Diccionario para profesionales de la traducción. Rosa Luna García
práctica y que, desde la práctica, entró en una reflexión epistemológica que ha ido construyendo progresivamente su o sus teorías. Podemos decir que hoy en día la práctica traductora es una necesidad urbe et orbe sin la que el mundo actual no podría funcionar globalmente. Es por lo tanto una necesidad extremadamente reconocida, ejercida por unos profesionales graduados y postgraduados de gran envergadura.
También podemos afirmar que la traducción como campo de reflexión (la traductología) ha producido muchas y buenas propuestas con la intención de dar cuenta para unos de la traducción como proceso; para otros, de la traducción como producto.
Pero lo que no se ha producido linealmente es que de manera espontánea se haya exigido a la traducción una terminología extremadamente precisa, de forma que los distintos enfoques teóricos hayan ido proporcionando términos y que no siempre han coincidido formalmente porque no siempre tienen el mismo alcance conceptual.
Este diccionario ofrece a los profesionales y estudiantes de traducción un vocabulario bien establecido sobre los conceptos que se manejan en traducción. El trabajo de recogida de los términos de este ámbito empezó con el Diccionario socioprofesional del traductor (2015) que comprendía 300 entradas. Esta nueva obra cuenta con el triple de entradas y está elaborado con la misma sistematicidad, delicadeza y rigor que la primera obra. Vaya por delante mi enhorabuena a mis colegas, y sobre todo amigas, Rosa Luna y Mary Ann Monteagudo. Mi reconocimiento por su interés profundo en la terminología y por poner sus conocimientos, y buen hacer, en obras al servicio de los traductores y las traductoras.
Su propósito incide en la sistematización de la terminología de la traducción en el ámbito hispano, poniendo énfasis en los términos que se manejan en el mercado de la traducción. Pero de hecho este propósito no se limita a poner a disposición de los traductores, los académicos y los estudiantes un diccionario bien elaborado, sino que quiere conseguir que el campo de la traducción pase a ser, como todos los ámbitos del saber, reconocido externamente, pero también por sus propios especialistas como campo completamente estructurado, afianzado y consolidado.
Teresa Cabré Castellví
Fundadora de l’Institut Universitari de Lingüística Aplicada (IULA)
Universitat Pompeu Fabra
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, el traductor aún no ha conseguido empoderarse profesionalmente, debido, entre otras causas, a la presencia de prejuicios y estereotipos en torno a su imagen pública. Esta falta de empoderamiento es generada, a su vez, por la actitud reactiva del traductor ante su propia terminología. Y es que, a lo largo de su formación, la terminología que se le enseña es de corte básicamente traductológico o didáctico, con escasa aplicación en la práctica profesional real. Lo paradójico de esta situación es que en los talleres especializados, a pesar de que el estudiante se familiariza con una ingente cantidad de terminología, no logra aquilatar, a diferencia de otros especialistas, el vocabulario de su propia disciplina.
En términos generales, la sistematización terminológica en el campo de la traducción es muy incipiente. La mayoría de trabajos terminográficos relacionados con este campo se encuentran recogidos en obras de tipo teórico o didáctico destinadas a docentes de cursos teóricos. Sin duda, el corolario de esta falta de sistematización de la terminología del mercado laboral se da por la escasa presencia de tópicos vinculados al mercado de la traducción en cursos de índole práctica, empresarial y deontológica.
Concretamente en el ámbito internacional, se cuenta con un primer esfuerzo realizado por el traductólogo Daniel Gouadec en el año 2007, quien incluye un glosario de 185 términos, a manera de anexo, en su libro Translation as a Profession. En el Perú, la primera obra de esta naturaleza ha sido el Diccionario socioprofesional del traductor (DST), que publicamos en 2015, con apenas 300 unidades terminológicas. Esta obra fue acogida con beneplácito por las escuelas de traducción locales e internacionales, y ha servido para sembrar en estudiantes, profesionales y docentes el interés por la terminología de la traducción.
En este contexto de consolidación terminológica, surge esta nueva obra terminográfica que compendia más de mil términos referidos al comportamiento del mercado actual de la traducción en el ámbito hispano. Nuestro mayor interés radica en que este producto terminográfico contribuya a tomar conciencia respecto de la capital importancia que poseen el conocimiento y empleo de la terminología profesional como vehículo ideal para la elevación del estatus y de la imagen del traductor, así como para garantizar la intercomprensión de la comunidad traductora en el interior de su propio colectivo.
Por todo lo anterior, esta obra tiene como propósito central la sistematización de la terminología empleada en el mercado hispano de la traducción. Su público objetivo está conformado por diferentes colectivos; a saber, estudiantes de traducción, docentes de cursos de traducción y de apoyo a la traducción, traductores profesionales, usuarios de servicios de traducción y de valor añadido, y en general, toda persona interesada en este campo.
El diccionario monolingüe en español está compuesto por más de mil entradas. Para su elaboración se trabajó con 506 fuentes representativas de los siguientes cuatro sectores: a) empresarial (páginas web de proveedores de servicios de traducción) y gremial (páginas web de asociaciones y colegios profesionales de traductores), b) institucional (organismos de normalización, instituciones legislativas de diversos países, empresas abastecedoras de insumos o servicios para traductores, etcétera), c) profesional (blogs y páginas web de traductores independientes que brindan servicios profesionales o reflexionan sobre asuntos de mercado) y d) académico (estudios de mercado, artículos de revistas especializadas, trabajos de investigación o tesis de instituciones formadoras de traductores relacionados con el mercado de la traducción). Dichas fuentes están citadas en los contextos de cada término y, a su vez, han sido codificadas en una lista al final de la publicación, para que nuestros lectores puedan dirigirse a los textos originales (páginas web).
La publicación cuenta con un prólogo elaborado por la doctora María Teresa Cabré, connotada terminóloga; además del lemario propiamente dicho, organizado alfabéticamente; un listado de los códigos de las fuentes de los contextos incluidos con sus respectivas referencias; y un anexo constituido por un índice temático basado en la organización por campos y subcampos que explicaremos en las normas de uso. Cabe señalar que los términos y contextos recogidos en esta obra han sido seleccionados y depurados pensando en la instauración de buenas prácticas profesionales en el mercado hispano, privilegiando la terminología del mercado por sobre la académica.
Finalmente, queremos destacar que, a partir de esta gratificante experiencia, hemos asumido el compromiso de abrir una línea de producciones terminográficas vinculadas a diversos campos del ejercicio de la traducción y de otras profesiones.
Rosa Luna García
Mary Ann Monteagudo Medina
NORMAS DE USO
Tal como podrá observarse en el ejemplo que incluimos en la siguiente página, cada término del diccionario va acompañado de su correspondiente categoría gramatical: f. (sustantivo femenino), m. (sustantivo masculino), f. pl. (sustantivo femenino plural), m. pl. (sustantivo masculino plural), v. (verbo), com. (género común) y loc. (locución). A continuación, se ubican el campo temático y el subcampo temático. Seguidamente, se incluye una definición que en la mayoría de los casos ha sido redactada por las autoras y, en un número reducido, adaptada o extraída textualmente de fuentes confiables. Luego, aparecen entre uno y tres contextos con sus respectivos códigos de fuente, los cuales remiten a la lista de fuentes que se encuentra al final de la publicación, antes del índice de campos y subcampos temáticos. La mayor parte de los contextos seleccionados, citados y codificados fueron de naturaleza definitoria para garantizar el cumplimiento