Una Carga De Valor . Морган Райс
meneó la cabeza.
"Hay otras maneras, pero menos directas. Perderían semanas. Si esperan vencer a los ladrones, es la única manera".
Los demás lo miraron largo y tendido, los soles quemando, formando ondas.
"Parece despiadado", dijo Reece, yendo al lado de Thor.
"No conozco a nadie que lo haya cruzado y siga vivo", dijo Indra. "Es enorme, lleno de criaturas hostiles".
"No tenemos suficientes provisiones", dijo O'Connor. "No lo lograríamos".
"Pero es el camino hacia la Espada", dijo Thor.
"Asumiendo que la Espada todavía exista", dijo Elden.
"Si los ladrones han llegado a Neversink", dijo Indra, "entonces su preciosa Espada está perdida para siempre. Arriesgarían su vida por un sueño. Lo mejor que pueden hacer ahora es regresar al Anillo".
"Nosotros no volveremos", dijo Thor, decidido.
"Sobre todo ahora", agregó Conven, avanzando hacia adelante, con sus ojos encendidos de ardor y dolor.
"Encontraremos esa Espada o moriremos en el intento", dijo Reece.
Indra meneó la cabeza y suspiró.
"No esperaba otra respuesta de ustedes, muchachos", dijo ella. "Insensatos hasta el final".
Thor caminaba junto a los demás a través del desierto, entrecerrando los ojos hacia el fuerte sol, jadeando por el calor implacable. Pensó que estaría encantado de librarse del inframundo, de su melancolía siempre presente, de ser incapaz de ver los soles. Pero se había ido de un extremo al otro. Aquí, en este desierto, no había nada más que sol: sol amarillo y cielo amarillo, brillando sobre él y ningún lugar a dónde ir. Le dolía la cabeza, y se sentía mareado. Estaba arrastrando los pies y sentía como si hubiera estado caminando una vida; al voltear, vio que los otros estaban igual.
Ellos habían estado caminando medio día, y no sabía cómo podrían continuar con esto. Miró a Indra, sosteniendo su capucha sobre la cabeza y se preguntó si ella había tenido razón. Tal vez habían sido temerarios al intentar esto. Pero él había prometido encontrar la Espada – y ¿qué otra opción tenían?
Al avanzar, sus pies agitaban nubes de polvo, arremolinándose en todas partes, haciendo aún más difícil respirar. En el horizonte no había nada más que lodo secado al sol, todo era plano hasta donde alcanzaba la vista. No había el menor atisbo de estructura o camino o montaña – ni nada. Nada sino el desierto. Thor sentía como si hubieran llegado hasta el final del mundo.
Al avanzar, Thor se consoló con una cosa: por lo menos ahora, por primera vez, sabía a dónde iban. Ya no estaba a merced de escuchar a esos tres hermanos y su estúpido mapa; ahora escuchaban a Indra y él confiaba más en ella, de lo que alguna vez había confiado en ellos. Se sentía seguro de que iban en la dirección correcta – pero no estaba seguro de que sobrevivirían al viaje.
Thor comenzó a oír un ruido silbante sutil, y cuando miró hacia abajo, vio que la arena alrededor de él giraba en círculos. Los demás también lo vieron, y Thor se sintió confundido mientras la arena se reunía lentamente, los círculos eran más intensos en sus pies, luego se levantaban hasta el cielo. Pronto surgió una nube de polvo, levantándose del suelo del desierto, subiendo más y más alto.
Thor sintió que todo su cuerpo se secaba de repente. Sentía como si cada gota de agua fuera jalada de su cuerpo, y él ansiaba tener agua; nunca había tenido tanta sed en su vida.
Extendió la mano con miedo, buscando a tientas su bota de agua y la levantó y la dirigió hacia su boca. Pero al hacerlo, el agua se dio vuelta y se fue hacia arriba, hacia el cielo, nunca llegó a sus labios.
"¿Qué está pasando?" Thor gritó a Indra, jadeando.
Ella miraba al cielo con temor, retirando su capucha.
"¡Es una lluvia inversa!", gritó.
"¿Qué es eso?" Elden gritó, jadeando mientras agarraba su garganta.
"¡Llueve hacia arriba!", gritó ella. "¡Toda la humedad está siendo absorbida hacia el cielo!".
Thor observaba cómo el resto de su agua se disparaba hacia arriba de la bota, y entonces vio cómo la bota crujía y se secaba, cayendo al suelo como papa seca.
Thor cayó de rodillas, agarrando su garganta, apenas podía respirar. Alrededor de él, los otros hicieron lo mismo.
"¡Agua!". Elden suplicó, junto a él.
Hubo un gran estruendo, como el sonido de mil truenos y Thor miró hacia arriba para ver cómo el cielo se oscurecía. Una sola nube de tormenta apareció, corriendo hacia ellos, a una velocidad increíble.
"¡AL SUELO!", gritó Indra. "¡El cielo se está invirtiendo!".
Ella apenas hubo terminado de hablar cuando el cielo se abrió y una pared de agua chorreó hacia abajo, derribando a Thor y a los demás con la fuerza de un maremoto.
Thor se fue rodando una y otra vez en la onda de agua, dando tumbos no supo cuánto tiempo. Finalmente, apareció en el suelo del desierto, la ola rodando delante de ellos. Esto fue seguido por las hojas de la lluvia, y Thor echó la cabeza hacia atrás y bebió y bebió, igual que los demás, hasta que finalmente se sintieron hidratados otra vez.
Poco a poco, cada uno de ellos se puso de pie, jadeando, pareciendo vencidos. Se miraron unos a otros. Habían sobrevivido. Cuando su asombro y miedo desapareció, lentamente estallaron en risas.
"¡Estamos vivos!", gritó O'Connor.
"¿Eso es lo peor que nos puede pasar en este desierto?", preguntó Reece, feliz de estar vivo.
Indra meneó la cabeza, sombríamente.
"Celebras prematuramente", dijo ella, pareciendo muy preocupada. "Después de las lluvias, los animales del desierto salen a beber".
Surgió un ruido espantoso, y Thor miró hacia abajo y vio con horror cómo un ejército de pequeñas criaturas salía de la arena y se apresuraba a ir hacia ellos. Thor comprobó sobre su hombro y vio el lago de agua que las lluvias habían dejado, y se dio cuenta de que estaban en el camino de las criaturas sedientas.
Docenas de criaturas que Thor jamás había visto antes, corrieron hacia ellos. Eran animales enormes, de color amarillo, parecidos a un búfalo, pero el doble de tamaño, con cuatro brazos y cuatro cuernos, corriendo sobre dos patas hacia ellos. Caminaban de forma divertida, de vez en cuando se abalanzaban en cuatro patas, y después saltaban otra vez. Rugían mientras iban hacia ellos; sus vibraciones hacían temblar el suelo.
Thor sacó su espada, como hicieron los demás, dispuestos a defenderse. Cuando el primer animal se acercó, Thor rodó a un lado, quitándose del camino, sin golpearlo, con la esperanza de que sólo pasara corriendo delante de ellos y fuera a buscar el agua.
La criatura bajó su cabeza para sacar a Thor, y falló cuando Thor rodó. Para temor de Thor, no estaba contento – dio la vuelta en círculo, y con rabia, fue directo hacia Thor. Parecía que lo quería muerto, más que querer el agua.
Al volver al ataque, bajando sus cuernos, Thor saltó alto en el aire y giró su espada, cortando uno de sus cuernos conforme corría. El animal chilló, saltando sobre dos patas, y dio la vuelta, cortando a Thor y tirándolo al suelo.
La criatura levantó sus patas e intentó patear a Thor, pero Thor rodó fuera del camino, mientras sus pies dejaban una gran huella en la arena y agitó una nube de polvo. La criatura levantó sus patas de nuevo, y esta vez Thor levantó su espada y la hundió en el pecho de la criatura.
La bestia chilló otra vez, la espada se sumió hasta la empuñadura, y Thor giró por debajo, antes de que se desplomara en el suelo, muerto. Tuvo suerte de hacerlo: el peso lo habría aplastado en la tierra.
Mientras Thor se levantaba, otra bestia fue a atacarlo y él saltó fuera del camino, pero no antes de que su cuerno rozara su brazo, cortándolo, haciéndole gritar de dolor y soltar su espada. Sin espada, Thor extrajo su honda, colocó una piedra y la lanzó a la bestia.
La