Hemos conocido el amor. Sebastián Escudero
Pero si son solo 40.
—¿Y quién dijo que debo detenerme?
Estaba por volver a empezar a leer de nuevo los 40 días, cuando de pronto tuve la moción de Dios de escribir yo mismo 40 días más con nuevas características del amor de pareja. El martes 30 de octubre tengo anotado en una agenda del año 2012 que empecé a escribir el día 1 de una nueva serie de reflexiones.
Unas semanas después Belén y yo empezamos nuestra relación de noviazgo. Y una de las primeras y más hermosas gracias que el Señor nos regaló en esos tiempos fue que ella empezó a hacer el reto del amor, leyendo cada día las reflexiones del libro. Lo consideramos como parte del proceso de discernimiento rumbo al altar. Para cuando ella terminó sus 40 días yo ya tenía los 40 días escritos por mí, así que ella decidió continuar leyendo mis reflexiones.
El miércoles 6 de febrero de 2013, estando en el aeropuerto de mi ciudad de Córdoba, rumbo a Puerto Mont, sur de Chile, le pregunté a Belén por mensaje de texto si valía la pena, según su parecer, que me ponga en la tarea de darle forma a esos escritos para que un día fueran mi propio libro con reflexiones acerca del amor. Y ella colocó textualmente: “¡Sí, mi amor! Vale la pena”. Ese día, a esa hora, en ese lugar… empecé a escribir este libro que tienes en tus manos.
Pido a Dios que cada día de reflexión te ayude a conocerlo más a Él, que es EL AMOR (1Jn 4, 8). Y así, un día, seamos muchos los que digamos, con un corazón agradecido… “Hemos conocido el Amor”.
Sebastián Escudero, febrero de 2015
1- Síntesis adaptada del argumento de la película disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Fireproof.
2- KENDRICK, Stephen & KENDRICK Alex. El desafío del amor. B&H Publishing Group. 2010.
Introducción
Han pasado casi 2000 años desde que el apóstol san Pablo definiera de modo magistral la naturaleza del verdadero amor:
El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1Cor 13, 4-8).
Sin embargo, el significado de semejantes definiciones aún permanece sin ser comprendido en su plenitud. Y quizás no lo sea jamás para nosotros acá, en esta vida. Mientras tanto, humildemente, somos muchos los que buscamos profundizar el alcance de estos breves conceptos que da el apóstol.
Notemos que cuando san Pablo habla del amor está describiendo características propias como si se tratara de una persona. Cuando dice el amor es paciente nos está queriendo decir que el que ama verdaderamente tiene que ejercitarse en la paciencia con aquel a quien ama.
¿Necesitaremos hoy este tipo de aclaraciones acerca de lo que significa amar? ¿Tiene vigencia esta carta de san Pablo que le escribió a una comunidad griega,veinte siglos atrás? Yo creo que sí. Por eso escribí este libro. Quizás hoy más que nunca necesitemos profundizarla. Especialmente cuando aplicamos la palabra amor con referencia al amor de pareja. Hoy en día existen miles de noviazgos y matrimonios en crisis justamente por no comprender ni practicar el amor verdadero en sus relaciones. Se habla demasiado del amor romántico en todos lados y en todo momento (en las canciones, en los libros, en las películas, etc.) pero muy pocas veces se ama como Dios quiere que amemos.
Este libro, el sexto que Dios me permite escribir, trata de ser una pequeña luz más de reflexión acerca de este tipo de amor, aplicado exclusivamente al amor de parejas. No es un libro como los demás que escribí. Se trata más bien de una especie de trabajo de investigación personal, un compendio de enseñanzas que en alguna ocasión me fueron de gran bendición, una recopilación de datos proporcionados por profesionales, por expertos, por personas con décadas de experiencia matrimonial. Cada una de las fuentes está citada con su debida referencia bibliográfica -que por cierto es bastante extensa- al final del libro.
Esto hace que sea una obra singular en su manera de escribir, porque por lo general me involucro con testimonios personales en mis escritos. En este caso he elegido ser objetivo y escribir sin incluirme, salvo en dos o tres ocasiones particulares. En parte debido a que no me considero con la autoridad suficiente en el asunto porque que llevo pocos meses de casado. (3) Pero especialmente, porque considero de máxima importancia tener un panorama amplio de autores que reflexionaron sobre el amor.
A diferencia del libro El desafío del amor, en el que me he basado para escribir este libro, cada uno de los días de reflexión no concluye con un desafío, sino que solo procura sembrar principios a tener en cuenta. Quedará para el trabajo personal (o de la pareja) la elaboración de desafíos concretos a poner en práctica luego de lo aprendido.
Los días de reflexión no tienen un orden jerárquico. No es mi intención hacer una categorización ni una escala de valores acerca de qué día debe ser considerado más importante que el otro. Eso lo podrá hacer cada lector conforme a la utilidad y sentido que le encuentre a las reflexiones. Desde el punto de vista teológico no creo que exista una característica del amor más importante que la otra, sino que cada una se integra con las demás para expresar la esencia del amor auténtico.
Igualmente cabe aclarar que, aunque ningún día se repite, encontrarás a lo largo del libro que algunos principios se han señalado ya en algún día de reflexión previo. Esto es debido a que todas las características están relacionadas unas con otras para definir lo que implica el acto de amar a la pareja.
Sugiero, como lo hice en mi anterior libro Pan de Héroes, leer una reflexión por día, de manera tal que podamos rumiarla adecuadamente a lo largo de la jornada. No está pensado como un libro de lectura continua, sino más bien como parte de un proceso de reflexión y meditación diaria que nos permita degustar, analizar, orar y poner en práctica los principios enseñados. Tampoco está pensado como libro para leerlo en pareja, aunque podría serlo. Sería más provechoso leerlo por separado, respetando el proceso reflexivo de cada uno.
Los destinatarios principales de este libro son los que están en una relación de pareja, pero esto no excluye a los que quieran aprender más acerca de las características del amor romántico, sea cual sea su estado de vida y situación sentimental.
El término “pareja” abarca de modo amplio a los matrimonios en primer término, a los novios en segunda instancia, y a todas las relaciones afectivas que por diversas razones no pueden ser incorporadas en ninguno de estos dos grupos, pero que sí se reconocen como pareja. No me pareció justo limitar el alcance de la palabra amor a un solo tipo de relaciones.
El estilo utilizado es el mismo de los anteriores libros que escribí. No quiero hacer teología, psicología ni filosofía, sino tal vez una mezcla de las tres, pero desde un enfoque espiritual.
He procurado la variedad, cambiando permanentemente de temáticas para reflexionar. Por lo cual no será posible hacer una lectura continuada de reflexiones sin tener que hacer necesariamente una pausa mental entre enseñanza y enseñanza, salvo en algunos días indicados cuyas enseñanzas están concatenadas y que siguen una línea temática. Esto se da en temas que ameritan una reflexión de más de un día, por ejemplo: cuando hablo de la comunicación asertiva, el carácter del amor, el respeto, la confianza, etc.
Ruego a Jesús que, en cada reflexión que leas de este nuevo trabajo que Él me encomienda, encuentres respuestas y revelación a tu vida y a tu pareja. Que este aprendizaje signifique tanto para ustedes como significó para nosotros a lo largo de estos años escribiéndolo.
El título del libro está sacado de una canción que mi mamá me enseñó cuando tenía 11 años y que siempre quedó dando vueltas en mi corazón. Hoy entiendo el para