Pack Bianca y Deseo enero 2021. Varias Autoras
completa. Si se demuestra que Logan es quien dice ser, lo último que Nancy y yo vamos a desear es que se marche corriendo al otro hemisferio. Espero que consigas que se sienta como en casa, Honor. Ya sabes lo importante que es la familia para nosotros.
Logan se dio cuenta de que ella se ponía tensa. Aquello debía de ser su peor pesadilla. No solo tenía que enfrentarse a su error, sino que tenía que trabajar en el mismo despacho que él. Qué estrés.
Y qué tentación.
–Por supuesto que puedes contar conmigo, Douglas. Ya lo sabes. Haría cualquier cosa por esta familia.
–Nuestra familia –la corrigió Douglas suavemente–. Tú también formas parte de ella, Honor. Logan tiene algunas ideas estupendas para Richmond Developments y me gustaría que lo incluyeses en tus actividades diarias para que vea cómo funcionamos. Ahora, me gustaría que ambos vinieseis conmigo a ver el edificio que hemos comprado frente al mar.
Logan asintió.
–Si no te importa, querría pasar por el hotel a recoger mi cámara de fotos.
–Por supuesto. ¿Honor, estás libre?
Logan tuvo la sensación de que, aunque no lo estuviese, Douglas esperaba que lo dejase todo para acompañarlos.
–Espera que mire la agenda –dijo ella, acercándose al ordenador y mirando la pantalla antes de asentir–. Puedo ir ahora, pero tengo una reunión a mediodía.
–Bien, bien –le respondió Douglas, frotándose las manos–. Os espero en el aparcamiento dentro de diez minutos.
Y, sin más, se marchó.
Logan se giró hacia Honor.
–¿Siempre es así?
–¿Te refieres a si siempre espera que hagan lo que él dice? Sí.
–Y a ti te ha impuesto el tenerme aquí, ¿verdad?
–No soy yo quien debe decir eso. Solo soy una trabajadora más.
–Pero también eres la prometida de mi hermano –añadió Logan–. Douglas ha dicho que eres parte de la familia.
–Si. Y espero que no se te olvide. Ya sé que tú tampoco quieres perder a tu nueva familia, pero para mí también hay mucho en juego.
–Me ha quedado claro.
Salieron del despacho juntos y se dirigieron a los ascensores. Mientras bajaban, Honor parecía estar dándole vueltas a algo. Solo tardó unos segundos en contárselo.
–¿Ha hablado Douglas con Keaton acerca del nuevo enfoque que quiere darle a Richmond Developments?
–Anoche, no, porque no vinisteis a cenar ya que teníais otros planes. Lo mismo que Kristin.
Ella cambió de postura.
–¿Y no piensas que habría que contárselo? Al fin y al cabo, es el vicepresidente de la empresa. Tal vez tú seas la novedad para Douglas y Nancy, pero Keaton lleva aquí, trabajando muy duro, desde que terminó la universidad.
–Yo he venido a Seattle con una idea de negocio y con la esperanza de que mi familia me aceptase –se defendió Logan–. No he venido a pisar a nadie.
–Tal vez esté bien recordárselo a Douglas. Cuando se le mete algo a la cabeza no hay quien le haga cambiar de opinión, caiga quien caiga.
–Gracias por la información. Hablaré del tema con él en cuanto tenga la oportunidad.
Las puertas del ascensor se abrieron y salieron juntos, andando al mismo ritmo, como si hiciesen aquello todos los días. Logan se preguntó si a Honor le ocurriría lo mismo con su hermano.
–Vamos a esperar aquí –le indicó ella, deteniéndose de repente–. La limusina no tardará en llegar.
–¿La limusina? ¿Douglas no conduce?
–Douglas no hace nada por sí mismo si puede pagar a otra persona para que lo haga por él.
–Yo siempre he preferido hacer las cosas por mí mismo si puedo. Eso hace que me mantenga siempre atento.
Ella lo miró con sorpresa.
–Tenemos eso en común.
–Y mucho más, sospecho yo.
Y así fue cómo empezó a aumentar peligrosamente la temperatura entre ambos.
Capítulo Seis
–Será mejor que dejemos el tema –le advirtió Honor justo en el momento en el que las puertas del ascensor volvían a abrirse a sus espaldas en el aparcamiento y un coche oscuro se acercaba a ellos–. Aquí están el coche y Douglas.
Logan tuvo la sensación de que iba a añadir la palabra «afortunadamente». Se acercó al coche y abrió la puerta para Honor y su padre, y se sentó junto a esta después. Honor se apartó de él, dejando las cosas claras. Douglas, por suerte, no se dio cuenta de nada.
Tras detenerse en el hotel de Logan para que pudiese recoger su cámara de fotos, fueron media hora en coche hasta un edificio que estaba frente al mar, rodeado de negocios de poca monta y edificios de apartamentos.
Logan salió del coche y empezó a tomar fotografías a los alrededores antes de centrarse en el edificio en sí. Estaba rodeado por cercas provisionales y en ruinas, pero pudo apreciar en él la calidez de los ladrillos y empezó a imaginarse los huecos de las ventanas con nuevos marcos y cristales, ventanas que permitían ver el alma de los edificios.
Se olvidó de Honor y de Douglas y empezó a pasear por el lugar mientras tomaba cientos de fotografías. En un momento dado, miró a su padre y se dio cuenta de que este lo observaba con una sonrisa en los labios.
–Veo que te apasiona tu trabajo, ¿verdad, Logan?
Este asintió.
–Hay que conservar este tipo de lugares siempre que sea posible, eso es lo que me apasiona. Encontrar la manera más económica de seguir aferrados al pasado, al tiempo que nos aseguramos que el edificio podrá enfrentarse a los retos del futuro de la manera más ecológica posible. Ese es el desafío. Contadme lo que sepáis acerca de este sitio. ¿Cuándo se construyó el edificio, a qué estaba dedicado?
Douglas le contó que el edificio había sido un almacén durante los últimos ciento cincuenta años. Logan empezó a asentir y a tomar notas mentales mientras paseaban por la planta baja. Estaba deseando empezar a hacer bocetos. Siempre empezaba haciéndolos en papel, a la antigua usanza. Y después los pasaba a ordenador y utilizaba programas de diseño. Como era evidente, el equipo de diseño arquitectónico ponía después en práctica sus sugerencias, asegurándose de que todo encajase.
En aquel caso, lo que Logan quería era poder transmitir sus ideas y sus sueños a Douglas.
Sabía que había asumido un gran riesgo al ir allí. Tanto desde el punto de vista profesional como personal, pero lo había hecho porque era consciente de que encontrar a su familia biológica era más importante que cualquier otra cosa en su vida. En casa tenía un increíble equipo de personas que hacían que su empresa continuase funcionando. Él podía involucrarse más o menos en cada proyecto, lo que le permitía pasar allí una temporada descubriendo sus raíces.
Pasaron un rato allí y Logan se dio cuenta de que Honor empezaba a impacientarse por volver a la oficina. Él, sin embargo, podría haberse pasado todo el día allí. De hecho, volvería a la semana siguiente, pero en esos momentos necesitaba tener de su parte a Honor Gould.
–Me parece que ya tengo todo lo que necesito por el momento. Gracias por haberme acompañado a los dos –dijo mientras guardaba la cámara y se la colgaba del hombro.
–Es interesante verte trabajar –admitió Douglas mientras volvían al coche–. Me da la sensación de que tu enfoque es más artístico que práctico.
–A mí me gusta pensar