Comuneros. Miguel Martinez
COMUNEROS
EL RAYO Y LA SEMILLA (1520-1521)
MIGUEL MARTÍNEZ
COMUNEROS
EL RAYO Y LA SEMILLA (1520-1521)
PRÓLOGO DE XAVIER DOMÈNECH
MECANOCLASTIA, 11
Primera edición en Hoja de Lata: marzo del 2021
Primera reimpresión: abril del 2021
Director de la colección Mecanoclastia: David Becerra Mayor
© Miguel Martínez García, 2021
© del prólogo: Xavier Domènech, 2021
© de la imagen de la portada: Puri Salví, 2021
© de la fotografía de la solapa: Lorena Uribe Bracho
© de la presente edición: Hoja de Lata Editorial S. L., 2021
Hoja de Lata Editorial S. L.
Avda. Galicia, 21, 4.º E, 33212 Xixón, Asturies [España]
[email protected] / www.hojadelata.net
Diseño de la colección: Trabayadores culturales Glayíu
Corrección: Olaya González Dopazo
ISBN: 978-84-16537-74-7
Producción del ePub: booqlab
|
Esta obra ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte. |
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo las excepciones previstas por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
A María y Toni, comuneros veteranos, tradición rebelde
Había
vértigo y luz en las arterias del relámpago,
fuego, semillas y una germinación desesperada.
Antonio GAMONEDA, Canción errónea
ÍNDICE
Apéndices
Cronología mínima de las Comunidades
PRÓLOGO
A hora que se cumplen quinientos años de la revolución comunera, de ese intento de 1520-1521 de poner «el cielo patas arriba», este libro de Miguel Martínez pretende, en sus humildes palabras, ofrecer una historia legible y manejable de lo que fue ese mojón histórico que marca nuestra contemporaneidad. Pero en realidad es mucho más que eso.
Decía Walter Benjamin que «no es que lo pasado arroje luz sobre el presente, o el presente sobre lo pasado, sino que la imagen es aquello en donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora. […] Mientras que la relación del presente con el pasado es puramente temporal, continua, la de lo que ha sido con el ahora es dialéctica». Con cada nuevo presente vivido, el pasado, aquello que le preguntamos, aquello que vemos ahora y no antes, aquello que actualizamos sacándolo del contínuum histórico, cambia. Es el salto del tigre dialéctico en el que se inscribe Comuneros. El rayo y la semilla. Un libro que parte críticamente tanto de la lectura atenta de clásicos como Las comunidades de Castilla de José Antonio Maravall, publicado en 1963, o La revolución de las comunidades de Castilla, que vio la luz en 1970, de Joseph Pérez, como de toda la renovación historiográfica posterior que llega hasta nuestros días. Pero es también un libro que tiene como base una relectura de las fuentes y una inmensa erudición que le permite una enorme finezza para rescatar de ese cristal concreto de nuestra historia la globalidad de todas las líneas de tensión que contiene.
Todo ello le permite una mirada que va mucho más allá del relato de los hechos, para que estos puedan brillar en todas sus dimensiones. Aunque ello no es óbice para que por sus páginas se sucedan referentes comuneros dignos de cualquier imaginación romántica y revolucionaria, como fueron Juan de Padilla, Juan Bravo o Francisco Maldonado, personajes impactantes que laten en el texto con toda su fuerza, como en el caso del obispo Antonio de Acuña, soldado, tribuno, un «Lenin togado, Trotsky del Renacimiento». En definitiva, un Savonarola armado, como concluye el autor, que, ante las protestas, porque ya no quedaban frailes para oficiar la eucaristía, al encontrarse ocupados en la defensa de la revolución, contestaba que «no era mala misa morir por la república y estar en servicio de la Santa Junta». También en este sentido reluce el liderazgo de María Pacheco, la Leona de Castilla, precisamente cuando la suerte comunera parecía ya echada, en un relato que intenta rescatar también las voces de las mujeres comuneras. Y es que este es un libro que, más allá de los bocetos que nos deja de sus distintas personalidades, tiene una clara voluntad de inscribirse en la historia no solo de los de abajo, del pueblo menudo, sino claramente desde abajo, de cuando aquellos que se quiere condenar en el pasado y en el presente, aun sea por la mirada condescendiente de la posteridad, irrumpen con una fuerza que hace imposible convertirlos en meros susurros de la historia. Una mirada que se realiza desde abajo, no introduciendo los sujetos subalternos en la historia, sino transformando con ellos toda su construcción, que se alarga en el tiempo analítico hacia atrás de la propia revolución y hacia delante de la misma.
Las comunidades son enmarcadas en una larga tradición de revueltas, de Tradición, revuelta y conciencia de clase (como se tituló la agrupación de