¿Quién es Dios en el Antiguo Testamento?. Samuel Pagán
los maestros y las maestras y también de los teólogos y las teólogas de la iglesia, exponer con efectividad, gracia, orientación, sabiduría y dedicación las Sagradas Escrituras. El objetivo es que los creyentes, las congregaciones y la sociedad en general no solo entiendan el mensaje bíblico, sino que también tengan el deseo, la capacidad y el compromiso de aplicar sus enseñanzas a la vida diaria.
GRATITUDES
Luego de veinte años de haber publicado algunas ideas en torno al Señor de la Escritura por primera vez, reviso esos temas a la luz de nuestras nuevas investigaciones y reflexiones. Retomo el concepto, pues el siglo veintiuno requiere que tengamos una conciencia clara de la naturaleza divina. Además, las iglesias necesitan recursos noveles para comprender y predicar la naturaleza del Dios eterno; los predicadores y las predicadoras anhelan tener libros que les den nuevos recursos teológicos, homiléticos y pastorales; y las nuevas generaciones demandan explicaciones inteligentes a las preguntas básicas y fundamentales de la vida.
Este libro incluye algunas ideas que he explorado luego de años de reflexiones teológicas, décadas de traducciones bíblicas y decenas de libros publicados. Llega esta nueva obra bíblica y teológica mientras veo a mis hijos y nueras madurar, y me percato que mis nietos y nieta están creciendo rápidamente, en un mundo diferente al que me permitió estudiar y comenzar mi ministerio teológico, literario y educativo. Y presento esta publicación en medio de una serie extraordinaria de desafíos de salud y crisis económica que vive la humanidad.
En medio de una pandemia inesperada e inmisericorde, escribir sobre Dios es un gran gozo y un desafío extraordinario. Disfruto la investigación y la redacción del libro, pues incluyo temas que por años me han apasionado y he disfrutado. Pero también es un desafío singular, pues la gente pregunta, qué tipo de Dios permite el sufrimiento de tantas personas inocentes. Y esas afirmaciones e interrogantes me llevan nuevamente a explorar el libro de Job.
Le agradezco a Editorial Patmos y a su director, Thomas Ribas Souza, por la invitación que me hicieron para escribir y presentar este libro. Las crisis en la vida nos dan buenas oportunidades de escribir sobre el Dios transformador desde la perspectiva de la esperanza. Pienso que el énfasis educativo de Editorial Patmos puede ser un buen ángulo para poner esta nueva obra sobre Dios en las manos de creyentes hispanoparlantes interesados en presentar a la sociedad contemporánea un mensaje pertinente. Además, la editorial le brinda con este libro una buena oportunidad a las personas que están explorando la fe, a descubrir y disfrutar ángulos sobre Dios que no necesariamente se exploran de forma regular en los foros locales de las comunidades de fe.
Les invito a leer con detenimiento esta nueva presentación de mis reflexiones en torno al Dios de la Biblia, que en el Nuevo Testamento se lo conoce como el «Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo».
Para esta publicación he usado la traducción de la Biblia conocida como la Nueva Versión Internacional (NVI), aunque en varias ocasiones opté por traducir los textos del hebreo directamente al castellano. Esta es una versión de las Sagradas Escrituras con un muy alto grado de fidelidad a los manuscritos originales, junto a un nivel extraordinario de facilidad de comprensión.
EL DIOS QUE TRASCIENDE
Y para finalizar este prólogo le pedí a un buen colega y amigo de años que escribiera unas décimas con el tema de Dios, que incluyo a continuación. ¡Gracias, Luis Guillermo Montañez Vega!
El Dios que trasciende
Eres el Dios creador
que el desorden arreglaste
y en el Edén colocaste,
el objeto de tu amor.
El poderoso Señor,
que una nación escogiste,
porque a Abraham tú le pediste,
que de su tierra saliera,
para que en tu nombre hiciera,
tal y como le dijiste.
Eres Dios libertador,
amante de la justicia,
la más alegre noticia,
y bálsamo en el dolor.
Escuchaste tú el clamor,
y a Moisés así elegiste,
cuando te le apareciste,
en un extraño elemento,
por él terminó el tormento,
tal y como le dijiste.
Eres Dios, Señor y amigo,
de Elías, Samuel, Jefté
y de profetas con fe,
cada uno fue testigo.
De David bajo tu abrigo,
cuando rey fiel tú lo hiciste,
un día le prometiste,
y aseguraste su herencia,
porque te sirvió a conciencia,
tal y como le dijiste.
Eres el Dios que celoso,
estableciste instrucciones,
al pueblo diste razones,
para un futuro glorioso.
Y así se inició un hermoso,
caminar, porque insististe,
con fuerza lo condujiste,
pero un día te olvidó,
y el castigo le llegó,
tal y como le dijiste.
Tú eres un Dios que perdonas,
y tiene misericordia
y porque amas la concordia,
siempre buscas las personas.
Con ellas te relacionas,
a tu pueblo devolviste,
cuando cautivo lo viste,
con corazón desgarrado,
porque siempre lo has amado,
tal y como le dijiste.
Eres Dios de la promesa,
del Mesías que vendría,
en tú nombre él vencería,
con palabra de nobleza.
Al pueblo de tu dehesa,
que en formarlo te placiste,
a Jesús ahora le diste,