Lógicas y modelos de decisión y acción organizacional. Tirso Suárez Núñez
y ajustar tres aspectos claves de la racionalidad típica, como sigue (Morin,2015):
1.Método de conocimiento: la racionalidad es un componente indispensable del pensamiento, más no es todo el pensamiento. Mas allá de la razón, están la pasión, la locura, la contradicción, donde pueden estar las semillas de la innovación y del conocimiento nuevo, de hecho, la nueva ciencia descubre la contradicción cuando profundiza en lo real.
2.La realidad del ser: lo real excede a lo racional; haciendo necesario comprender que en lo material como en los seres vivos, co-existen orden y desorden, mientras que en los individuos el homo es sapiens-demens, es un animal razonable y es naturalmente privado de razón.
3.Conducta humana: eliminar la razón como fundamento absoluto y suprimir el derecho antropológico de usar y abusar de todas las cosas. La razón practica no debe ser más depredadora ni manipuladora, sino la base para concebir una relación ecológica y un nuevo ethos en lo concerniente a la organización del trabajo, de la vida, de la sociedad.
Estos son los principios, según Morin (2015), que deben guiar la revisión de la razón y así: eliminar el racionalismo, reconocer la riqueza de la irracionalidad y abrir la racionalidad hacia una relación compleja, es decir incierta, complementaria y antagonista con la realidad, lo cual conduce inevitablemente a reconsiderar el modelo vigente de decisión y acción, como a continuación se comenta.
La decisión racional pura10: la institucionalización del modelo y su revisión
Varios siglos de insistencia de la decisión como antecedente ineludible de la acción han dado lugar un modelo basado en lo que March (1994) ha denominado lógica consecuencial que es el marco para la decisión racional pura, es decir una decisión óptima; lógica y modelo han quedado arraigados en las ciencias y en la sociedad en cuanto a que se han institucionalizado al asumirse como el único y mejor camino (Brunsson, 2007). A continuación, se presentan algunos rasgos de la institucionalización de la lógica consecuencialista y su modelo racional, enseguida se describe el modelo racional puro y se culmina la sección con las propuestas de ajuste y complementación que hasta ahora se han desarrollado, en buena medida resultado de los cuestionamientos a la razón y la racionalidad antes apuntados.
La institucionalización
La decisión, la lógica consecuencialista y el modelo racional puro se han convertido en instituciones11 y están fuertemente conectadas con otra institución igual de penetrante que es la idea de individuo, es decir: un todo indivisible con claros límites y características tales como libre albedrío —la habilidad de elegir libremente pensamientos y deseos— así como la capacidad de actuar con autodeterminación, estas características se consideran relativamente estables en tiempo y en espacio. Ser individuos supone también contar con una fuerte identidad.
Cuando la individualidad es un valor importante se puede suponer que la gente toma muchas decisiones y que sus acciones son precedidas por ellas. En síntesis, el que la gente sea considerada como individuos y la racionalidad sinónimo de inteligencia, son parte de la realidad institucional y parece ser lo apropiado en una cultura secularizada, donde se considera que el futuro es controlado por las decisiones de los seres humanos y no por Dios, el destino o la suerte.
Ahora bien, los rasgos básicos de la imagen mental que se tiene de los individuos también son encontrados en otra institución central de nuestro tiempo: la organización formal. Similar a los seres humanos las organizaciones son percibidas como un tipo de individuos, conforme la ley son personas12 con identidad, limites definidos y objetivos específicos. Las organizaciones formales son pensadas como teniendo alguna forma de jerarquía y cuentan con un mando central o Dirección que asegura que las acciones sean función de objetivos declarados y formales. La organización tiene cierto grado de independencia social y la Dirección cierto grado de libertad de elección.
El hecho que la organización sea considerada como un tipo de individuo hace que la intencionalidad y racionalidad sean tomadas, en general, como las formas de inteligencia mejor adaptadas para ella. Aún cuando quienes trabajan en los niveles operativos inferiores siguen las reglas establecidas por los mandos medios, se espera que la organización como un todo sea intencional y racional siendo la tarea de la Dirección lograrlo. La identidad de la organización se describe en términos de sus objetivos —especificaciones de lo que se desea lograr a futuro— y a partir de lo anterior resulta automático asociar racionalidad con eficacia (medida en que los objetivos se logran) y eficiencia (medida de la economía de medios); de esta manera, las decisiones racionales son las que desencadenan acciones que llevan a los resultados deseados con eficacia y eficiencia, cumpliendo asi con los requerimientos centrales de las organizaciones.
Una vasta literatura y la formación en economía y gestión ha reforzado la institucionalización del modelo de la decisión racional pura, Simón (1997), cómo se mencionó antes, fue el primero en argumentar que el individuo es intencionalmente racional pero solo de manera limitada lo logra y con ello desató una serie de estudios acerca de la decisión que a la postre le dieron el premio Nobel de Economía, sin embargo, por la institucionalización ya comentada, su logros tuvieron poco eco y sigue siendo común que quien no siga el modelo racional pura sea considerado incompetente y se siga manteniendo como aspiración.
Modelo racional puro
Este modelo, que puede verse como una extensión del ilustrado en la figura 1-1, pretende responder cuatro preguntas básicas:
1.La cuestión de las alternativas: ¿Qué acciones son posibles?
2.La cuestión de las expectativas: ¿Cuáles son las futuras consecuencias y la probabilidad de ocurrencia de cada alternativa?
3.La cuestión de las preferencias: ¿Qué tan valiosas para el decisor son las consecuencias asociadas a cada alternativa?
4.La cuestión de la regla de decisión: ¿Cómo elegir entre las alternativas en términos de su valor o contribución de sus consecuencias?
Para responder a lo anterior, siguiendo la lógica consecuencial y bajo la modalidad racional pura, es necesario revisar todas las opciones disponibles para elegir la mejor, la óptima, en función a sus consecuencias en las preferencias, tal y como se bosqueja en la figura siguiente:
Figura 1-2 El Modelo Racional Puro
De la figura anterior vale la pena destacar sus dos etapas básicas, la cognitiva y la conductual, donde:
•La etapa I cognitiva, es la parte del proceso que no es observable y es motivo de estudios de la psicología y de las denominadas neuro-ciencias, consta de 4 pasos:
–los pasos numero 1 y 2 que se derivan de la idea del homo sapiens con capacidad de reflexión y critica continua, que le permiten descubrir brechas entre un estado ideal y la realidad, que es el motor de todo el proceso de decisión-acción, que prácticamente no cesa a consecuencia del aprendizaje13 (línea que conecta el paso 6 con el 1).
–Los pasos 3 y 4 son la esencia de la lógica consecuencial, que, conforme a la modalidad de racionalidad pura, aspira a identificar y revisar todas y cada una de las posibles alternativas de acción incluyendo la anticipación de sus consecuencias en las preferencias. La regla consiste en elegir la mejor, la optima, es decir aquella alternativa de acción con mayor impacto o consecuencia en las preferencias.
•La etapa II conductual, tiene una parte de preparación y otra de realización que puede ser observable una vez tomada la decisión y en ocasiones partir de ella se puede inferir la parte subjetiva, consta de 2 pasos:
–paso 5 que es la anticipación de los pormenores de la instrumentación de la alternativa de acción elegida en el paso 4, que sirve de base al paso 6.
–paso 6, que es realización de la acción, la verificación de las consecuencias, la evaluación y la retroalimentación que llevando un aprendizaje que puede ser de 2 niveles: i) al paso 3 para buscar y elegir una nueva y mejor opción (aprendizaje de bajo intelecto), o ii) al paso 1 que da por resuelto el problema o bien