Traumaterapeutas en la caja de arena. José Luis Gonzalo Marrodán

Traumaterapeutas en la caja de arena - José Luis Gonzalo Marrodán


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son dos universos paralelos…

      Terapeuta: [Reflejando.] Son universos paralelos, ¿están separados entonces?

      Lucas: Sí.

      Terapeuta: ¿Se puede acceder a cada uno de los dos lados?

      Lucas: [Rotundo.] No.

      Terapeuta: [Reflejando.] Son dos universos que transcurren paralelamente… ¿Quieres decir algo de alguno de los dos? Mira a ver qué te viene, por ejemplo, de este universo. [Izquierda de la foto.]

      Lucas: [Silencio largo.] Malos contra los buenos…

      Terapeuta: ¿Quiénes son los malos?

      Lucas: [Los señala con la mano. Son los tres que están en línea, a la izquierda de la foto.]

      Terapeuta: ¿Qué pasa entre ellos?

      Lucas: Quieren exterminar a los buenos.

      Terapeuta: [Refleja.] Exterminar a los buenos. Has utilizado figuras de Star Wars, ¿no? ¿Las has seleccionado queriendo o te ha salido así?

      Lucas: Me ha salido así…

      Terapeuta: ¿Qué pasa para que los quieran exterminar?

      Lucas: Quieren que reine el mal.

      Terapeuta: [Reflejando.] Quieren que reine el mal. ¿Te refieres a algo así como el lado oscuro de la fuerza, que sale en las películas, o no exactamente? [Dejándolo caer como hipótesis.]

      Lucas: Sí, es el lado oscuro. [Rotundo.]

      Terapeuta: Y en este otro universo paralelo [lado derecho de la fotografía], ¿qué sucede?

      Lucas: Al revés, los buenos quieren exterminar a los malos…

      Terapeuta: ¡Ah! ¡Aquí es a la inversa…!

      Lucas: Que es lo mismo, pero de distinta forma…

      Terapeuta: ¿Quiénes son aquí los buenos?

      Lucas: [Señala las dos figuras que están una al lado de otra en la parte superior derecha de la foto.]

      Terapeuta: ¿Y qué ocurre en este universo para que los buenos quieran exterminar a los malos?

      Lucas: Quieren que reine la paz.

      Terapeuta: ¿No tienen ninguna otra manera de lograrlo?

      Lucas: [Rotundo.] No.

      Terapeuta: [Suena el timbre que indica el fin de la sesión.] Hemos de ir terminando por hoy. ¿Qué necesita este mundo, Lucas?

      [Silencio largo.]

      Lucas: Naves espaciales, pero no hay.

      Terapeuta: Tendré que traer, o podemos construir unas. Bueno, es ya momento de dejar el mundo en la arena. ¿Le pondrías algún título?

      Lucas: No.

      Terapeuta: Muchas gracias por esta caja de arena. Guardaré el vídeo para llevar un archivo y para que podamos más adelante volver a verlo, con el fin de que podamos aprender más sobre ella.

      Comentario: Desde el punto de vista clínico, este chico se debatía inconscientemente entre una parte de él que le indica que haga las cosas bien y otra (aparece en forma de voces interiorizadas) que le dice que haga las cosas mal. Una fuerza constructora y otra destructora. Lucas fue maltratado por su padre, lo cual ha generado en él una parte emocional hostil que debe reclamar como propia e integrar.

      La caja de arena ayuda a ir del caos a la diferenciación y permite que ambas fuerzas (bien y mal) se manifiesten, opuestas. Con el trabajo de las cajas de arena (pero sobre todo al protegerlo y darle un contexto de buenos tratos), lo malo irá dejando espacio a lo bueno y logrará la integración de opuestos. Esperamos, como dice Ronnberg (2011), que estas fuerzas, «…por el mero hecho de que estén en conflicto, se unirán de manera gradual, y lo que parecía muerte y destrucción se acomodará en un estado latente de concordia en el que se gestan nuevos valores y actitudes dominantes».

      Para concluir este apartado, quiero recordar que las reglas que rigen las diferentes fases de este abordaje terapéutico, es decir, el proceso, deben adaptarse a las necesidades de cada cliente, siendo coherentes con el procedimiento de aplicación, pero también flexibles. «No todos los pacientes pueden hacer todas las fases de la caja de arena en todo momento», recuerda Rae (2013). Por ello, para tomar buenas decisiones terapéuticas, es preciso hacer una buena valoración diagnóstica de los pacientes, antes de proponer técnicas de tratamiento. Esto nos permitirá un conocimiento profundo de las personas que solicitan nuestros servicios, de sus síntomas, problemas personales y sociales, fortalezas, recursos y redes de apoyo social. De este modo estaremos en condiciones de determinar cuáles son las técnicas más adecuadas para trabajar con aquellos. En el caso de optar por la caja de arena, también podremos acomodarla a las necesidades y características de cada paciente. El clínico experimentado sabrá cómo adecuar la técnica de la caja de arena a las características y necesidades de cada persona, siendo coherente pero flexible con las reglas, teniendo presente que «se ha creado la caja de arena para el paciente y no el paciente para la caja de arena».

      Para más detalles sobre la técnica y para profundizar en ella, recomiendo consultar Construyendo puentes (Gonzalo, 2013) y La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia (Benito y Gonzalo, 2017).

      Ahora que ya sabemos en qué consiste esta técnica, podemos centrarnos en la formación del psicoterapeuta y en lo que este abordaje terapéutico le puede ofrecer. De ello nos ocuparemos en el siguiente apartado.

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      Tatiana Cáseda y José Luis Gonzalo, en el Centro de Traumaterapia y Psicología Lotura, en San Sebastián, Guipúzcoa (España), donde ejercen como psicólogos y colaboran en calidad de docentes en el posgrado de traumaterapia sistémica infanto-juvenil de Barudy y Dantagnan.

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