Compadre Lobo. [Gustavo Sainz
no seas rogón, cántame Como dos puñales…
Lobo se retorcía de vergüenza. Podían oírlo sus amigos, podía verlo Amparo Carmen Teresa Yolanda.
No accedía a cantar si no cerraban la puerta del Chivo Encantado…
—Ándale, hijito, no seas malvado.
Empezaba como extraño a sí mismo, como si sus gritos vinieran de otra parte con voz tipluda y canallesca, melodiosa y rítmica:
Quiero ver
en tus ojos el atardecer
y cantar
la tristeza que hay en tu mirar…
Miraba al techo, como si escuchase a sus nervios.
Que asesinen tus ojos sensuales
como dos puñales
mi melancolía…
Le pedían otra y otra. Le arrancaban gritos que comprometían la tranquilidad de la noche y el espíritu de nuestra edad. Seguían Ladrona de besos, Se me hizo fácil, La mal pagadora, Cien mujeres, Aventurera y muchas más.
¿Qué es lo que sé de compadre Lobo realmente?
Abierto a todo lo posible, desesperado e indómito, descreído de las palabras y de los mundos que construyen…
Mi vida en su compañía implica asombro, rencores, complicidad…
Este libro hablará de esa complicidad.
Lobito salía de la escuela vestido de gala, amanerado y prepotente.
—¿Cómo estás, mijo?
—Muy bien —seco, orgulloso, viril, fiero, automático.
—Déjame darte un beso —rogaba su madre, solícita como sólo ella podía serlo.
—¡No me beses porque soy militar!
En él todo era brutalidad, vanidad, soberbia…
En mí se cebaban aprehensiones de todas clases. Durante la noche despertaba sin cesar, y lo que quizás no he vuelto a hacer, gemía, gemía murmurando sobre la almohada, miserablemente…
—Dios mío…
Quería consuelo. Quería ser confortado. Quería huir con nuestra Amparo Carmen Teresa Yolanda…
Subiríamos las escaleras de la dirección y le besaría el rostro en cada rellano, con el cerebro desequilibrado por la risa; besos locos en la lisa frente, en los párpados palpitantes, en los labios niños. La besaría tantas veces como fuese posible, hasta que los esqueletos del Panteón Dolores cayesen en impalpable polvo…
Sentía arder las mejillas.
El Flaco Anemia rebosante de risa iba a huir con su novia, la Reina de las Aves Zancudas…
Pero no pretendo desenmascararme.
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