Traumaterapeutas en la caja de arena. José Luis Gonzalo Marrodán

Traumaterapeutas en la caja de arena - José Luis Gonzalo Marrodán


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caracteriza, entrega un resumen de las bases históricas, clínicas, científicas y prácticas de la técnica, como un instrumento terapéutico, lo que está extensamente explicado en sus dos libros anteriores: Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena (2013) y La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia (2017).

      El impacto terapéutico para los participantes en esta diplomatura está ampliamente ilustrado por quienes relatan sus experiencias, por lo que son, junto con José Luis, Tatiana y Nerea, coautores de esta obra. A estos testimonios se suman los de dos profesionales que experimentaron los beneficios de la técnica en dos de los tantos talleres impartidos por José Luis y quienes relatan su vivencia transcurrida hace algunos años. Nos muestran que lo que experimentaron en ese taller sigue presente como fuente de bienestar en sus vidas y también en la práctica de la psicoterapia.

      Lo experimentado por este grupo de profesionales al realizar sus cajas como «pacientes» y «facilitadores» para acompañar a un compañero de promoción muestra el valor de esta técnica como instrumento para recuperar las experiencias de cada uno, desde lo recursivo y creativo de su cerebro y su sistema nervioso para adaptarse a contextos de sufrimiento y, en otros casos, a contextos que generaron traumas siendo niños, adolescentes o en su vida adulta. En los diferentes testimonios queda en evidencia la utilidad de la técnica para facilitar la integración en la memoria de experiencias vividas que en su momento no fueron simbolizadas por las áreas cerebrales, ya sea porque ocurrieron en un periodo en que su cerebro no estaba desarrollado o por la intensidad amenazante de los contenidos traumáticos. La caja de arena es un abordaje integral de las experiencias personales de los participantes, porque no solo toma en cuenta la palabra, sino también los aspectos emocionales, cinestésicos y sensoriales de los recuerdos de las experiencias codificadas en la memoria. En otras palabras, permite «al cuerpo que lleva la cuenta» (Van der Kolk, 2015) encontrar otra vía para expresarse.

      El trabajo con la técnica de la caja de arena permitió a los alumnos no solo conectar con aspectos de lo que les ocurrió en sus historias de vida, sino también con los efectos de estas experiencias y con cómo habían sido o no integradas en su historia.

      Por todo esto, esta obra es una excelente contribución para explicar por qué uno de los pilares de nuestro programa de formación es el trabajo personal de los futuros terapeutas, y mostrar que esta actividad no solo es necesaria, sino también posible.

      Los caminos para hacerlo pueden ser diversos, lo específico de este libro es que los autores, con la ilustración de las experiencias vividas por los profesionales en formación en traumaterapia, muestran de una manera magistral cómo la enseñanza de la técnica de la caja de arena cumple con esa finalidad. A través de su contenido, existen argumentos suficientes para que se incorporen trabajos de este tipo en los procesos formativos de los profesionales de la salud mental infanto-juvenil, de la educación y la intervención social, porque es un instrumento que contribuye a que los terapeutas sean mejores personas y, por lo tanto, mejores profesionales.

      José Luis comenta de una manera rigurosa y magistral los testimonios de cada participante del grupo; en cada ilustración establece puentes sobre lo vivenciado por cada alumno, la técnica y los objetivos de la caja de arena y el impacto terapéutico que tuvo para ellos. Cada comentario es una ilustración de la sabiduría clínica y científica del autor, la lectura de esos comentarios no deja ninguna duda sobre la utilidad de la técnica de la caja de arena, para permitir a cada traumaterapeuta en formación un trabajo personal que garantice el apego o conexión social, la empatía y la mentalización terapéutica en las relaciones que establecerán con sus pacientes.

      En los comentarios también se resalta que el principal recurso reparador del daño traumático provocado por otros, sobre todo cuando se trata de una persona significativa, es aquel capaz de ofrecer una relación interpersonal reparadora, lo que la convierte en terapéutica; por esto mismo, el hecho de realizar un trabajo de la propia historia del terapeuta aumenta en este sus capacidades de conexión social de empatía y de mentalización, protegiéndolo de la tentación de transformarse en un tecnócrata, omnipotente y desconectado de la vivencia del paciente.

      Las experiencias testimoniadas en este libro tendrán suficientes argumentos para convencer al lector de que es su persona el principal instrumento para ayudar a los demás, siempre y cuando los ingredientes de sus historias hayan sido trabajados. En uno de los comentarios, el autor referente argumenta que es el trabajo que cada traumaterapeuta lleva a cabo en su historia personal lo que previene con eficacia los riesgos de «representaciones y conductas enactivas» (Lyons-Ruth, 1999) o, en otros términos, de reaccionar con una contratransferencia proyectiva a los relatos y las conductas de sus pacientes.

      Como no podía ser de otra manera, José Luis nos regala en la última parte del libro un extraordinario suplemento. En este, nos entrega de una forma clara y didáctica elementos para comprender los efectos de la técnica de la caja de arena, a la luz del paradigma de la mentalización. Para ello, no solo nos ofrece los fundamentos básicos de este paradigma, sino que, además, muestra que las preguntas que utilizamos para explorar el mundo en la caja de arena (como las que los diferentes participantes realizaron a sus colegas en el taller) son totalmente mentalizadoras. Más aún, considerando las máximas que proponen los creadores de la «terapia basada en la mentalización» (Bateman y Fonagy, 2018), nos muestra cómo el trabajo terapéutico realizado con la técnica de la caja de arena responde a estas máximas, lo que refuerza la utilidad de esta técnica a la hora de proponer un taller sobre la persona de los terapeutas en general y de los traumaterapeutas en particular.

      Referencias

      Bateman, A., Fonagy, P. (2018). Tratamiento basado en la mentalización para trastornos de personalidad. Una guía práctica. 2.ª edición. Bilbao: Desclée de Brouwer.

      Lyons-Ruth, K. (1999). The two-person unconscious: Intersubjetive dialogue, enactive relacional representation and the emergence of new forms of relational organization. Psychoanalytic Inquiry, 19, 576-61.

      Van der kolk, B. (2015). El cuerpo lleva la cuenta. Cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma. Barcelona: Eleftheria Editorial.

      Capítulo 1

      INTRODUCCIÓN

      JOSÉ LUIS GONZALO MARRODÁN

      Han pasado ocho años desde que publiqué el primer libro sobre la técnica de la caja de arena (Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena) y quince desde que me formé con la profesora Josefina Martínez, psicóloga del Centro Metáfora de Chile, en el contexto del posgrado de traumaterapia sistémica infanto-juvenil de Barudy y Dantagnan. Desde entonces, he usado esta herramienta con los niños y adultos que acuden a mi consulta de San Sebastián y he participado como profesor en infinidad de talleres y seminarios a lo largo de toda la geografía española, dándola a conocer entre mis colegas psicólogos y psicoterapeutas, principalmente. En estas formaciones hemos vivido increíbles experiencias de conexión emocional y hemos sentido el poder curativo de esta técnica, si se sabe utilizar adecuadamente y se brinda a los pacientes una presencia plena, contenedora y sentida. En el recuerdo de quienes hemos participado en esos talleres quedará para siempre grabada la vivencia de lo que compartimos. La primera caja de arena de cada uno es inolvidable. E, incluso, mucho tiempo después, esta sigue siendo reveladora. Ha habido colegas que me han escrito correos electrónicos para agradecerme lo que su caja de arena les aportó y cómo transformó su vida. En algunos casos, como veremos en los ejemplos de S y B, de una manera profunda. No en vano, Boris Cyrulnik (2003) afirma que, para que alguien experimente el fenómeno de la resiliencia, un «encuentro significativo» puede ser suficiente.

      Antes de continuar con el propósito de este libro, quiero dirigirme al lector que, por primera vez, atraído por el título, se acerca a esta técnica psicológica y por ello le ofreceré en estas páginas una breve explicación para que no se sienta perdido al leer el texto. Sin embargo, remito a todas las personas interesadas en profundizar en esta técnica a la lectura de Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena y La armonía relacional. Aplicaciones de la caja de arena a la traumaterapia (Gonzalo, 2013; Benito y Gonzalo, 2017).


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