Turismo de interior en España. AAVV
y el «après-ski», la comarca de Osona con el ecomuseo del trigo y la comarca del Ripollès con el turismo de deportes de aventura. En Galicia analizamos la comarca de la Ribeira Sacra con el turismo de naturaleza. En Andalucía la comarca de la Sierra Sur de Jaén, con el turismo astronómico. En Alicante, la comarca del Alto Vinalopó con el turismo entorno a las fiestas de Moros y Cristianos. En Salamanca, la Tierra de Vitigudino con el turismo arqueológico o «arqueoturismo» y finalmente, en la comarca del Jiloca en Teruel, el turismo del patrimonio bélico.
En el capítulo 1 presentamos las dinámicas recientes de los territorios de interior y los cambios que están experimentando. Así mismo, recogemos las principales acepciones de turismo cultural y la potencialidad de los recursos culturales, patrimoniales y naturales que ofrecen los territorios interiores. Incidimos, de forma breve, en los diferentes intereses que pueden presentar los turistas culturales y apuntamos los principios básicos de desarrollo sostenible que deben asumir los espacios interiores. Inicialmente, el turismo en las áreas interiores no altera el territorio y la vida de la comunidad. Sin embargo, con el paso del tiempo el turismo y los turistas provocan un efecto multiplicador y dinamizador en dichos espacios generando actividades complementarias, diversificando su economía y ofertando nuevos puestos de trabajo, tanto directos como indirectos. Por ello, las Administraciones Públicas promueven el turismo como una actividad para la promoción económica y social del territorio. A veces, incluso, deben rectificar en una excesiva promoción que repercute negativamente. Los resultados de investigaciones anteriores (Cànoves, et al. 2014) nos han mostrado que la combinación idónea para los espacios interiores es la de poner en valor turístico sus recursos culturales, patrimoniales, y naturales, pero considerando siempre los resultados bajo una visión local. Es decir, la capacidad que tiene la actividad turística de dinamizar de manera local, endógena y a pequeña escala los espacios interiores. Este pequeño dinamismo, nada comparable al de los grandes complejos costeros litorales, tiene sin embargo unas repercusiones muy positivas para la población local que lo acoge y puede ayudar a frenar la despoblación e incluso dinamizar la economía local. La puesta en valor del patrimonio en los espacios interiores ha mostrado una potente capacidad de resiliencia ante las situaciones de crisis.
En el capítulo 2, se acota el marco conceptual, partiendo de la premisa de que en los territorios de interior están emergiendo nuevos clústeres alrededor de productos turísticos innovadores que ayudan al desarrollo local. Así, se delimitan los conceptos de territorio y destino turístico, de sostenibilidad y desarrollo sostenible del turismo, el concepto de clúster turístico y de resiliencia territorial. Entendiendo el concepto de resiliencia territorial como la capacidad de los destinos turísticos para recuperar los equilibrios o para absorber los impactos y las crisis, teniendo en cuenta su situación anterior, sus recursos, las propias habilidades organizativas, la adaptabilidad de su estructura y de su funcionamiento. En este capítulo sentamos las bases teóricas de nuestro estudio basándonos en el ciclo adaptativo de la resiliencia de Holling y Gunderson (2002), que aplicamos a los 12 territorios y productos turísticos del estudio.
El capítulo 3 muestra la metodología utilizada y justifica los doce casos de estudio seleccionados. La cuantificación de la sostenibilidad turística implica dificultades prácticas y conceptuales importantes, no sólo por la disponibilidad de los datos (White et al., 2006) sino porque es necesario, al mismo tiempo, establecer unos umbrales claros a partir de los cuales una actividad se puede considerar sostenible o no. La segunda dificultad se encuentra en la diversidad de territorios, actores e intereses que confluyen en una actividad tan transversal como es el turismo; siendo los indicadores una herramienta fundamental. Por otra parte, la ventaja de los indicadores es su facilidad de uso como información cuantitativa, su monitorización para evaluar variables, la posibilidad de efectuar comparaciones temporales y territoriales, la facilidad de comunicación y comprensión para la toma de decisiones y la posibilidad de evaluar fenómenos transversales. Dado que el principal objetivo del presente trabajo es conocer y analizar el grado de sostenibilidad del clúster formado alrededor de un producto turístico en una determinada comarca de interior; en primer lugar se ha seleccionado un conjunto de 38 indicadores a partir de los propuestos por el ETIS (European Tourism Indicator System) (ETIS 2013a; 2013 b). Los 38 indicadores seleccionados se han distribuido en cuatro categorías que son: Gestión del destino, Flujo turístico, Impacto sociocultural e Impacto medioambiental. En segundo lugar, para conocer el grado de resiliencia que presenta el destino turístico ante cualquier perturbación, se han seleccionado inicialmente 100 indicadores a partir de los propuestos por Amat (2013), la OMT (2004) y el Resilience Capacity Index (RCI), bajo un enfoque mixto socio-ecológico y medioambiental adaptado al turismo, siguiendo a Luthe y Wyss (2014), asimismo agrupados en las cuatro categorías siguientes: Flujos metabólicos, Dinámicas sociales, Redes de gobernanza y Medio-ambiente construido. Finalmente, para conocer el grado de resiliencia territorial de cada una de las comarcas seleccionadas se ha utilizado el índice de sensibilidad territorial (βr) propuesto por Martin (2012) y se han escogido cuatro índices de sensibilidad, representativos de los ámbitos económico, sociocultural y medioambiental.
Las Comunidades Autónomas seleccionadas han sido Andalucía, Aragón, Castilla y León, Catalunya, Comunidad Valenciana y Galicia (Figura 13). La explicación radica en que todas ellas presentan en sus comarcas de interior unas potencialidades relevantes (recursos naturales y patrimoniales) que permiten un mayor desarrollo de su oferta turística, adaptándola a las nuevas y crecientes demandas sociales. Analizados los datos, consideramos que las Comunidades elegidas son representativas de territorios con diferente grado de desarrollo y de resiliencia ante situaciones de crisis social y económica. Para poder identificar detalladamente las dinámicas de las Comunidades en cada una de ellas se ha seleccionado una provincia y, dentro de ésta, una comarca de interior. Y en cada una de ellas es reconocible la presencia, a partir de un determinado producto turístico, de un clúster ya existente o que está en proceso de formarse (Figuras 14 y 15). Entendemos que este clúster turístico puede contribuir al desarrollo local de las comarcas seleccionadas y hace posible el estudio consiguiente, analizando la sostenibilidad de estos clústeres y teniendo en cuenta la resiliencia de la comarca donde se encuentran, tanto desde el punto de vista territorial como del destino turístico.
El capítulo 4, es por ello el más extenso ya que detalla los 12 territorios de estudio, explicando en primer lugar, de forma breve, las características físicas del territorio en base a un análisis de su potencialidad turística. En segundo lugar, se realiza una radiografía de los indicadores socioeconómicos que enmarcan la dinámica del territorio y en tercer lugar, se analizan las características del clúster turístico. Este es el aspecto más relevante, ya que permite ver la evolución de cada caso e indica la etapa de crecimiento turístico en la que se encuentra el clúster.
El capítulo 5 analiza la sostenibilidad de los 12 clústeres y la resiliencia territorial de cada comarca y cada destino turístico. Todos los territorios cuentan con un cuadro resumen del resultado de los indicadores de resiliencia territorial, resiliencia del destino turístico y sostenibilidad del clúster del producto turístico. Esta radiografía permite finalmente situar el nivel de sostenibilidad de los clústeres seleccionados y posicionarlos dentro del ciclo adaptativo de la resiliencia territorial del conjunto de las comarcas analizadas.
Llegados al capítulo 6, éste efectúa una comparación de los casos centrada en sus debilidades económicas, socioculturales, medioambientales y de gobernanza como aspectos fundamentales para mejorar la resiliencia de cada clúster; teniendo en cuenta que hay una serie de aspectos coincidentes, como su riqueza patrimonial o natural y su paisaje, pero también existen notables diferencias entre ellos. Las tablas resumen (105, 106, 107,108) sitúan la comarca, el destino turístico y el clúster en relación a su posición respecto el resto de casos, en base a debilidades económicas, debilidades socioculturales, debilidades medioambientales y debilidades de gobernanza. A partir de los análisis realizados es posible concluir que cada una de las comarcas se encuentra en una etapa diferente del ciclo adaptativo tal como se refleja en la figura 120 y en la figura 122, que muestran el nivel de sostenibilidad de los clústeres seleccionados.
Para finalizar, el capítulo 7 recoge las conclusiones, limitaciones del estudio y nuevas vías de investigación en la temática del Turismo de interior, así como los indicadores económicos, sociales y medioambientales y la potencialidad de los clústeres