas con aplanamiento del polo superior. Observemos el cuerpo, nos muestra soluciones ingeniosas.

      

Las fuerzas descendentes llegan al 5º disco lumbar y a la base del sacro. Aumentan a este nivel la lordosis lumbar y la horizontalización del sacro, lo que proporciona un primer componente de amortiguación aprovechando la sinuosidad de la columna vertebral (fig. 10).

      

Las fuerzas ascendentes llegan hasta la coxofemoral. Esta articulación, situada por delante de la sacroilíaca, provoca una rotación posterior del ilíaco por efecto de las fuerzas ascendentes (fig. 11).

       Figura 10

       Figura 11

      Dado que el sacro se mueve hacia la horizontalización (por efecto de las fuerzas descendentes) y el ilíaco hacia


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