El Arcángel Metatrón y otros seres de luz. Arantza Ibarra Basáñez
vez más. Parece ser que María era una sacerdotisa y maga que seguía las enseñanzas de Isis y también practicaba la clarividencia. Aunque había una cosa más importante que todo eso: era una gran sanadora.
María de Magdala iba con Yeshúa sanando a la gente y enseñando el camino para estar más cerca de Dios. Era una mujer muy diferente del resto y tenía mucho carácter, por eso algunos que la rodeaban le tenían miedo y envidia y no dudaron en ningunearla y confabular contra ella, pero ella ha venido para recuperar el lugar que le corresponde y para que todo el mundo sepa la verdad sobre ella.
La imagen con la que me visitó María de Magdala fue con una cruz caída, para anunciarme y explicarme lo que esta significa. La cruz caída nos habla de los seres de luz en la Tierra. Nos anuncia que van a contactar con todos los que van a abrir el camino a Dios como hicieron ellos. María de Magdala nos anuncia que están para ayudarnos a abrir el camino al resto de los humanos y ella es la que tiene esa misión en esta nueva era: La Anunciación.
10. Cambios
El 2016 y el 2017 fueron años de muchos cambios. Dejé el trabajo, encontré otro, hallé un nuevo amor y, lo que no me hubiera imaginado nunca, cambié mi querida ciudad, Bilbao, para irme a Pamplona.
Tenía muchos miedos e incertidumbres. Empezar de cero era un reto para mí, pero poco a poco, echando de menos a mi gente, mi familia y Bilbao, me fui sintiendo libre y plena.
En Pamplona conocí de la manera más tonta a unas personas que compartían mis inquietudes por buscar el camino a la luz. En realidad no fue en Pamplona, sino en una tranquila y mágica localidad de Navarra de la que en este libro no hablaré hasta que el lugar esté preparado para ello. Esa localidad nos unió tanto que seguimos juntándonos ahí cada vez que queremos encontrarnos a nosotros mismos y sentir la unidad.
En esos años, poco a poco encontré la estabilidad, pero un día tuve un sueño que parecía extremadamente real y que me dejó muy preocupada. Estaba viendo Nueva York hundirse y desaparecer poco a poco. No entendía qué significaba todo eso, pero al día siguiente tuve una nueva visita. Hacía mucho que no tenía visitas y me costó descubrir de quién se trataba, pero recordando el sueño me confirmó que lo que había visto me lo había proyectado él.
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