Entre el pesimismo y la esperanza: Los derechos humanos en América Latina. Sandra Serrano

Entre el pesimismo y la esperanza: Los derechos humanos en América Latina - Sandra Serrano


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de diferentes características de un sistema de protección de derechos, a fin de registrar qué tanto las normas de dh permean más allá del marco jurídico y cómo esos diferentes sistemas de protección inciden en el disfrute de esos derechos. En relación con este punto, los capítulos de este volumen, aunque con matices, muestran que una mayor integralidad en el sistema de protección de derechos se relaciona con un mayor disfrute de los dh de que se trate.

      2)La literatura sobre institucionalización de derechos humanos en ciencias sociales se ha preocupado por las motivaciones de los actores para proceder a la construcción de los sistemas de derechos, así como por los obstáculos para ellos, relegando el análisis concreto y sistemático del impacto de los sistemas sobre el disfrute de los derechos por parte de la población (Stammers, 2009, 1999; Waters, 1996; Sikkink y Walling, 2007). En esta obra se indaga sobre diferentes trayectorias o tipos de institucionalización y la forma en que inciden en el mayor o menor disfrute de los dh, incluyendo no sólo el derecho a la integridad física, sino también otros derechos civiles y sociales.

      3)Los trabajos que componen este volumen contribuyen a la literatura comparada que ha analizado los factores “condicionantes” de la protección de los derechos humanos (Landman, 2006). Estos estudios han sido, en general, de alcance global, en los que se incluyen tanto regímenes democráticos de larga data y consolidados, como regímenes jóvenes, con diferentes niveles de consolidación, así como autoritarismos.

      En esta obra, los capítulos de análisis regionales cuantitativos se concentran básicamente en los casos de democracias jóvenes, ya que estudian América Latina, o comparan países con modelos de desarrollo económico diferentes. Dichos capítulos mostraron que, si bien la dimensión institucional de los dh no es inocua, indican que el entorno económico y político constituye un contexto que potencia o limita la operación de las instituciones vinculadas con los dh. Y también señalan que los modelos de desarrollo basados en la agregación de valor están asociados con un mayor disfrute de los dh, al igual que los mayores niveles de democratización.

      Consideramos que un estudio de estas características resulta especialmente relevante para México, en la medida en que en este país tuvo lugar un proceso de transición democrática, a la par de un proceso de construcción de un sistema complejo de dh durante el periodo analizado.

      Como ejemplo, baste señalar que sólo entre 2008 y 2011 se promulgaron tres reformas constitucionales en la materia. En junio de 2008, se decretó la reforma en materia penal, lo cual dio espacio a la entrada de los juicios orales. En buena medida, esta reforma fue leída como parte de una reestructuración del sistema de justicia para garantizar los dh de las personas privadas de su libertad.

      En junio de 2011, se decretaron otras dos reformas legislativas relevantes para los dh: la reforma en materia de amparo, que permite la acción colectiva y aumenta el nivel de protección, al permitir la declaración de inconstitucionalidad de una norma; y la reforma constitucional en materia de dh que abre la puerta a los estándares del derecho internacional de los derechos humanos (didh), contribuyendo a su conceptualización de un modo distinto de la noción de “garantías individuales” que les antecedían, y que establece que los dh internacionalmente reconocidos por México son reglas obligatorias para todos los órganos de los tres poderes en los respectivos ámbitos de gobierno.[4]

      Estas tres reformas se recibieron con mucho optimismo, y fueron el resultado de varios años de diálogo entre gobierno y sociedad, así como de debate legislativo. No obstante su importancia intrínseca, cabe preguntarse acerca de sus resultados esperables en el disfrute de los derechos por parte de las personas. La posibilidad de analizar comparativamente qué tipo de sistema de derechos está relacionado con mejores resultados, así como qué otros factores son claves en estos procesos, nos permitirá dimensionar adecuadamente las expectativas en relación con estas reformas.

      Probablemente, el hallazgo más interesante de los capítulos que aquí se presentan es que la forma en que se institucionalizan los dh no es inocua para su disfrute, aunque ésta es una condición necesaria pero insuficiente. Las condiciones políticas y económicas en que se inserta coadyuvan a incrementar o disminuir su efectividad.

      Habiéndonos referido a los resultados, consideramos importante dar cuenta del proceso, por ello a continuación desarrollamos una reflexión acerca de la forma en que se midieron la institucionalización y el disfrute de los derechos estudiados.

      El disfrute de los derechos humanos

      En buena medida, la relación entre institucionalización y disfrute de los dh exige una revisión disponible a partir de las mediciones que ya existen y que se han realizado de manera independiente o por organismos gubernamentales e intergubernamentales. Cada parte de esta investigación debió evaluar la información disponible y el alcance e idoneidad de las formas de medición del cumplimiento de derechos. Desde este punto de vista, es evidente que los datos existentes sobre los derechos estudiados (integridad física, salud, alimentación y derechos laborales) son insuficientes para medir la complejidad de su disfrute; y que una de las asignaturas pendientes es la mejora de las medidas de disfrute, o realización de los dh. De hecho, se organizó un seminario con expertos, en enero de 2013, en la Flacso México para tal fin. Las contribuciones derivadas de dicho seminario constituyen la primera parte de este libro y tienen el valor adicional de extender la discusión a la literatura sobre el tema en español.

      Esta primera parte comprende seis capítulos, en los que, desde distintas perspectivas, se discuten los problemas en la construcción de indicadores de dh, la insuficiencia en la información y los retos metodológicos que deben adoptarse para construir mejores medidas de desempeño en materia de derechos humanos.

      En el primer capítulo, Rosa María Rubalcava retoma elementos de la metodología de la investigación en ciencias sociales para problematizar la construcción de medidas de dh. Ella sugiere orientar los esfuerzos hacia una investigación interdisciplinaria, con un enfoque de sistemas complejos.

      En el capítulo dos, Alejandro Anaya Muñoz discute los esfuerzos “parciales y desconectados” en la medición de los dh. Anaya realiza un acercamiento a los tipos de indicadores de dh y su metodología. Asimismo, se propone realizar un “mapeo” de indicadores, describiendo los tipos de indicadores, los métodos de medición y las principales bases de datos existentes. Este capítulo es una reflexión sobre los métodos de medición y abarca los temas centrales relativos a la medición de los derechos humanos.

      En el tercer capítulo, Todd Landman explica con detalle el atlas de los dh, proporcionando información general de este esfuerzo de medición, así como las demandas del mercado y los ejes principales. Este atlas es una de las principales iniciativas por reunir indicadores en materia de dh y comprende tres ejes principales: a) concentra estadísticas básicas por país, b) información de las obligaciones jurídicas de los países contraídos mediante tratados internacionales, y c) indicadores sobre derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

      En el cuarto capítulo, Fernando Cortés se propone dar a conocer los elementos fundamentales de la metodología delineada por la Ley General de Desarrollo Social, enfatizando la parte relacionada con los derechos económicos, sociales y culturales.

      Francisco Valdés-Ugalde y Rodrigo Salazar-Elena (quinto capítulo) ofrecen una conceptualización de la igualdad política y de su relevancia para la realización de derechos, entre éstos los dh. Ambos autores exploran ampliamente la relación entre dh y democracia, y determinan hasta qué punto las mediciones existentes en la democracia reflejan las condiciones de igualdad señaladas por Dahl y elegidas por el liberalismo político rawlsiano. Este quinto capítulo constituye una crítica más a la insuficiencia de indicadores, en el que se concluye que la disponibilidad de índices y bases de datos para medir el grado de igualdad política en las democracias latinoamericanas es muy baja. En este texto se evidencia que el refinamiento de las mediciones es una tarea pendiente en la construcción de indicadores de derechos humanos.

      El sexto capítulo, presentado por Barbara A. Frey, expone consideraciones sobre la medición del impacto de las ong en el ejercicio de los dh. Frey explora la presencia de esas organizaciones y su desempeño


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