La zanahoria es lo de menos. David Montalvo
y aun la amargura de las propias
equivocaciones. Todo eso lo
debemos dejar atrás, y no cargar
las pesadas piedras del rencor
contra los demás o contra nosotros
mismos. Si hacemos a un lado esa
inútil carga, si no la llevamos con
nosotros, nuestro camino será más
ligero y nuestro paso más seguro.
Catón
Pró-logo
A ustedes lectores que iniciarán un viaje por su interior con este libro:
Los prólogos suelen ser una parte del libro que, a menudo, queda sin leer, abandonados al silencio o al franco olvido, esperando que un explorador de las palabras decida algún día entrar en su territorio.
Su significado es interesante:
pro = antes, logo = palabra, expresión
Así, un prólogo es algo que antecede a las palabras y a lo que va a ser expresado. Debería ser, por tanto, un texto que introduce sin desvelar o revelar, sin mostrar demasiado, sin eliminar el misterio. Asumimos con respeto nuestra misión desde el afecto y estima que tenemos por el autor y el respeto y admiración que sentimos por su obra.
El autor
La zanahoria es lo de menos nace del viaje que el autor emprende a través de paisajes emocionales inciertos, atravesando zonas de tempestades y dificultades. Él mismo nos comenta generosamente algunas de sus experiencias de vida, y precisamente cuando la palabra proviene de una fuente vivencial se legitima para ser dicha, cuando su energía es un puente de unión entre el autor y el lector, porque cuenta con el poder de la sinceridad y la coherencia.
David es una persona con una gran fuerza interior. Es generoso, afable, de trato muy próximo. La palabra y la comunicación juegan un papel muy importante en su vida, así como los vínculos personales. Confía firmemente en las personas y en la vida.
Es un gran investigador y divulgador en el campo del desarrollo humano, un apasionado del mundo de las emociones y sentimientos.
Su capacidad de influencia se basa en su coherencia personal y en su capacidad de convertir el sustantivo AMOR en el verbo AMAR. Esta es su misión de vida.
La creación
El libro que tienen entre sus manos puede llegar a ser un libro de trabajo si así lo eligen, puesto que está repleto de perlas de sabiduría que pueden recolectar. David, excelente conocedor del tema, se vale de numerosas metáforas y teje su discurso intercalando ideas inspiradoras, relatos y numerosos ejemplos que explican y aclaran. Su prosa ágil y amena y su lenguaje claro y siempre bien escogido facilitan la comprensión de un contenido sencillo a la vez que profundo, que invita a pasar a la acción.
El planteamiento del libro sintoniza plenamente con nuestro modelo de Ecología Emocional, que ofrece un planteamiento ecosistémico y creativo para CAPACITARNOS en el arte de vivir vidas emocionalmente sostenibles, equilibradas y armónicas y llegar a ser personas más creativas, amorosas, pacíficas y autónomas. Este planteamiento compartido con David ha permitido nuestro encuentro y generar sinergias con vistas a lograrlo.
Con él compartimos que, en efecto, padecemos mayor contaminación emocional que atmosférica, y esto es así porque trasladamos afuera lo que llevamos en nuestro interior.
Si vivimos emocionalmente contaminados e intoxicados, reproducimos en todos los ecosistemas externos en los que participamos este clima desequilibrante generado en nuestro universo interior.
Este libro aporta respuestas clave a los problemas generados por un clima emocional tóxico que causa un sufrimiento totalmente evitable. Esto es de suma importancia porque el lector contará con un medio efectivo para sortear «problemas» que arrastra desde hace tiempo.
Se trata en suma de aprender a gestionar mejor las crisis y las emociones caóticas que se generan, y de promover la «higiene emocional» diaria. Porque, como dijo Gandhi, «si cada día nos arreglamos el cabello, ¿por qué no hacemos lo mismo con el corazón?»
Con la metáfora de la carreta cargada, el burro y la zanahoria, de forma divertida pero muy seria al mismo tiempo, entramos sin apenas darnos cuenta en una cuestión básica para poder avanzar hacia una vida emocionalmente sostenible.
Viajamos con carretas tan cargadas que para poder continuar viviendo esta vida desequilibrada e insostenible, necesitamos el estímulo o la promesa de la zanahoria. Y así, nos cuenta el autor, enfocados en la zanahoria no nos damos cuenta de que el problema real es la carga pesada de la carreta. ¿Acaso es posible el bienestar personal si vivimos emocionalmente intoxicados?
El autor propone realizar un detox emocional, de forma similar al detox que muchas personas realizan cuando su cuerpo físico está descompensado. Lógico es aplicar una estrategia similar al cuerpo emocional. Pero ¿cómo se puede hacer? Esto es lo que el lector descubrirá en este libro, que ofrece una gran cantidad de herramientas aplicables para momentos difíciles y procesos de desierto emocional.
La acción
La indiferencia más grande es no hacernos cargo de nuestra propia vida. El autor nos recuerda una idea de Boris Cyrulnik, psiquiatra y neurólogo francés: «Nuestro origen no es necesariamente nuestro destino».
¿Cómo hacemos un detox emocional? David nos propone en este libro muchos «cómo»: remover, quitar, limpiar, reacomodar y reajustar lo que nos impide avanzar de forma más ligera por la vida.
También nos comparte una serie de Jugos Emocionales Desintoxicantes compuestos de un elevado contenido de valoresacción necesarios. Lo mejor es que todos disponemos de sus ingredientes clave y no dependemos de nadie para prepararlos y consumirlos.
¡Detectemos, pues, los hábitos que nos producen acidez emocional; revisemos nuestras creencias desadaptativas; desactivemos la carga de rencores, resentimientos y culpas; soltemos los apegos; quitémonos las capas tóxicas y desnudemos el alma, para descubrir como somos realmente y llegar a lo más valioso de ese universo del interior!
Gracias, David Montalvo, por este regalo de sabiduría en la forma de este libro. A partir de su lectura estamos convencidos de que todos vamos a prestar mucha más atención a la carga de la carreta que a la zanahoria que nos distrae.
JAUME SOLER Y MARÍA MERCÈ CONANGLA
Fundadores del Institut D´Ecología Emocional de Barcelona
Introducción
La carreta, el burro y la zanahoria
No sirve de nada ir deprisa si no sabes a dónde vas. Lo importante es caminar en la dirección correcta.
Antoine de Saint-Exupéry
Cuenta una parábola que si quieres hacer que un burro se mueva, necesitas colocar un palo del que cuelgue una zanahoria delante del animal, de tal manera que este camine hacia ella pero nunca la alcance.
Desde hace muchos años, esta historia ha tenido diferentes versiones, aunque en esencia el mensaje