Cómo enseñar a predicar. Alex Chiang
Sinopsis
No se necesita de un esfuerzo especial para darse cuenta de que la predicación contemporánea enfrenta el peligro de la superficialidad. Este peligro se traduce en la vida de las iglesias en pensar que se puede crecer numéricamente sin necesidad de una predicación fiel al texto bíblico y relevante a su contexto social. Este modo de pensar olvida, pues, que la salud de una comunidad de fe depende de una predicación bíblica y contextual y enfocada a responder a las reales necesidades de las personas.
• ¿Qué importancia tiene la predicación bíblica en la extensión del reino de Dios en el mundo?
• ¿Cómo Jesucristo capacitó a sus primeros discípulos para ser predicadores del evangelio del reino?
• ¿Qué lugar ocupa la presencia renovadora y dinamizadora del Espíritu Santo en la predicación bíblica?
• ¿Cómo impulsar programas de desarrollo de capacidades para la predicación bíblica?
Este manual, precisamente, trata sobre cómo enseñar a predicar. Está dirigido principalmente a personas comprometidas con el proceso de formación de expositores bíblicos. Es un esfuerzo pedagógico por reflexionar y sistematizar la experiencia de capacitación de predicadores en América Latina, motivada por el sueño de ver en América Latina un movimiento comprometido con la predicación bíblica y contextual.
Cómo enseñar a predicar
Manual de formación para capacitadores en exposición bíblica
Alex Chiang
© 2018 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma
Primera edición digital: enero 2021
ISBN N° 978-612-4252-87-7
Categoría: Ayudas pastorales - Predicación
ISBN N° 978-612-4252-24-2 | Edición impresa
Editado por:
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Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperación, o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin previa autorización de los editores.
A Álvaro, Ángel, David, Diego, Dionisio, Gail, Igor, Joaco, Jorge, Juan Carlos, Manuel, Mercedes, Rubencho y Ximena, pioneros del ministerio de Escuelitas de predicadores, sin los cuáles este libro jamás hubiera podido ser escrito.
Prólogo
“Dios habla hoy” es una declaración con implicaciones muy comprometedoras que suscita varias interrogantes, como: ¿qué dice?, ¿a quién se lo dice?, ¿cómo lo dice?, ¿qué lengua utiliza?, ¿cómo interactúa con otras voces?, entre otras. Todas estas preguntas se responderían si tuviésemos acceso a sus palabras; acceso que se encuentra en manos, en boca, de sus voceros.
Pregoneros o portavoces, según este manual, son los individuos llamados e incuestionablemente leales. En su pasión y destreza está su capacidad de comunicar el pregón con prontitud y de hacer conocer al pueblo planes y decisiones que afectarán su destino; el pregonero podría morir en el intento.
Cuando el pueblo oye la voz de Dios, disfruta del éxtasis, y lo visitan la perplejidad, la perturbación y el estremecimiento. Es consolado, instruido; celebra el final del silencio de su Dios y el advenimiento de un interlocutor de conversación interminable.
El pueblo ordena, reordena, elimina, da y, sobre todo, encuentra su lugar y misión en la tierra, en busca de la utopía esquiva: “cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia”, lo propio y anhelado de su creador.
Hacia aquí apunta este manual. Se ocupa, no de la “palabra de Dios”, que nunca ha estado en crisis, sino del vocero y de su vocería, lo cual sí lo está.
El libro se nutre de verdades y convicciones: Dios habla y su voz nunca está vacía ni “vuelve vacía”. Se nutre de una prolongada, reflexionada y articulada experiencia de predicación y formación de predicadores del autor. Se nutre, finalmente, de una vivencia de “Escuela”, es decir, de una filosofía de formación de cómo se hace un vocero de Dios. Filosofía que toma forma de “escuelita”, espacio donde se da un aprendizaje significativo, al cual se llega, no por inscripción, sino por llamado, y del cual nunca se sale, es decir, quien allí estudia, nunca se gradúa.
Éste es un libro de inmenso valor, quizás único, no en el arte de la predicación, sino en el artificio de cómo enseñar a predicar con fidelidad, relevancia y claridad. Que a través de quienes lo usen, la iglesia y el mundo sepan que Dios habla hoy, y que, cuando lo hace, “calla toda la tierra”.
Jorge Atiencia
Introducción
Éste no es un libro sobre cómo predicar, pues ya existen muchos y muy buenos materiales impresos al respecto, casi imposibles de superar. En ese sentido, traté de no incluir nada que pueda leerse en un buen texto sobre predicación. Por ello, encontrarás muy poco respecto al perfil de un buen predicador, la importancia de los géneros literarios o cómo ser fiel, relevante y claro a la hora de elaborar y exponer un sermón.
Éste es un libro sobre cómo enseñar a predicar y está dirigido principalmente a personas comprometidas en el apasionante proceso de formar expositores bíblicos. Es un esfuerzo por reflexionar y sistematizar la experiencia de capacitación a predicadores en América Latina, impulsada por el ministerio de Langham Predicación.
Lo escrito aquí recoge la parte pedagógica y metodológica de un sueño que trasciende estas páginas: ver en cada país latinoamericano un movimiento nacional de predicación que promueva la predicación bíblica y contextual con el potencial de transformar personas, familias e iglesias, así como las estructuras sociales donde están insertas.
Se ha hecho un esfuerzo intencionado de incorporar una filosofía de educación de adultos, aunque, por el propósito de este manual, solo encontrarás la puesta en práctica de estos principios. Recuerda que un adulto aprende de forma muy distinta que un niño.
Como consecuencia de haber participado en el proceso formativo desarrollado en este libro, muchos pastores y pastoras establecieron en sus iglesias locales un equipo de predicadores, quienes, acorde con un cronograma establecido, predican rotativamente en los servicios dominicales. Lo distintivo de esta propuesta es que, antes de exponer el mensaje a la congregación, es previamente compartido al interior del equipo, con el propósito de ser retroalimentado y enriquecido. Lo mismo ocurre después de ser predicado. Quienes han implementado este sistema dan testimonio del fortalecimiento del púlpito, con el consecuente crecimiento integral que ello produce.
El objetivo de un programa de formación de predicadores es regalarle a una nación hombres y mujeres que anhelen predicar como Jesús, sabiendo que es imposible hacerlo si no estamos dispuestos a vivir como Él.