Círculo vicioso. Juan Manuel Saavedra

      Expendedor automático de segundas oportunidades

      Ojalá.

      Tu nombre

      Dime tu nombre

      para que pueda rezarlo en secreto

      hasta que te vea

      y llamarte por aquel título tan primigenio

      del que renegamos,

      pero que abarca todo tu bello ser.

      Y es lo que más amo de ti,

      pues engloba el brillo de tus ojos

      y tu alma,

      pues siento fuegos que se encienden en tu interior

      cuando te llamo

      por aquel nombre perdido

      que te dieron al nacer.

      Sueño

      Esos labios prístinos

      son mi sueño,

      guardados por Morfeo

      tras el velo de lo imposible

      que somos nosotros.

      Tan lejos y tan dulce tu fragancia

      que seduce,

      que quema

      y provoca sed

      de tu amor infinito,

      de ver tu rostro,

      de sentir tu piel.

      Sueño con los rayos anaranjados del amanecer

      posándose sobre tu tersa piel

      a la sombra de un nogal,

      descansando en la cama

      un domingo a la mañana

      y sueño no soñar,

      pues en mi sueño

      mis deseos se han cumplido.

      Tú eres mi sueño

      más deseado.

      Per te

      Por ti

      saltaré del mismo acantilado

      y me sumergiré en las aguas negras

      que ahora te rodean

      y encarcelan.

      Nadaré siguiendo la marea

      hasta que desaparezca la luz

      y en la oscuridad envolvente

      buscaré el hilo titilante,

      tenue,

      que marcará mi camino hacia ti

      como un faro.

      Encontraré mi camino en medio de la marea,

      de esta brea que nos retiene

      y solo pido que extiendas tu mano hacia mí,

      así podré tomarla

      y sacarte de ahí.

      Y así podremos caminar cansados hasta la playa

      y tirarnos a reír en la arena

      de lo estúpidos que somos.

      Algún día estaremos en esa misma playa,

      en esa misma arena

      y no entenderemos qué sentimos

      ni qué pensamos

      ni recordaremos si nos besamos,

      pero agradeceremos

      el habernos encontrado,

      incluso en medio de la oscuridad.

      Secreto

      La noche huele a ron

      a tu lado

      y las estrellas

      descienden cándidas desde tu mirada

      que refleja el infinito

      y acaso en él

      se refleja mi amor secreto.

      De ese manantial de luces

      que apetece ser tu iris

      se desligan ninfas y céfiros

      que se llevan la fragancia a romance

      a tierras lejanas

      y ventanas solitarias

      para recordar que el amor no está muerto,

      solo no ha nacido

      y espera a que de mis labios salgan

      las palabras más hermosas

      y verdaderas.

      Partes de mí

      Hay una parte de mí

      que sabe lo que quiere,

      que vive por las mañanas

      a tu lado;

      que respira por despertarse y ver tu rostro,

      por cantarte en silencio

      avistando a las galaxias de tus ojos.

      Es el mismo que desea tomar tu mano

      y abrazarte bajo las estrellas,

      que es maduro

      y siempre sabe qué pensar,

      y qué decir.

      Y luego estoy yo, tan solo otra parte

      fracturada e irreparable,

      que no controla sus caprichos,

      ni sus celos,

      ni sus malos pensamientos.

      Que se deleita en el dolor autoprovocado

      de las realidades alternas,

      de la desconfianza

      y del sufrimiento

      que causa la soledad

      de no poder ser perfecto

      para ti.

      After Dark

      Luego de que el sol se esconde en el horizonte,

      la oscuridad tuerce nuestro cielo