La acumulación originaria de capital en Bolivia 1825 - 1855. Gustavo Rodíguez Ostria
producción preexistentes y, obviamente, también vinculada a la economía mundial. Estos son aspectos fundamentales para entender el desarrollo de la investigación y la forma cómo sintetizó los resultados en el documento.
¿Cuál es la estructura del documento? La tesis está dividida en dos partes, que ahora se reflejan en el libro. La primera contiene dos capítulos que plantean el marco conceptual utilizado en el estudio y la metodología para estudiar los mecanismos por medio de los cuales fue emergiendo el capitalismo en economías en las que no se destruyen relaciones de producción precapitalistas y, más bien, se articula con estas. El desarrollo de la investigación se encuentra en la segunda parte, dividida en cinco capítulos. Considero innecesario describir el contenido de cada uno debido a que el lector podrá encontrarlos en este libro.
Gustavo tenía una sólida formación en economía política marxista y, por el empleo que siempre realizó de la teoría, podía deducirse que se había formado estudiando las fuentes originales del marxismo, elemento que lo distingue de otros marxistas. En las universidades públicas, tomo como ejemplo la umsa, a partir de la segunda mitad de la década de 1970, y de forma clandestina, y libremente a comienzos de 1980, existía una corriente de marxistas que leyeron solamente textos de divulgación como el Manual de economía política de la Academia de Ciencias de la urss ([1960] 1975) o el manual de P. Nikitin. Los que habíamos leído El capital y otros textos, además de contribuciones de autores importantes como Maurice Dobb, Paul M. Zweezy y Ernest Mandel y varios libros de la valiosa colección Cuadernos de Pasado y Presente y discutido en sesiones interminables, denominábamos a los que solamente leyeron los manuales como “marxistas de manual”.1 Gustavo era un marxista formado en las fuentes del marxismo, lo que representaba una diferencia cualitativa significativa en términos de la comprensión de las lecturas, mientras que los “marxistas de manual” simplemente repetían aquello que encontraban en los textos de divulgación.
En Gustavo se advertía una reflexión analítica de gran envergadura que le permitió dominar no solamente las categorías fundamentales, sino, sobre todo, la estructura teórica del marxismo. Esa fue su formación teórica, hecho que le permitió construir con solvencia el marco teórico de sus tesis.
El marco conceptual tiene como fundamento el famoso capítulo xxiv del volumen I de El capital: “La llamada acumulación originaria” (Marx, [1867] 1977: 607-649), ampliado mediante un conjunto de aportes de historiadores y economistas que examinaron la constitución y las características del capitalismo en América Latina. En este ámbito se evidencia que estuvo permanentemente actualizado en la bibliografía pertinente, que no sé cómo obtenía. Además, se advierte la solvencia con la que emplea diferentes categorías marxistas, como modo de producción, formación económica-social, entre muchas otras.
Otro aspecto importante fue la metodología para examinar el proceso de surgimiento capitalista y su articulación con los modos de producción precapitalistas. Es decir, identificó que el capitalismo en Bolivia (elemento explícito en el punto de partida) había nacido vinculado a las formas de producción preexistentes, por esta razón sostiene que se forma una articulación del capitalismo con modos de producción precapitalistas, siendo el principal modo el feudal.
También analizó los proyectos proteccionista y de libre cambio, una de las grandes contradicciones de carácter económico-social en Bolivia entre 1825 y 1872, que terminará con el triunfo del liberalismo como expresión ideológica del surgimiento capitalista. Posteriormente este análisis se reprodujo en un libro publicado en homenaje merecido a don Gunnar Mendoza Loza, quien fue director del Archivo y Bibliotecas Nacionales de Bolivia entre 1944 y 1994 (cfr. Rodríguez Ostria, [1978] 2014a).
Este tema fundamental y a la vez apasionante para la historia económica en Bolivia también fue abordado por Gustavo A. Prado Robles, en vinculación al problema de la emisión de moneda feble. La investigación de Prado Robles es fundamental para comprender los efectos macroeconómicos de la emisión de feble, la evolución de la economía boliviana durante el siglo xix y como parte de la historia monetaria de Bolivia.2 Otros investigadores también abordaron la cuestión de la moneda feble: Antonio Mitre, Tristan Platt y, últimamente, Luis Antezana Ergueta.3
Luego de analizar el contenido de los proyectos proteccionista y de libre cambio, Gustavo expuso el proceso de acumulación originaria a partir de la formación de los capitales que se invertirán gradualmente en la minería argentífera. El proceso investigado y su exposición magistral sintetiza la esencia del mismo. Sostiene que los propietarios mineros de la plata, los patriarcas de la plata como los llamó Antonio Mitre, de origen latifundista, empero no solamente ellos, sino también otros mineros de importancia menor, tuvieron como denominador común que el origen de sus capitales estuvo en la generación de excedentes en las haciendas, en los latifundios. ¿Por qué razón? Por la organización del trabajo, que permitía a los hacendados apropiarse del excedente que generaban los colonos que vivían y trabajaban en cada hacienda, el mismo que era acumulado y luego invertido en la actividad comercial.
Los hacendados, no todos por supuesto, sin dejar de ser hacendados incursionaron en el comercio de importación y exportación, actividad que les permitió incrementar sus recursos que, considerando la estrechez del mercado interno y las escasas o inexistentes oportunidades de inversión en otros sectores, dirigieron a la minería argentífera. El mecanismo fue la provisión de crédito en insumos mineros esenciales a los productores, de este modo se generaron deudas que no pudieron pagar los propietarios mineros, quienes acabaron vendiendo sus propiedades a los acreedores. Como muestra Mitre, hacia la década de 1860 los yacimientos mineros relevantes se encuentran bajo control de una nueva elite empresarial que se constituirá en la burguesía minera, con Aniceto Arce dirigiendo Huanchaca, Gregorio Pacheco en Portugalete y los Aramayo con el Real Socavón, Antequera y Carguaicollo. Estos nuevos propietarios realizarán inversiones significativas, modernizando las operaciones mineras por medio de la introducción de innovaciones en las fases de extracción, beneficio, transporte y también en el ámbito administrativo. En el caso de la Compañía Huanchaca, de Aniceto Arce,4 la modernización fue posible captando inversión extranjera proveniente de Chile a cambio de la venta de participaciones accionarias (cfr. Mitre, 1981).
Una vez que realiza ese análisis, desentraña lo que denomina articulación feudal capitalista, porque el capitalismo se construyó a partir del empleo de los excedentes originados en las haciendas feudales que, en varios casos, se extienden sobre las tierras comunitarias. De este modo emerge una combinación entre el feudalismo encarnado en las haciendas y el capitalismo de enclave constituido en la minería argentífera.
En la investigación existen dos problemas. Si bien identifica el proceso de constitución de la burguesía minera (que para muchos no es en realidad burguesía sino oligarquía), no aborda dos elementos clave: la formación del proletariado minero y las características y dimensiones del mercado interno. Este último factor es comprensible considerando que el capitalismo se constituye en la minería fundamentalmente exportadora.
En varias oportunidades conversé con Gustavo respecto a la ausencia en su tesis de un tema vital: la formación del proletariado minero. Debemos comprender que teórica y empíricamente el proceso de acumulación originaria implica el examen del surgimiento de los dos polos centrales del capitalismo: la burguesía y el proletariado. Me respondía afirmando que la inexistencia se debía, recuerdo vagamente, a que le faltó material y probablemente tiempo. Sin embargo, añadía, más o menos, que no me preocupe ya que llegaría el momento en que abordaría el tema. Efectivamente su esfuerzo investigativo se orientó, a partir de mediados de la década de 1980 aproximadamente, a estudiar la formación de la clase obrera minera, por un parte, y por otra, a identificar las características y dimensiones del mercado interno.
En relación a la clase obrera desarrolló un conjunto de investigaciones que se plasmaron en publicaciones a partir de 1986. En adelante citaré aquellas que conozco, ya que existen varios artículos difundidos en revistas del exterior. Comenzó con un artículo sobre la minería del cobre en Corocoro-Chacarilla, divulgado en 1986 en la revista Historia y Cultura (1986: 151-167). Trabajo valioso en el que analizó el proceso de formación del proletariado minero en la minería del cobre. Este trabajo, si no me equivoco, sirvió de inspiración a la tesis del historiador