Dimensiones humanas en acción : Ser para saber obrar. Andrés González Duperly
Las nociones del Ser para Saber Obrar (SSO) se validan por las disciplinas filosóficas que las sustentan; las entendemos desde la siguiente aproximación y cada cual con las otras dos de la trilogía y alcances:
I. Ontolología. Rama del saber que se ocupa de explicar las esencias del ser que se es –ahí– ente consciente de sí mismo. Ser que se interpreta en su verdad en correlato entre la consciencia espiritual de la consciencia (del alma-psiquis) y la realidad a partir de la mismidad, puesto que el ser –en los “aquí y ya” en la interactividad– es representación de un estado continuo de saberes determinados por serse consciente de sí mismo con la realidad en la que actúa (obra).
II. Epistemología. Disciplina que versa sobre la esencia del conocimiento, experiencia psicomotora que define el saber –gobierno de la idea– en las trayectorias evolutivas de las ciencias, técnicas y tecnologías. El saber es condición de la mente-pensamiento (inteligencia), estadio de la consciencia –por entender y darse cuenta de [being aware of]– que entiende lo que entiende sobre uno o varios conocimientos que comprende, retiene y aplica y con salida al aprehender a ser.
III. Gnoseología. Estudio sobre el discernimiento o conocimiento de la esencia del saber hacia al objeto destinado en la obra del mundo físico y metafísico. Acción o acciones tácitas de comportamientos del ser que se sabe sensato e interpreta sobre el objeto de su ser para saber poner en acción lo que requiere de acuerdo con el discernimiento.
SER, SABER OBRAR (SSO): TRILOGÍA
Por “trilogía” entenderemos el sistema (abstracto) de nociones cuyos alcances transdisciplinares se mantienen como un todo en las reciprocidades (con base en Bertalenffy, 1968). Esto incluye las posibles relaciones entre cada noción e interpreta las relaciones para comprender la interrelación recíproca que se revela en conjunto como unidad (integrada). Desde cada noción se conforma el todo trilógico, invocando la capacidad de significar cada uno de los conceptos-nociones frente a sí en consonancia con los otros dos. Se dilucidan de acuerdo con los contenidos taxativos sobre la vida sensible e insensible en las implicaciones de “entender que se entiende” (Lonergan, 1957) para retener y luego, aplicar.
Cada noción en sí misma atesora apreciaciones de conocimientos esenciales en pro del entendimiento para la comprensión del sí mismo y el objeto externo con el que se relaciona. En las reciprocidades cada noción-concepto requiere un proceso de razonamiento que se articula en la dependencia mutua –o en las interdependencias–, facilitando “saberes”, conocimientos integradores en las construcciones del conocimiento en las nueve propiedades:
El Ser en sí | Ser < ≈ > Saber | Ser < ≈ > Obrar
El Saber en sí | Saber < ≈ > Ser | Saber < ≈ > Obrar
El Obrar en sí | Obrar < ≈ > Ser | Obrar < ≈ > Saber
< ≈ > = reciprocidad de doble vía.
Por tanto, el ser consciente aprende y se aprehende (a ser) en saberes sobre el mundo interno o externo por los medios (preguntas) y las razones (necesidades) que fueren. Por estar consciente de saberse aprendido/aprehendido, se sabe inteligente (conocedor) sobre determinados conocimientos, saberes que se retienen en la memoria para y por algo desde la atención. Lo que implica que se enfundan concluyentes alcances, objetos del saber. La utilidad (beneficio) pone determinado saber expreso en la acción, en el obrar, consecuencia del conocer del ser que atañe a la dimensión de la imaginación en cuanto esta designa (gestiona/dirige) el conocimiento en las construcciones del conocimiento en los diferentes saberes.
El resultado del obrar a partir del conocimiento es esencia del pensamiento y los sentimientos de la vida interior a partir de la consciencia, el motor de la vida psíquica y biológica. De manera que cada noción de la trilogía tiene una o más correspondencias, reciprocidades con las otras dos, con nueve perspectivas diferentes en las combinaciones. Cada noción del SSO y sus conceptos se presentan en los capítulos correspondientes; se integran con otras trilogías complementarias, como identificamos más adelante, y actúan en calidad de hilos conductores –intrínsecos a los desarrollos formativos del fortalecimiento de las virtudes, el desarrollo de las habilidades transversales con las competencias colaterales y organizacionales y facultades endógenas– en pro del desarrollo integral de la vida.
En esencia: el ser humano es ente consciente; a media ración sabe que se es; como tal, que aprende y se aprehende, construyéndose poco a poco. Al saberse conocimiento, obra fundiendo la consciencia racional, afectiva, volitiva, ética, estética… entre múltiples niveles en el entendimiento (comprensión) del “sí mismo” (self) con los respectivos “yos” según los roles que cada uno ejerce y las “voces” que autoescucha por parte de la consciencia en las experiencias. Se sirve de códigos (lenguajes) para comunicarse con el mundo externo en la transferencia de significados de doble vía desde la inmediatez del sí mismo y en las intencionalidades que formula. Cada una de las nociones de las trilogías asciende, se renueva hacia diferentes cotas; de manera que el sustantivo “ser” junto con los verbos “saber” y “obrar” de cada disciplina de la filosofía se interpretan según las interrelaciones que conforman el tejido de la malla curricular.
Si bien el lenguaje es el epicentro del entendimiento, el medio que permite expresar y construir cogniciones, la palabra es la fuerza expresiva del tiempo presente en el verbo en la modalidad de infinitivo, y denota la acción por significar la razón del ser humano en el logos. La palabra es el principio racional de las cosas del mundo interno y externo del ser y conlleva a las transformaciones por el autogobierno en relación con los cambios o, en su defecto, en el futuro de estos.
En el diagrama de Venn se presentan las interrelaciones de doble vía de cada una de las nociones en los cruces de las disciplinas. Este es el marco que fundamenta el enfoque del Ser para Saber Obrar, epicentro de la dirección integral de vida. La trilogía esencial del enfoque es semilla de la coherencia interna, autenticidad que permite atender los gérmenes de todos los defectos virtudes en las dualidades y afrontar complejidades; en la pluridimensionalidad y horizontes de las significaciones intencionales que orientan al Directivo Integral de Vida (individuo interior) hacia la ética del juicio (Kant) y ética de la decisión (Hegel).
ESQUEMA 2
INTERRELACIONES DEL SER PARA SABER OBRAR Y LA ÉTICA
Fuente: Elaboración propia, Gerintegral para FAE/FCSH en SSO-2010-2018
DEL SUSTANTIVO Y VERBOS DE LA TRILOGÍA SSO
El verbo define la acción, esto es, el estado o el suceso de algo aplicable en nuestro contexto del saber obrar en las expresiones desde la dirección integral de vida, comenzando con el ser autoconsciente, lo que implica ser esfuerzo para autosuperarse (Nietzsche, 1978), haciendo un camino permanente en su potencia transcendente. Desde estas premisas, cada verbo de la trilogía:
1) en modo simple infinitivo, va más allá de los límites de lo que comprendemos por el mundo sensible e insensible (ser, saber, obrar), en la perdurabilidad de las cosas;
2) expresa lo que es posible conjugar en la acción por quien define –llámese Directivo Integral de Vida o individuo interno–, consciente de sí, de los alcances y limitaciones frente a su unicidad y de los congéneres en procesos de innovar cambios en la sostenibilidad;
3) es susceptible a los cambios a nivel personal y productivo-organizacional, gracias a lo cual permite expresar los accidentes de tiempo, número, persona y modo; aplica a las tecnologías y a la productividad desde la habilidades transversales que comprenden, en ese orden de virtudes, competencias, facultades según el programa de enseñanza-aprendizaje, complemento de estas líneas;
4) es transcendente desde el principio por su connotación teológica,