Racing. Jorge Vazquez

Racing - Jorge Vazquez


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seis millones y medio de habitantes, en esos años había superado a Estados Unidos en exportación de cereales a Europa. Fue la época de mayor esplendor, de la llamada generación del 80 (Mitre, Sarmiento, Roca…). La celebración del Centenario sellaba la culminación de la obra llevada adelante desde la caída de Rosas. El festejo tuvo visitas destacadas. Entre ellas, la más importante para la alta alcurnia fue la de la infanta Isabel de España, tía de Alfonso XIII. Buenos Aires se había convertido en una ciudad moderna y europea, que rige el destino de una nación con mano de obra inmigrante y con un perfil claramente agroexportador. Muchos advertían las grietas y fisuras al interior del sistema y su opulencia superficial. Se producen actos de violencia por efecto del crecimiento de los sectores excluidos. No era una fiesta para todos. Sin embargo, y a pesar de lo dicho, un espíritu nacionalista atravesaba semejante escenario social.

      El aire de nacionalismo que se respiraba como consecuencia de la conmemoración de la patria, por la Revolución de Mayo, ofrecía un escenario en el cual los colores celeste y blanco se replicaban en las calles del país con una fuerte presencia. Lo dicho anteriormente se convertiría en otro eslabón de la cadena de significantes que hicieron una fuerte conexión con la institución, ya que influyó fuertemente en la elección de los colores que la identificarían definitivamente. Este eslabón se conecta con firmeza a la marca de haber sido el primer equipo de fútbol formado íntegramente por criollos en el país, produciendo una sólida identificación a una insignia que se perpetuaría. De algún modo, el debate entre los dirigentes no fue ni complicado, ni extenso, debido a la unanimidad en la elección de los colores que los representarían a posteriori. Es un honor que años más tarde el equipo de equipos, la Selección Argentina de fútbol, copiara el modelo, convirtiéndolos (al menos en la indumentaria) en sus referentes. Así es como los bastones celeste y blanco en disposición vertical en la camiseta acompañan al equipo hasta la actualidad. También, a esta descripción la consideramos una lectura del porqué, cuando oímos alguna referencia a “la celeste y blanca”, inmediatamente, pensamos en el Racing Club de Avellaneda, o simplemente “la Academia”, para los amigos.

      Capítulo 2 - (1910-1930)

       Del Hepta al profesionalismo

      Hasta ese momento, en el fútbol de más alto nivel del país, había un equipo líder que se distinguía y se distanciaba de todo el resto. Era invencible. Se trata del Alumni. Su fundador fue el escocés Alexander Watson Hutton, quien fue considerado como el padre del fútbol argentino. Fue un prolífico fundador, ya que también, entre otras cosas, fundó en el año 1893 la Argentine Association Football League, convirtiéndose en el primer presidente de la mencionada asociación. En mi barrio, diríamos que era el dueño de la pelota. También había sido creador en el año 1884 de la Buenos Aires English High School, colegio bilingüe ubicado en el barrio de Belgrano.

      De esta escuela de altos estudios se desprende un grupo de muchachos que integrarían el Alumni Athletic Club. Entre los años 1900 y 1911, ganaron diez campeonatos. En ese momento se retiran del fútbol, dejando de competir en torneos oficiales. Cada cual hará su propia construcción de la historia, con los datos duros relevados a través de nuestro trabajo de investigación. Estos datos dicen que Alumni era único líder, siendo absoluto vencedor de todos los equipos que enfrentaba, hasta que por primera vez enfrenta a Racing Club de Avellaneda, el día 25 de junio de 1911 y es derrotado por la Academia por 3 a 1. Inmediatamente, semejante líder se retira del fútbol, se disuelve el grupo, dejando el liderazgo vacante. Lugar que Racing ocupará velozmente. Por esto, cada cual sacará sus conclusiones acerca de los motivos del retiro definitivo de aquello que Racing convirtió en leyenda (?), el Alumni Athletic Club.

      El equipo de Avellaneda se fue acomodando en la primera división con un digno papel los primeros tres años. La organización del fútbol argentino ha sufrido modificaciones de todo tipo a lo largo del tiempo. Hubo desdoblamiento de la asociación, por lo que ahora la organización estaba a cargo de dos entidades. Se organizaban torneos en zonas y por último los primeros definían quién sería el campeón en una final entre ambos ganadores de cada zona.

      En 1913, los criollos llegan a la instancia máxima, que es la final, para medirse con el San Isidro Athletic Club que luego de atravesar una transformación al castellano de su nombre, se convertirá en el Club Atlético de San Isidro, mencionado por sus siglas el CASI y de gran reconocimiento, en la actualidad, por su equipo de rugby. Aquel equipo de fútbol (hoy extinguido) fue fundado por jóvenes ingleses, hijos de los empleados del ferrocarril.

      La final se disputó a cancha llena y el entusiasmo de los seguidores era incalculable. El equipo del sur desplegaba mejor juego y esto fue reflejado en el resultado, donde los criollos vencieron por 2 a 0 al viejo CASI, integrado por ingleses. Por primera vez, los muchachos del sur llegaban a lo más alto en el país, dando inicio a una trayectoria que dejaría marcas a las generaciones venideras. El festejo se dispersó por todo el sur y la alegría de simpatizantes, propios y ajenos era interminable.

      Por esos años, Buenos Aires se sigue modernizando, produciendo todo tipo de obras públicas. Pero la más destacada para la época fue cuando miles de obreros comenzaron a remover las entrañas de la Avenida de Mayo, para hacer circular el tren bajo tierra. Dando inicio a la primera línea de subterráneo del país y de América Latina y la duodécima en el mundo. Se dirigiría desde Plaza de Mayo hasta Plaza Once. Esta obra fue inaugurada en 1913 y fue la primera de una serie que continuaría en el tiempo.

      Mientras tanto, los designios de la Academia continuaban su curso, y debía disputar en 1914 el siguiente torneo al que había salido campeón, con el difícil objetivo de repetir la hazaña. La formación sería la misma, a excepción del arquero que fue modificado. Lejos de disminuir, la confianza iba creciendo con el correr de los partidos, volviendo a conquistar el torneo, coronándose invicto. Había ganado todos los partidos, salvo un empate disputado con el viejo CASI.

      Durante ese año, estalla la Primera Guerra Mundial. La versión “light” cuenta que se produjo como consecuencia de los asesinatos del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, producidos el día 28 de junio de 1914. Como siempre, existe una mirada más compleja que expone el conflicto de viejos intereses entre las partes enfrentadas. Eterna problemática de la humanidad que, desde que se inventó el lenguaje, se presente el conflicto entre instancias cuando solo hay un lugar para dos. Como cuando hay un juguete para dos niños interesados. O como el juego de la silla, donde siempre hay un lugar menos que la cantidad de participantes. Las partes enfrentadas eran la Triple Alianza, integrada por Alemania, Austria-Hungría y la Triple Entente formada por el Reino Unido, Francia y Rusia. Pensaban que duraría unos meses, pero se extendió por cuatro años, hasta 1918.

      ¿En qué afectaría esto a la Argentina, siendo un país alejado, a tantos kilómetros de distancia y sin los intereses que pudieran compartir los guerreros? Al estilo del “efecto mariposa”, que aletea en Europa y el viento producido por sus alas se propaga y potencia a distancia, generando un tornado en Argentina, es que nuestro país ha sufrido consecuencias de aquel gran conflicto bélico. Dificultades de orden comercial, por costos de flete en la exportación de alimentos, presiones, fijación de precios, exigencias, sometimiento de las potencias en conflicto, fueron algunos de los aspectos con los que han tenido que lidiar los presidentes de ese período.

      Argentina se declaró neutral, primero con Victorino de la Plaza (1914-1916), de mandato corto, y por último, la parte más difícil le tocó a Hipólito Yrigoyen (1916-1922). Los radicales tuvieron que soportar esas tensiones, pero las protestas callejeras llevaron al presidente a sostener posturas ambiguas: mantener la decisión de neutralidad y luego mostrar gestos de subordinación, con algunas potencias europeas. Una ambigüedad propia de futuros gobiernos radicales.

      ¿Dos demonios?

      Dicha


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