Congreso Educativo Ambiental-CEA. Laura E. Hernández

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ambientales.

       EJE II: El aporte de la innovación tecnológica, La Robótica-IWELA, en el campo educativo desde investigación, intercambio, aplicación y evaluación

       Robótica educativa que aborda una transversalidad poderosa.

       Promover un espacio de intercambio, a través de IWELA, con todas las instituciones educativas para un crecimiento enriquecedor y de concientización ambiental.

       Generar prototipos desde robótica, en proyectos ambientales escolares.

       Dinamizar la comunicación entre estudiantes de los diversos niveles educativos, comunidades educativas en general como actuales trabajadores en la Argentina.

       Gestionar y promocionar el manejo de herramientas que favorezcan la evaluación de la situación actual, teniendo en cuenta su modificación a partir de la pandemia.

       EJE III: Acciones para caminar hacia el ambiente y vida sustentable

       Planificación de ciudades o comunidades, resilientes y sostenibles.

       Promocionar el trabajo con un sentido predictivo y preventivo, para hacer frente a los problemas ambientales, sociales y económicos que deberán enfrentar las próximas generaciones.

       Garantizar el abordaje de problemas preexistentes; en proceso de incorporación,, con una mirada dirigida a un antes y a un después de la pandemia.

       Concientizar e informar sobre el cambio climático como uno de los mayores peligros de manejo inapropiado de la agricultura y la ganadería, que afectará gravemente a todos los países.

       EJE IV: Recursos recuperables y aplicables, de nuestras costumbres autóctonas valorizando su influencia, con actualización correcta para aplicación genuina

       Fomentar la revalorización de costumbres y tradiciones autóctonas.

       Recuperar la forestación autóctona.

       Proteger la fauna regional.

       Valorar la importancia de los recursos naturales, a partir del entendimiento de que somos responsables de ellos y que son vitales para la supervivencia.

      Por consiguiente, cada uno de estos ejes temáticos tuvo diferentes momentos; tales como la presentación de proyectos educativos de rama, por nivel y modalidad; con modificación inminente por la influencia del COVID-19, exposiciones de profesionales especialistas en el tema, el registro de acciones y conclusiones y el trabajo de investigación y recopilación.

      En el recorrido realizado, durante 2020, se destacó que el concepto de Educación Ambiental sufrió importantes cambios, tanto a lo largo de la historia como actualmente, debido al ingreso del COVID-19 y en pensar en cómo nos preparamos para un futuro inmediato. Como todo cuerpo de conocimiento en proceso de construcción, la Educación ambiental se fue conformando en función de la evolución de los conceptos involucrados. Ha pasado de ser considerada desde un enfoque relativo a la conservación y a lo netamente ecológico, a caracterizarse por una visión integral de la interrelación sociedad-economía-naturaleza.

      En este marco, se consideró de vital necesidad la concientización de las diferentes problemáticas, como también, el hecho de contemplar la dinámica permanente que en ellas se suscita. La pérdida de la biodiversidad, el agotamiento de los recursos no renovables, el aumento de la población, la contaminación del agua, aire o suelo; la desigualdad social, las energías alternativas, entre otras, son temáticas que se pueden abordar incentivando el cuestionamiento, el análisis, la crítica, a través de herramientas que permitan construir nuevos conocimientos.

      Por lo tanto, es necesario llevar a cabo prácticas áulicas y sociales en general que ayuden a resolver situaciones del presente o a tomar decisiones en el futuro en forma democrática, colaborativa, cooperativa y solidaria, y es el objetivo por lograr mediante propuestas que comprometan tanto a cada una de las personas como a la sociedad en su conjunto.

       Fundamentación

       Por Laura Hernández y Karina Alejandra Sarro

      En el marco global, atravesando una de las enfermedades epidémicas que más se han hecho sentir, extendiéndose a todos los sectores sin distinción de raza, color, estatus, etc., se llevó a cabo la iniciación del CEA 2020 con el propósito de acompañar, fortalecer y articular las prácticas que se están desarrollando no solo en las aulas, sino en la vida de todas las personas. Es una preocupación permanente y continua de construir de manera positiva actitudes y prácticas que favorezcan una relación armónica entre los componentes que conforman el ambiente a fin de contribuir a un cambio cultural, es decir, pasar de una cultura economicista a una cultura de pertenencia, de compromisos, de solidaridad.

      La Educación Ambiental como campo de conocimiento transdisciplinar (Nicolescu, 1999) intenta superar las barreras de las disciplinas, ya que supone trabajar con un enfoque sistémico a partir de una mirada holística e integradora que permita considerar al ambiente en su globalidad y complejidad. Por ello, se hace necesario avanzar hacia propuestas de enseñanza que contemplen aspectos ecológicos, sociológicos, culturales, artísticos, tecnológicos, éticos, políticos, económicos, entre otros, para favorecer su comprensión.

      En la Antigua Grecia Sócrates basó su método de enseñanza en el diálogo con sus alumnos como forma de adquirir conocimientos. Esta filosofía se llamó Mayéutica. Luego, en la década de los setenta, Timothy Gallwey se dio cuenta de que el peor enemigo de un deportista era su propia mente. Podemos ver entonces que desde hace décadas debe verse al ser humano desde una perspectiva holística, integrando todos los aspectos de la persona humana, de esta manera se puede llegar al éxito.

      Hoy, se requieren personas que puedan intervenir como facilitadores del cambio para seguir creciendo en un contexto altamente complejo, con un mayor equilibrio entre la tarea y la relación entre sus partes, como también entre la teoría que se usa y la teoría que dicen aplicar.

      Un punto importante para destacar es que no somos piezas de un rompecabezas aislado, vivimos en comunidad, cada vez más conectados por la tecnología, por lo que debemos preocuparnos y ocuparnos por todo lo que nos rodea, por los cambios que surgen en la naturaleza. Pensar que todo lo que nos rodea nos pertenece, cuidarlo, aprovecharlo de manera consciente y responsable es nuestro gran desafío.

      Actualmente, no solo la educación está en urgencia, estamos atravesando un cambio cultural, económico, ecológico-ambiental, humano,, entre otros. Resulta fundamental abordar la contribución que hace la cultura que es el motor del desarrollo sostenible. Y si hablamos de cambio debemos replantearnos el concepto de paradigma “Los paradigmas son estructuras que poseemos en nuestra mente, nuestro modelo mental. Actúan como filtros que definen qué es correcto o incorrecto, según nuestro parecer. Es importante identificarlos, ya que, al momento de analizar y resolver un conflicto, estos paradigmas afectarán nuestra visión sobre él”.

      Nuestra gran aliada es la educación, en ella encontramos todos los recursos necesarios para generar un cambio de paradigma, educar cada uno desde su lugar con pensamiento crítico y desarrollador de nuevas estructuras mentales para las sociedades actuales y futuras. Es el medio adecuado para desarrollar conciencia en la sociedad sobre la protección del ambiente y la supervivencia de la biodiversidad. Los niños y jóvenes serán entonces constructores de políticas activas en pos del ambiente, la construcción de nuevos escenarios en donde el protagonista es el ambiente.

      Si el consenso alcanzado en las escuelas es amplio, y se ha generado un interés positivo hacia esta temática entre los alumnos, e incluso entre los padres, podemos plantearnos metas de mayor altura, que pasarían por intentar transformar el mismo espacio del centro educativo en un


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