Por un cine patrio. Marta García Carrión
POR UN CINE PATRIO
CULTURA CINEMATOGRÁFICA Y
NACIONALISMO ESPAÑOL (1926-1936)
POR UN CINE PATRIO
CULTURA CINEMATOGRÁFICA Y
NACIONALISMO ESPAÑOL (1926-1936)
Marta García Carrión
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, ya sea fotomecánico, fotoquímico, electrónico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permiso previo de la editorial.
© Marta García Carrión, 2013
© De esta edición: Publicacions de la Universitat de València, 2013
Publicacions de la Universitat de València
Diseño de la maqueta: Inmaculada Mesa
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
ISBN: 978-84-370-9326-0
Edición digital
ÍNDICE
Introducción: cine y nación como problema historiográfico
La construcción de la nación española: un balance historiográfico
Cine y nación: aproximaciones teóricas y líneas de investigación
Cine español, discursos nacionalistas y construcción nacional
Cultura cinematográfica y nacionalismo entre dos décadas
1.1. Las reacciones intelectuales iniciales ante el cinematógrafo (1896-1914)
1.2. La primera crítica cinematográfica y el cambio en la apreciación intelectual del cine
1.3. Hacia la configuración de una cultura cinematográfica: losaños veinte
1.4. La cultura cinematográfica en los años treinta
2.1. Una nación para el cine, un cine nacional para España
2.2. Latinismo e hispanoamericanismo en el discurso cinematográfico
2.3. Nacionalizar la industria: la presencia de extranjeros en el cine español y el debate proteccionista
2.4. La españolidad vs. la españolada
Capítulo 3. El desafío del cine sonoro: hispanoamericanismo y nacionalismo lingüístico
3.1. El imperio español contraataca: nacionalismo e hispanoamericanismo contra Hollywood
3.2. Nacionalismo lingüístico y cine sonoro
Capítulo 4. El cine nacional como problema durante los años de la República
4.1. La reflexión crítica sobre el concepto de cine nacional
4.2. Tres versiones del cine nacional: Mateo Santos, Juan Piqueras y Florentino Hernández Girbal
4.3. Costumbrismo y folclore: la representación del «pueblo» español entre la autencidad y el tópico
Para Ana, Miriam y Nieves,
friends and associates
INTRODUCCIÓN: CINE Y NACIÓN COMO PROBLEMA HISTORIOGRÁFICO*
“Hacer cinematografía nacional es hacer patria”.1
Con esta contundencia se expresaba en 1926 el escritor y periodista cinematográfico Ramón Martínez de la Riva, quien poco después se introduciría también ocasionalmente en el campo de la realización fílmica. 2 De la Riva defendía la labor patriótica que suponía construir una cinematografía nacional argumentando que el séptimo arte estaba llamado a ser el arma y el medio de expresión de las naciones: «Dentro de unos años, nación sin cinematografía nacional propia será lo mismo que nación sin escuadras, ya que sólo la cinta de celuloide sobre el lienzo de plata podrá transmitir al mundo el espíritu, el progreso, la fuerza, la riqueza de los pueblos».
La fusión de cine y nación, de la labor cinematográfica y la misión patriótica, que hacía este crítico cinematográfico, plantea algunas cuestiones de interés, como qué se entendía por cinematografía nacional, qué presencia tuvo el nacionalismo español en el mundo del cine o qué discursos nacionalistas se desplegaron en la cinematografía, tanto en la producción como en la crítica. En un sentido más amplio, esta reflexión obliga a plantear qué relación hay entre la nación como construcción política y cultural y el séptimo arte.
Este libro pretende situar explícitamente el estudio del cine en la investigación historiográfica relativa a los nacionalismos y la construcción de las identidades nacionales. Para ello se analizará un ámbito específico del mundo del celuloide, la cultura cinematográfica, entre los años 1926 y 1936. El cinematógrafo había llegado a España en 1896 y en los años siguientes se convirtió en uno de los símbolos más representativos de la evolución de la cultura de masas protagonizada por la transformación de la sociabilidad urbana y la revolución de las comunicaciones. A la altura de los años veinte, el cine se había estabilizado desde la década anterior como uno de los espacios de ocio preferidos por el público, y el competitivo precio de sus entradas en comparación con otros espectáculos lo convertía en una oferta lúdica muy popular y así continuó siéndolo durante la década siguiente.3 Este nuevo y moderno lenguaje contribuyó (junto con otros como el de la radio) a modificar la relación con la cultura de una creciente masa de españoles.4
Estas décadas vieron el desarrollo de la cinematografía española (si bien en una trayectoria muy irregular y con fuertes crisis)5 en un periodo marcado por los intentos dirigidos a crear un cine nacional, una producción fílmica que estuviera en consonancia con la identidad española, sus tradiciones y cultura.6 pero los años veinte vieron asimismo la afirmación del cinematógrafo como medio que merecía atención intelectual, un arte sobre cuya naturaleza y posibilidades cabía reflexionar y una representación cultural que había que juzgar a partir de criterios