Deja a la estructura hablar. Rodrigo Ramos Jiliberto
de validación
5 ¿Cómo analizar la estructura de un modelo de sistema?
5.1 Fundamentos teóricos sobre digrafos signados
5.1.1 Tipos básicos de vértices en digrafos
5.1.2 Conectividad de digrafos
5.1.3 Matriz de adyacencia
5.1.4 Autoinfluencia
5.2 Análisis visual
5.3 Análisis topológico
5.3.1 Métricas globales de red
Medidas de cohesión
Medidas de forma
5.3.2 Métricas locales de elementos: centralidad
6 ¿Cómo analizar las respuestas de un modelo de sistema?
6.1 Análisis de la dinámica de sistemas
6.2 Estabilidad de un sistema
6.3 Análisis de efectos netos
6.3.1 Aleatorización de la magnitud de influencias
6.4 Análisis de escenarios: apep
6.4.1 Algunas definiciones relativas al apep
6.4.2 Toma de decisiones en la resolución de problemas sistémicos
Etapas del proceso de toma científica de decisión
6.4.3 Cómo conducir un apep
Aplicación al caso ejemplo
7 La modelización de sistemas en la educación escolar
7.1 La urgencia de una nueva educación
7.2 El enfoque sistémico en la nueva educación
7.2.1 Aprendizaje basado en proyectos (abp)
7.2.2 Modelización y análisis de sistemas en abp
7.2.3 Desarrollo del pensamiento sistémico en la nueva educación
Apéndice A
Apéndice B
Apéndice C
Apéndice D
Prólogo
Comienzo a escribir este prólogo en Santiago de Chile, la noche del 8 de marzo de 2020. Hoy hubo una manifestación pública masiva en conmemoración del Día de la Mujer (el “8M”) y, al parecer, asistieron entre uno y dos millones de casi solo mujeres, contando únicamente a Santiago. En diez días más se cumplen cinco meses desde el Estallido Social (el “18/O”), la revuelta ciudadana más grande de la historia de este país, y dentro de un mes habrá votaciones populares para decidir si se elaborará una Nueva Constitución de Chile. Son momentos de crisis, de peligro y oportunidad. Pero también de confusión. La sociedad organizada en lo que llamamos un “país” es, claramente, un sistema y, en particular, un sistema complejo. Este solo hecho es una herramienta conceptual con una potencialidad tan grande, que cuesta entender cómo es que esta perspectiva aún no se convierte en el eje del pensamiento político práctico y de las políticas públicas. Este libro puede ser, y espero sinceramente que así sea, entre otras cosas, un catalizador para tan provechoso fin. La sistémica va más allá de los sistemas sociales y claramente este es un libro científico, que no es solamente útil para la política, pero los momentos de convulsión en que nos encontramos me obligan en este instante a llamar la atención sobre ese punto. Yo recomendaría Deja a la estructura hablar como lectura obligada para cualquier persona que ocupe un cargo de responsabilidad pública. Este libro creo será parte de la historia de la sistémica y la convulsión en la que surge me obliga a llamar la atención también sobre la coincidencia, tal vez significativa, entre hitos importantes de la sistémica y la gran convulsión social dentro de la que han ocurrido:
1905, Rusia. Alexander Bogdánov, el fundador actualmente indiscutible del pensamiento sistémico, lideraba el Partido Bolchevique, el que tomó las riendas de la Revolución rusa contra la monarquía y que instauró el socialismo (urss). En la segunda jerarquía del partido estaba Vladimir Lenin, quien escribía un libro filosófico en contra de las ideas de Bogdánov. Bogdánov proponía que el conflicto, la oposición, era el resultado solo de la falta de organización. En cambio, para los marxistas, el conflicto, la lucha, es absolutamente inevitable. De hecho, es la fuente de todo cambio. Para la “dialéctica”, fundamento del marxismo, el cambio surge de la oposición, la disputa, el conflicto, la búsqueda de uno por dominar sobre otro, siempre habiendo dos bandos antagónicos. Finalmente, Lenin supera a Bogdánov en las elecciones del Partido y al tiempo se prohíbe la difusión del pensamiento del primer pensador de “los sistemas en sí”.
1942, Estados Unidos. Los fundadores de la cibernética comienzan a reunirse en los seminarios interdisciplinarios que terminarían llamándose Conferencias Mecy, financiadas por las Fuerzas Armadas de EEUU. Comienzan las reuniones en plena Segunda Guerra Mundial y continúan en la posguerra. Ya había quedado claro para las superpotencias que la tecnología y la inteligencia eran fundamentales para lograr el desarrollo y el poder. Las máquinas en interacción con los seres humanos serían el futuro de la nación y del mundo. Los cibernéticos se dan cuenta de que los humanos y las máquinas siguen principios sistémicos comunes, lo que les permite aprender a los unos de las otras y viceversa, y también acoplar su funcionamiento conjunto. Muy al estilo estadounidense esta corriente de pensamiento deriva hacia un enfoque tecnológico, formando parte de los orígenes de la computación, la robótica y la inteligencia artificial. Sin embargo, su pretensión científica y filosófica queda relegada a un segundo plano.
1973, Chile. Humberto Maturana y Francisco Varela, fundadores de la Autopoiesis, publican el libro De máquinas y seres vivos, haciendo renacer la sistémica en tanto conocimiento científico y filosófico de los sistemas. Varela había vuelto pocos años antes a Chile por su interés en apoyar el experimento chileno del socialismo democrático, que desde su inicio despertó esperanzas y convulsiones. El presidente Salvador Allende es derrocado en un golpe de Estado liderado por el general de Ejército Augusto Pinochet, que pronto destruye uno de los proyectos estrella de la coalición gobernante, la Unidad Popular: el Cybersin (o proyecto Synco). Se trataba de una sala de comando que centralizaría la información y las decisiones del Estado sobre la nación, entendida como un sistema, según la concepción del cibernético Stafford Beer, quien también llegó a Chile por la Unidad Popular. Se trató del intento más notable (a nivel mundial) de aprovechar el pensamiento sistémico para desarrollar estrategias y tecnologías en las políticas públicas. Pero, al parecer, los militares no vieron en este proyecto sistémico, pionero a nivel mundial, una herramienta útil para su régimen.
2020, Chile. Se publica Deja a la estructura hablar. Han transcurrido casi cinco meses desde que se desarrollara una batalla campal entre ciudadanos y las fuerzas policiales del Estado de Chile. Los ciudadanos cuentan con cascos de ciclismo, gafas de maestranza, ropa de calle, escudos artesanales, piedras, bombas molotov y leche de magnesio para atenuar el efecto de los gases lacrimógenos. Las fuerzas policiales cuentan con cascos, lentes, escudos, botas, ropa militar, escopetas de perdigones, escopetas de bombas lacrimógenas, carros lanza aguas y carros lanza gases. Ya han muerto más de cuarenta; eran del bando ciudadano. La gente clama por un cambio “estructural” en la organización política y económica de las naciones. Quieren otro modo de relación con la naturaleza, quieren otro trato