Lo que los angeles anhelan leer. Mark Meynell

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una desesperada misión, como el último recurso. Pero una vez que consideramos la Biblia como una historia coherente, queda claro que Dios y su naturaleza consistente es lo que mantiene todo unido. Eso significa que Dios no tiene ningún ‘Plan B’.

      La primera pista de esto aparece al principio, en el juicio de Dios a la serpiente.

Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón.
--Gn. 3:15

      Todavía no tenemos una idea clara de quién es esta persona. ¡Pero es una promesa clara de alguién ‘aplasta serpientes’! Alguien que es humano tendrá que hacer esto, y él será herido en el proceso- pero su victoria será completa. Él librará al mundo de la raíz de la caída aplastando la cabeza de la serpiente.

      Si nos trasladamos de Génesis a Apocalipsis. ¡No te preocupes mucho acerca de las imágenes por ahora- ya llegará el momento! Juan habla de una batalla cósmica que se librará en nuestro mundo. Fijáte como él describe a Jesús:

A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.
--Ap. 13:8

      En otras palabras, el plan de Dios siempre fue que Jesús muriera como “el Cordero” en la cruz. Esto es asombroso. No podemos entenderlo completamente. Pero podemos confiar en la bondad y la gracia de Dios- después de todo, como ya lo hemos sugerido, su persona es el hilo conductor que mantiene a toda la historia unida. No hay ‘Plan B’- todo es ‘Plan A’. Dios es el héroe de Su- Historia.

      Los mejores narradores mantienen a sus audiencias o lectores fascinados aún con historias antiguas o familiares al abordarlas desde nuevos ángulos. Aunque muchos de los detalles no cambien, los vemos desde nuevas perspectivas. Esto es lo que ocurre repetidamente en la Biblia. El esquema que acabo de ofrecer solo toca la superficie de toda la trama bíblica, y ni siquiera aborda la amplia variedad de temas que fluyen a través de ella.

      Podemos pensar en estos temas como diferentes rutas hacia nuestro destino. Por ejemplo, en mi mapa continental, veo que para llegar a Estambul puedo volar hacia el oeste a través de Europa o hacia el este a través de Asia. Mi viaje comenzaría y terminaría en el mismo lugar, pero como volaría por rutas diferentes, observaría cosas diferentes al mirar por la ventana. Sería consciente de cosas que no había observado antes. Lo mismo ocurre con la historia bíblica. Podemos comenzar y terminar en el mismo destino, pero siguiendo rutas diferentes mientras observamos la misma historia desde diferentes ángulos.

      Así que, veamos tres rutas diferentes que nos llevan a través de la historia bíblica. Cada una de ellas presenta la historia desde un ángulo diferente. Obviamente, cada una de ellas merece mayor estudio y consideración, del que le dedicamos aquí por falta de espacio. Pero tú puedes continuar investigando por ti mismo. Por ahora, fijémonos en algunos puntos de referencia a lo largo del camino. Mientras mejor entendamos como la Biblia desarrolla estos temas, tanto mejor será nuestra predicación.

      Un pacto es un acuerdo entre dos individuos o grupos en el cual cada parte muestra su compromiso a la otra haciendo promesas de fidelidad en una serie de términos y condiciones específicas. Algunos pactos se realizan en ceremonias públicas, lo cual añade formalidad al compromiso, a menudo se crea una señal visible que recuerda a todos lo que se ha acordado. Algunos pactos se realizan entre iguales (como en el ideal bíblico del matrimonio). Otros no (como cuando un conquistador impone su dominio sobre otra nación). Sería imposible que las criaturas inicien un pacto con su Creador – no somos sus iguales. Así que, si va a haber algún acuerdo entre Dios y nosotros, el acuerdo debe ser iniciado por Él.

      Sin embargo, el aspecto más significativo de los pactos es que establecen e incluso profundizan las relaciones. Nuestro creador quiere tener relación con sus criaturas. Esta es una verdad fundamental que caracteriza y se observa a lo largo de toda la Biblia.

      A través de la historia, Dios ha hecho varios pactos con su creación, pero todos ellos son parte del desarrollo de su plan y de su voluntad.

      El viaje va de lo general a lo específico:

       El compromiso de Dios de no destruir a la humanidad con otro diluvio (revelado a Noé)

       Las promesas de Dios para una nación (a Abraham se le promete una familia, y se muestra a sus descendientes a través de Moisés, cómo vivir).

       Dios promete que esta nación será gobernada por un único rey (uno de los descendientes de David reinará para siempre).

       El pacto de Dios inaugurado por Jesucristo.

      Mantener presente el tema del pacto, nos ayuda a recordar que los propósitos de Dios siempre han sido e incluido a toda la humanidad. Eso es obvio en el caso de la promesa hecha a Noé- pero es el mismo caso con las promesas hechas a Abraham, Moisés, y David. Aún cuando la nación en la que discurre el desarrollo de dicho pacto es Israel, el propósito de Dios siempre fue global. Aquí está la primera revelación de Dios a Abraham:

Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»
--Gn. 12:2-3

      La bendición suprema vendrá por medio de Jesús, quien establece el nuevo pacto por medio de su sangre al morir en la cruz y al ofrecer a sus seguidores un recordatorio de su muerte por medio de la Santa Cena. Lo maravilloso es que esto es para personas de todas las naciones (Mt 26:27-29; 28:16-20).

PactoPromesa¿Señal?¿Condiciones?
NoéProtección en medio del Juicio18 Pero contigo estableceré mi pacto, y entrarán en el arca tú y tus hijos, tu esposa y tus nueras. (Gn 6:18)11 Este es mi pacto con ustedes: Nunca más serán exterminados los seres humanos por un diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra. (Gn 9:11)El arco íris (Gn 9:13)
Abram/AbrahamUn pueblo de la Promesa en una tierra de la PromesaUn pueblo "numeroso como las estrellas" vivirá en la tierra que Dios les da. Todos los pueblos de la tierra serán bendecidos a través de dicho pueblo. (Gn 12:1–3; 15:1–21; 17:1–14)Circuncisión MasculinaConfiar en DiosAbram creyó al Señor, y el Señor se lo reconoció como justicia
MoisésUn pueblo rescatado de la esclavitud egipciaMucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios, quien al oír sus quejas se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. (Ex 2:23-24)Descanso en el sábadoLos israelitas deberán observar el sábado. En todas las generaciones futuras será para ellos un pacto perpetuo, una señal eterna entre ellos y yo.En efecto, en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, y el séptimo día descansó. (Ex 31:16-17)Obediencia“Ustedes
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