París responsable. Elena del Amo
Lautrec, Matisse, Van Gogh, Monet, Oscar Wilde, Chopin, Molière, Edith Piaf, María Callas… son sólo algunos ejemplos.
Maximilien Robespierre
Fue una de las figuras clave de la Revolución francesa. Apodado El incorruptible debido a su resistencia ante posible sobornos y su dedicación a la revolución, fue afín a las ideas liberales y al pensamiento de Rousseau, cargando contra el sistema judicial y el absolutismo monárquico y abogando por los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Robespierre se convirtió en uno de los miembros más influyentes del Comité de Salvación Pública, que gobernó de facto durante el periodo en el que los revolucionarios consolidaron su poder, conocido como Reinado del Terror, que le condujo hasta su muerte en la guillotina en 1794.
Luis XIV vs Napoleón
Responsables de los momentos de mayor hegemonía francesa a nivel mundial, Luis XIV y Napoleón representan dos figuras políticas e históricas insustituibles tanto para París como para toda Francia. Monarca y Emperador dieron lustre, a mayor gloria de sus hazañas, a la ciudad, dotándola de una grandeza que sigue perdurando siglos después. Por contra, Napoleón fue, tristemente, el primero que se atrevió a sofocar una revuelta callejera disparando los cañones del todopoderoso ejército napoleónico en pleno centro de París. La ambición sin límites del rey Sol ahogó al pueblo francés para alimentar a los ejércitos reales y satisfacer sus caprichos infinitos.
Cómo moverse por París
El Sena divide a París en dos, de este a oeste, encontrándose en la orilla derecha los barrios al norte del río y en la izquierda los situados al sur. La ciudad está estructurada en veinte arrondisements o distritos ordenados en espiral en el sentido de las agujas del reloj. El arrondisement viene señalado en la parte superior de las placas donde se indica el nombre de las calles. Además, los dos últimos números del código postal indican a qué arrondisement pertenece dicha dirección.
Como más se disfruta París es recorriendo a pie sus barrios históricos, por lo que el transporte público, y sobre todo su indispensable y rápido metro, se utilizará especialmente para cubrir las distancias largas. Para una visita de dos o tres días puede ser suficiente con adquirir una tarjeta de diez viajes de metro y autobús.
Barcos en el río Sena.
En bici
París cuenta con doscientos kilómetros de carril bici y el Ayuntamiento pone a disposición de parisinos y visitantes varios miles de bicicletas (www.velib.paris.fr) con el servicio Vélib. Se pueden tomar a cualquier hora del día en un punto y dejarse en otro (hay estaciones Vélib cada 300 metros). Un abono para un día cuesta 1,70 euros y para una semana ocho. Los abonos permiten realizar cuantos recorridos se desee de menos de media hora.
Transporte público
El transporte público de París (www.ratp.fr) aglutina los servicios de metro, tranvía y autobús y funciona realmente bien. Todos los servicios están integrados y tienen un coste por trayecto de 1,70 euros, aunque se pueden adquirir pases de uno a siete días para viajar sin límite en cualquiera de estos transportes.
La red de metro, con dieciséis líneas y cerca de cuatrocientas estaciones, se comunica en ciertas paradas con la del tren rápido RER, que lleva a distintas zonas de los alrededores. Circula a diario de 5.20 a 1.20 h, salvo los sábados, que funciona hasta una hora más tarde. El billete, que cuesta 1,70 euros, se puede adquirir en las estaciones y es igual al de autobús (www.ratp.fr).
Los autobuses funcionan entre las 5.30 y las 20.30 horas, con muchas líneas en servicio hasta las 12.30 horas de la noche. Los buses nocturnos Noctilien transitan a partir de esa hora por zonas principales de París y sus alrededores hasta las 5 de la mañana.
Bus turístico frente a Notre Dame.
París sólo cuenta con cuatro líneas de tranvía, que operan diariamente de 4.50 a 23.40 horas.
La tarjeta París Visite permite utilizar toda la red de transporte público de París y sus alrededores, además de brindar descuentos en numerosos monumentos, actividades como el cabaret del Lido, los autobuses panorámicos y algunos barcos por el Sena, e incluso en las compras en las Galerías Lafayette. La hay de 1 día (9,30 euros) y de 2, 3 o 5 días para París.
En coche
El tráfico, los atascos y la complicación a la hora de aparcar hacen que el coche no sea la mejor opción y resulte más cómodo usar el transporte público. En cada barrio existen aparcamientos en los que estacionar por entre dos y tres euros la hora. En la página web http://saemes.fr se pueden localizar muchos de estos aparcamientos.
La opción de tomar un taxi en la ciudad resulta bastante cara ya que, aunque la bajada de bandera cuesta 2,40 euros, el trayecto mínimo que se cobrará será de 6,20 euros. Se pueden conseguir parándolos por la calle, en las paradas de taxi o solicitándolos por teléfono; algo muy recomendable.
Existen empresas como Taxi G7 que emplean vehículos híbridos en sus desplazamientos. Además, cuenta con vehículos adaptados para personas como movilidad reducida.
Terraza en el Barrio Latino.
Cuándo visitar París
Dependiendo de la estación, París se muestra rica en matices, sensaciones, luces, colores e incluso olores: de la romántica imagen nevada de los Campos Elíseos en pleno invierno a las playas del Sena —Paris Plages, de Louvre al Pont de Sully— y los cafés repletos de gente durante la temporada estival.
Sin duda, la primavera es la mejor época del año para conocer la ciudad, que empieza a despertar del letargo invernal. Gracias a la subida de las temperaturas, jardines y espacios verdes recuperan su esplendor, los días se alargan y con ellos los horarios de museos y del resto de atracciones de la urbe. París comienza a palpitar, el ritmo se acelera hasta alcanzar el clímax durante la celebración de la fiesta nacional, en julio. Un ritmo que sólo desciende por el relax propio del mes de agosto, justo antes de dar la bienvenida a septiembre, a la explosión de ocres y marrones del otoño y el reinicio de la rica temporada cultural.
Eventos
Más de 1.600 eventos, incluyendo 420 ferias internacionales y 932 congresos, tienen lugar cada año en París, lo que da idea de la intensa actividad cultural, artística, empresarial y de negocios de la capital francesa. Echando un vistazo a las estadísticas de visitantes, los meses de mayo, junio, julio, septiembre y octubre concentran el mayor número de turistas, sobre todo porque la actividad de negocios es frenética, lo que multiplica el número de viajeros que acuden a París por este motivo.
El 14 de julio se celebra, tanto en París como en toda Francia, la Fiesta Nacional, con la que se conmemora la Revolución Francesa. Por ello tiene lugar una gran parada militar en los Campos Elíseos. También en julio se desarrolla la última etapa del Tour de France, la carrera ciclista por etapas más famosa del mundo. La llegada de la serpiente multicolor llena de vida y espíritu deportivo las calles de París.
El tercer fin de semana de septiembre se celebran los Días del Patrimonio, durante los cuales se ofrece la oportunidad de visitar, de modo gratuito, grandes edificios institucionales y privados que abren sus puertas al gran público. Un equipo de guías voluntarios acompaña a los visitantes a través de este viaje por la arquitectura civil y religiosa, los parques y jardines, los emplazamientos arqueológicos e incluso el patrimonio industrial. La moda francesa es