La otra campana. Matías Tombolini

La otra campana - Matías Tombolini


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comercial y el saldo de la balanza de pagos. El primero muestra la diferencia entre exportaciones e importaciones, lo que podría entenderse como el total de divisas con el que cuenta un país luego de realizar todas sus compras y todas sus ventas con el exterior. Así, si el resultado fuese positivo, la economía doméstica contaría con un ingreso de divisas, mientras que sería una pérdida de las mismas en caso de obtener un resultado negativo. De la mano de este concepto, el saldo de la balanza de pagos muestra este resultado, pero de una forma más amplia. En otras palabras, este balance registra todas las transacciones entre residentes y no residentes, extendiendo el análisis hacia servicios y otras transferencias, pero, en definitiva, arribando a conclusiones similares en torno a las divisas con las que cuenta el país.

      Finalmente, por el lado del sector público tenemos el déficit fiscal. En esta ocasión, lo tomamos desde lo que se conoce como resultado primario. Traduciendo este concepto a una terminología más cotidiana, el Gobierno realiza la diferencia entre lo que recaudó y lo que gastó. Este saldo indica si el organismo cuenta con un déficit o un superávit. Asimismo, dicho resultado es primario, dado que no contempla el pago de intereses (si lo hiciera, estaríamos hablando de un resultado financiero).

      Desde el primer día se buscó replantear el rol del Estado en diversos frentes, con una mayor preponderancia y mayor actividad, modificando la composición de la presión fiscal y el gasto, es decir, el modo en que se repartían los costos de una crisis económica a la que no le podíamos buscar responsables fuera de nuestras fronteras. El camino para alcanzar un patrón de desarrollo sustentable se asentó en un conjunto de medidas concretas, las que podríamos organizar del modo que sigue a continuación.

       Derechos de exportación

      El debate sobre las retenciones lleva más de una década en nuestro país y, sin dudas, este tipo de medidas atiende una concepción concreta respecto de cómo se reparte la carga del esfuerzo fiscal. Fue justamente en función de esto que se reorganizó la tasa que se aplicaba sobre los principales cultivos (Tabla 2).

      TABLA 2

Cuadro

      De esta forma, dados los precios internacionales y las retenciones aplicadas a cada producto, podemos observar los valores percibidos por los productores en los últimos años (Tabla 3).

      TABLA 3

Cuadro Cuadro

      Si miramos la Tabla 4 podemos tener un panorama sobre cómo se movieron las principales variables. Se debe agregar que, al analizar la estructura de costos, hay muchos insumos dolarizados, de modo que la devaluación mejoró los ingresos, y también afectó los egresos de los productores, solo que en proporciones muy diferentes.

      TABLA 4

Cuadro

      El análisis, además, debe completarse con criterios múltiples como, por ejemplo, que el rendimiento de los campos no es similar en las diferentes zonas del país, y que la escala de costos depende del tamaño de los productores. Todos argumentos atendibles, que además abrieron una honda herida que aún sigue abierta en la Argentina.

       Jubilados y pensionados y AUH

      Se pagó un bono extraordinario de cinco mil pesos en diciembre y otro en enero de 2020 a quienes percibían sólo un haber mínimo o hasta un tope de $19.068, así como de dos mil pesos a los beneficiarios de la AUH (asignación universal por hijo). Y a partir de marzo, se puso a disposición una lista de 170 medicamentos gratuitos para los afiliados a PAMI.

      Al mismo tiempo, se congelaron las jubilaciones, suspendiendo la fórmula que había impulsado la gestión anterior con la reforma jubilatoria de finales de 2017 y modificando a partir de allí los haberes por decreto hasta que se sancionó la nueva fórmula en diciembre de 2020.

      Es obvio que la medida no es la más deseable, pero atiende un concepto claro a la hora de ordenar prioridades, y opera sobre el segmento de beneficiarios más castigado frente al avance de los precios en la gestión de Macri. Luego se presentó el nuevo proyecto de ley de actualización de los haberes regresando al criterio vigente hasta 2017, donde la evolución quedó atada a variables como salarios y recaudación, desenganchando la actualización del avance de los precios al tiempo que vincula la mejora del poder adquisitivo de jubilados y pensionados al modo en que se muevan el salario y a la performance de la economía en su conjunto.

      De esta manera, los recursos fiscales se reorganizaron buscando fortalecer la base de la pirámide al tiempo que se relegó a quienes percibían haberes más elevados. Es decir, teniendo en cuenta los bonos que se otorgaron en 2020, aquellos que cobraron la jubilación mínima quedaron casi a la par de la inflación, mientras que los que perciben haberes más elevados vieron caer su poder adquisitivo.

      Si observamos la evolución de las jubilaciones, AUH y Salarios versus los precios, veremos que en la última década los números hablan por sí mismos.

      TABLA 5

Cuadro Cuadro

       Dólar

      Se impulsó un impuesto del 30 % a la compra de toda moneda extranjera, de manera que, para casi todos los consumos en dólares, se encareció su valor final. Este impuesto no aplica a la mayoría de las importaciones, pero sí a todas las compras con destino ahorro.

      No hay dudas de que limitar el acceso al mercado de cambios es sumamente antipático, pero creer que el Estado debe permanecer prescindente de ello por momentos se torna casi naif. Para poder ahorrar en dólares debemos enfrentar un dilema; o fomentamos la capacidad de generarlos o dejamos que el precio se vaya a las nubes, lo cual implica que se dispare la inflación, y se resientan todas las variables que contribuyen al bienestar general.

      El modelo que se propone es simple y se encamina en la dirección opuesta al desplegado por la gestión de Cambiemos; la idea es promover la generación de valor, primero financiando el capital de trabajo y luego las inversiones de las empresas. Se trata de apostar a la generación de divisas mediante las exportaciones que puedan alimentar la compra de insumos y bienes de capital importado para mejorar nuestra producción y retroalimentar el círculo. La restricción, en realidad, es el resultado de un orden de prioridades que pone al tope de las mismas la generación de divisas genuinas. Ahí es donde se encuentra uno de los cuellos de botella más relevantes de nuestra economía. De una manera u otra,


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