La gerontología será feminista. Paula Danel

La gerontología será feminista - Paula Danel


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como aspecto fundamental reconocido en tanto parte integral de la salud de las personas.

      Plummer, (2003) propuso el concepto de “ciudadanía íntima” en referencia a un nuevo grupo de derechos acerca del cuerpo, las relaciones y la sexualidad y que conforman los hoy llamados derechos sexuales que las feministas lograron incorporar a las agendas políticas. Ligar vejez y sexualidad pone en escena un tema que continúa siendo tabú aún en un escenario de políticas públicas en el que fueron desarrollándose instituciones nuevas que revolucionaron la forma de dar una mirada política a la diversidad sexual como es el caso del matrimonio igualitario, un gran logro en materia de derechos humanos.

      Siguiendo este enfoque, sostenemos que el cuerpo de las mujeres mayores es moldeado y dotado de significado en virtud del marco socio histórico dentro del cual se lo comprende y donde la reproducción es sólo una manera de organizar y entender la sexualidad del cuerpo.

      La dificultad para comprender el cuerpo de las mujeres fuera de esta función, se expresa en esa especie de de-generización y des-erotización que se produce en torno a las mujeres mayores y que habla claramente de la concepción social de la mujer como portadora de un cuerpo reproductivo que no le pertenece totalmente.

      Este extrañamiento del cuerpo de las mujeres, en tanto un cuerpo para otros, como señala De Lauretis (1996), nos permite vincular claramente aquello que la autora señala como tecnologías del género en la articulación entre poder, subjetividad, género y deseo. Cuando esta ecuación sale de la lógica dominante surge la mirada que interpreta las sexualidades como desviadas de la norma.

      De manera que en tanto resultado de la performatividad de género y de edad, la vejez es, moldeada en las mujeres a través de diversos tipos de acciones dentro de las cuales se inscriben las normas de inteligibilidad de los cuerpos.

      La performatividad debe entenderse no como un acto singular y deliberado sino, antes bien, como la práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra (Morales,2014:346).

      Con relación a ello Foucault afirma que a lo largo de la historia, el poder ha generado epistemes o saberes en forma de discursos jurídico/normativos que crean a los sujetos que dicen representar y que regulan la normalización de sujetos a través de la imposición de prohibiciones y restricciones.

      El sentido de la diferencia sexual puede ser conjugado con otras como las que derivan de la edad o de la historicidad de lxs sujetxs y el efecto discursivo sobre los cuerpos.

      Este cuerpo completamente grabado de la historia que señala la autora, importa las claves sobre las cuales las mujeres construimos nuestra vejez, este cuerpo que está siempre en estado de sitio (Butler ,2007: 256) y que está sujeto todo el tiempo a la práctica significante que lo reviste de visibilidad o abyección.

      Afirma Butler en su obra “El Género en Disputa” (2007) que las prácticas sexuales no normativas cuestionan la estabilidad del género como categoría de análisis. Ello nos remite a preguntarnos sobre cuáles son las categorías mediante las cuales vemos a la sexualidad, a las viejas y a las mujeres en general, dado que el mero paso del tiempo hace que caigan de bruces o al menos se vuelvan inestables todas las formulaciones respecto de los derechos a vivir la sexualidad a lo largo de toda la vida.

      Conclusiones: Abrir caminos para nuevos abordajes

      Las mujeres mayores tienen una larga trayectoria vital en la que sus cuerpos han sido objeto de múltiples intervenciones desde diferentes dispositivos de disciplinamiento, pero el cuerpo no debe interpretarse solamente en términos de potencia y fuerza, tentación en la que suele caerse y lleva a pensar la vejez como decrepitud, sino como territorio de inscripciones simbólicas y de resistencias permanentes.

      Resulta entonces como un espacio donde confluyen “reunidas y fundidas naturaleza y cultura, condición biológica y aprendizajes sociales, aspectos fisiológicos y sociabilidades incorporadas”. (Vergara, 2009).

      Desarrollar la visión situada a la que hicimos referencia nos exige detenernos a preguntarnos por lo obvio, lo recurrente, lo inesperado. Y en ese ejercicio pensamos las tensiones al interior de las conceptualizaciones de género y edad en salud sexual.

      Las voces de las mujeres mayores se encuentran en tensión en este momento en que el feminismo desestabiliza al patriarcado. En ellas habitar un discurso que asume “naturalmente” a las mujeres como trabajadoras sin horarios, cuidadoras, agentes de salud en su contexto familiar, asexuadas. Pero ese discurso está en tensión, tambalea.

      Nos interesa que estos desarrollos de análisis teórico abonen recursos importantes para la intervención. De hecho, las iniciativas de actividades y programas que potencien la capacidad de participación en cuestiones ligadas al cuerpo, la sexualidad y el género constituyen importantes aportes innovadores en un entorno cambiante, complejo en el que la instalación de estos tópicos resulta necesaria.

      Finalmente esperamos haber propiciado la reflexión acerca de la importancia de sostener la tensión en los interrogantes que abrimos inicialmente, en referencia a las representaciones y prácticas de las mujeres mayores, en relación con los discursos sanitarios sobre envejecimiento/vejez y salud sexual y sus implicancias como estrategia para abordar los derechos sexuales y (no) reproductivos a lo largo de toda la vida.

      6. Asistente Social, Psicóloga, Especialista en Psicogerontología, Especialista en Sistemas de Salud y Seguridad Social. En proceso de producción de tesis Doctoral en Sociología (IDAES, UNSAM). Directora de la Carrera de Especialización en Intervención y Gestión Gerontológica de la UNTREF, Argentina. Miembro de la Red de docentes y profesionales de Trabajo Social que se desempeñan en el campo Gerontológico (REDGETS)Amplia producción científica y de formación de equipos de trabajos.

      7. http://institutocirculomss.com.ar/2018/05/06/capitalismo-extremo/referido a las expresiones de Christine Lagarde , última consulta abril de 2019.

      8. Nos referimos a que la escasa atención puesta en los procesos subjetivantes en la vejez junto a la producción sociocultural del envejecimiento en el mercado ponen sobre el tapete la idea de que en la vejez sólo se producen cuerpos destinados a la enfermedad y la muerte o bien objeto de técnicas de estética que buscan negar el paso del tiempo

      9. Sarlo, señala que “la juventud” se presenta en escena en la cultura actual, privilegiando su aspecto imaginario y representativo, y que no aparece “como una edad sino como una estética de la vida cotidiana”, de esta manera se recurre a la negación de lo otro, la vejez (1994: 38-40)

      10. Nos referiremos aquí a la vejez de las mujeres evitando utilizar el término ¨ vejez femenina¨, aunque la hemos utilizado otrora. Consideramos, desde una perspectiva situada políticamente, que debe superarse la categoría de ¨lo femenino¨ en tanto expresa un cierto esencialismo. Para nosotras la vejez de las mujeres alcanza a todas las que se autoperciben mujeres tengan vagina o no.

      11. Vejeces en tanto la vejez es singular en cada sujeta aún con las fuertes influencias sociales que operan, esta singularidad está dada por aquello que a los fines analíticos aparece como una particular combinación de categorías identitarias presentes en los mayores en general que articula los procesos subjetivantes.

      12. El análisis interseccional tiene como objetivos:


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