Evolución imposible. John Ashton
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Evolución imposible
Doce razones por las que la Evolución no puede explicar el origen de la vida sobre la Tierra
Dr. John F. Ashton
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
Índice de contenido
Evolución imposible
12 razones por las que la Evolución no puede explicar el origen de la vida sobre la Tierra
John F. Ashton
Título del original: Evolution Impossible: 12 Reasons Why Evolution Cannot Explain The Origin of Life on Earth. Publicado por New Leaf Publishing Group, Inc., P. O. Box 726, Green Forest, Arkansas 76238, U.S.A., 2012.
Dirección: Gabriela S. Pepe
Traducción: Néstor Rivero Rivero
Diseño de tapa: Romina Genski
Diseño del interior: Marcelo Benítez
Ilustración de tapa: Shutterstock
Libro de edición argentina
IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina
Primera edición, e - Book
MMXXI
Es propiedad. © 2012 John F. Ashton y New Leaf Publishing Group.
© 2015, 2021 ACES. © 2015 ADVENTUS. Primera edición en español con autorización de los propietarios del copyright.
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.
ISBN 978-987-798-356-2
Ashton, John F.Evolución imposible : 12 razones por las que la Evolución no puede explicar el origen de la vida sobre la Tierra / John F. Ashton / Dirigido por Gabriela S. Pepe. - 1ª ed . - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana ; Estados Unidos : Adventus, 2021.Libro digital, EPUBArchivo digital: OnlineTraducción de: Néstor Rivero RiveroISBN 978-987-798-356-21. Religiones. 2. Biología Evolutiva. I. Pepe, Gabriela S., dir. II. Rivero Rivero, Néstor, trad. III. Título.CDD 261.55 |
Publicado el 25 de febrero de 2021 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).
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Prólogo
El objetivo de la investigación científica es descubrir la verdad, y los científicos, de todas las personas, deberían tener la mente abierta y estar dispuestos a considerar todas las evidencias. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que una vez que una idea se ha arraigado, incluso los científicos encuentran difícil aceptar algo que se aparte de ella. Esto es lo que ocurre actualmente con la Teoría de la Evolución. Esta teoría se ha convertido en un dogma o, para citar al profesor Bernard David, en “la Ley de Darwin”; y cuestionarla es “ignorancia y descaro” (Prof. C. D. Darlington).1
A pesar de esto, algunos científicos tienen una actitud abierta y, aunque adhieren a la Teoría de la Evolución, están dispuestos a admitir que presenta dificultades. El Dr. John Ashton ha resaltado estas dificultades en su libro. Debido a la infinitamente pequeña probabilidad de que la vida se forme espontáneamente, y de que las formas de vida simples den lugar a otras más complejas por medio de procesos naturales de mutación y selección, ninguna persona libre de prejuicios puede, con plena conciencia, elevar la Teoría de la Evolución a la categoría de ley, o criticar a quienes se atrevan a cuestionar el proceso evolutivo.
Si uno acepta que el proceso evolutivo presenta dificultades, debería estar dispuesto a considerar otras interpretaciones. En este libro, el Dr. Ashton propone explicaciones alternativas para los datos del mundo natural que comúnmente se interpretan dentro del marco de la Teoría de la Evolución. Lamentablemente, muchas personas mirarán el título del libro y lo desestimarán sin siquiera abrirlo. Y es que esta obra no es para quienes tengan una mentalidad estrecha, sino para aquellos que exhiben una mente abierta y están dispuestos a examinar sin prejuicios distintas posibilidades en su búsqueda de la verdad. Es a este tipo de personas a quienes recomiendo el libro del Dr. Ashton.
Profesor Emérito Warren Grubb, PhD
Facultad de Ciencias Biomédicas, Universidad de Curtin,
Perth, Australia Occidental.
1 Hugh Montefiore, The Probability of God (London: SCM Press Ltd., 1985), p. 75.
Introducción
Hace algún tiempo, tuve una reunión con varios profesores de una universidad australiana muy respetada. Estaban investigando sobre cruzamiento y selección de cultivos, y existía la posibilidad de colaborar con ellos en un proyecto para integrar rasgos de resistencia a enfermedades en un nuevo tipo de cereal recién desarrollado. Las técnicas de mejora incluían tratar las semillas con productos químicos que dañaban su ADN. Las semillas mutantes se germinaban, y se estudiaban en busca de cualquier rasgo beneficioso que pudiera haber resultado de los cambios.
El nuevo tipo de cereal, del que estábamos hablando, poseía una disparidad favorable causada por la destrucción de parte de un gen. Esta pérdida de material genético hacía que la “nueva” planta produjera un grano con almidón menos digerible, que al ser incorporado en la elaboración de alimentos podía, potencialmente, ser beneficioso para la prevención y el control de la diabetes tipo II.
Durante el almuerzo, estuve pensando en el papel de las mutaciones en relación con la Teoría de la Evolución. Para que una nueva especie evolucione a partir de un antepasado común, debe surgir información genética nueva, presumiblemente a partir de algún tipo de mutación favorable. Así que, mientras estábamos sentados alrededor de la mesa, pregunté al investigador en jefe del proyecto: “¿Alguna vez las mutaciones han originado nueva información genética significativa?”
Su respuesta fue inmediata: “¡Por supuesto que sí!”
“¿Podría darme un ejemplo?”, le pedí a continuación.
Pensó por un momento y respondió alargando las palabras: “Hmmm... No puedo recordar ahora mismo ningún ejemplo específico, pero pregúntele a nuestro genetista… él será capaz de darle un