Reposo divino para la inquietud humana. Samuele Bacchiocchi
target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_616ce9fd-e41e-50c3-bec4-f6f82f35b298">106 El concepto de Karlstadt acerca del descanso sabático contiene una extraña combinación de elementos místicos y legalistas. Para él, se trata básicamente de un día en el que el hombre se abstiene de sus trabajos para hacer penitencia por sus pecados. Para un claro análisis sobre sus puntos de vista, consultar Gordon Rupp, Patterns of Reformation, 1969, pp. 123-130; ibíd., “Andrew Karlstadt and Reformation Puritanism”, Journal of Theological Studies 10 (1959), pp. 308-326; cf. J. N. Andrews y L. R. Conradi, History of the Sabbath and First Day of the Week, 1912, pp. 652-655.
107 Lutero, Contra los profetas celestes, Luther’s Works, 1958, 40, p. 93. Uno de los más valiosos estudios sobre la posición de Lutero en cuanto al sábado es el de Richard Muller, Adventisten-Sabbat-Reformation, Studia Theologica Lundensia, 1979, pp. 32-60.
108 Concordia or Book of Concord, The Symbols of the Evangelical Lutheran Church, 1957, p. 174.
109 Confesión de Augsburgo, p. 25; cf. Philip Schaff, The Creeds of Christendom, 1919, III, p. 69.
110 El Gran Catecismo, p. 175.
111 Erlanger ed., 33:67, citado en Andrews y Conradi, p. 627.
112 Melanchthon, On Christian Doctrine, Loci Communes 1555, Clyde L. Manschreck, ed. 1965, p. 96.
113 Melanchthon, p. 98. En su primera edición de Loci Communes (1521), Melanchthon reconoce que su comprensión del cuarto Mandamiento depende del Tratado sobre las buenas obras (1520) de Lutero.
114 El concepto del sábado como “renuncia y renovación” se trata más adelante. No comparto, sin embargo, la idea de Melanchthon que relaciona la observancia del sábado con la automortificación, puesto que el sábado no es un día sombrío sino gozoso. Ver Loci Communes Theologici (1521), en Melanchthon y Bucer, L. J. Satre y W. Pauck, trad., 1969, p. 55.
115 Lutero, p. 93; cf. p. 97.
116 Melanchthon, pp. 96, 97.
117 Melanchthon, p. 97.
118 Debe tenerse en cuenta que la orientación teológica del descanso sabático “para el Señor tu Dios” (Éxo. 20:11; 31:17; Deut. 5:14) podría implicar que la cesación de todo trabajo es a la vez una llamada a la adoración divina en el culto público. Esta idea se ve apoyada por el hecho de que, en las fiestas anuales, la prohibición de todo trabajo (prácticamente idéntica a la del cuarto Mandamiento) tiene por objeto facilitar la participación de todos en la “asamblea sagrada” (Núm. 28:18, 25, 26; 29:1, 7, 12, 35; Lev. 23:7, 21, 23-25, 28-32, 35; Deut. 16:8, 11). Aún reconociendo esta posibilidad, la verdad es que el objetivo del cuarto Mandamiento no es “el culto” sino el descanso del trabajo. El acto mediante el cual el hombre se pone a la disposición de Dios en el sábado representa una respuesta de adoración a Dios.
119 D. J. O’Connor hace una incisiva crítica de la teoría de la ley natural en Aquinas and Natural Law, 1967.
120 Melanchthon, p. 96, califica la posición antinomiana como “pueril”. La refuta apelando a la diferencia entre los aspectos específicos y generales del sábado. También Calvino, en 1562, escribió un folleto para refutar un libro holandés que propugnaba que Cristo habla abolido todo ritual, incluida la santificación del día de descanso (Response A un Holandois, Corpus Reformatorum 1863, 9: 583-628). En una carta contra los antinomianos (“Wider die Antinomer”, 1539), Lutero escribió: “Me asombra sobremanera que alguien se atreva a afirmar que yo rechazo la ley de los Diez Mandamientos. ¿Es imaginable la existencia del pecado si no existiese la Ley? Para que alguien pudiese abrogar la Ley, necesitaría antes abrogar el pecado” (Erlanger ed. 32:4, citado por Andrews y Conradi, p. 626).
121 Confesión de Augsburgo, p. 25. Esta Confesión acusa especialmente a la Iglesia Católica de exigir la santificación de ciertas fiestas como condición para la salvación: “Pues los que piensan que la observancia del Día del Señor fue ordenada por la autoridad de la iglesia para sustituir a la del sábado cometen un gran error” (ibíd.). Lutero reconoció que sus acerbas declaraciones contra el Decálogo necesitaban matizarse. En respuesta a un antinomiano, Lutero escribió en 1541: “Si anteriormente hablé o escribí con dureza contra la Ley, fue porque la iglesia cristiana estaba demasiado sobrecargada de supersticiones que ocultaban y hasta sepultaban a Cristo [...] pero en cuanto a la Ley en sí, yo nunca la he rechazado” (citado por Robert Cox, The Literature of the Sabbath Question, 1865, I, p. 388).
122 Confesión de Augsburgo, p. 25.
123 Lutero, Tratado sobre las buenas obras (1520), Selected Writings of Martín Luther, 1967, 1:154b.
124 Lutero, p. 174.
125 Winton V. Solberg, Redeem the Time, 1977, pp. 15-19; A. G. Dickens, The English Reformation, 1964, p. 34; George H. Williams, The Radical Reformation, 1962, pp. 38-58, 81-84, 815-865.
126 Catechism of the Council of Trent, J. Donovan, trad., 1908, p. 342.
127 Ibíd., p. 343.
128 La supresión del segundo Mandamiento por parte de la Iglesia Católica ha sido compensada avanzando la posición de los ocho restantes y dividiendo en dos preceptos el décimo Mandamiento. La inconsistencia de este arreglo arbitrario aparece claramente en el Catecismo del Concilio de Trento, donde los Diez Mandamientos son examinados uno por uno, con excepción de los dos últimos, que son tratados como uno solo (p. 401).
129 Catecismo del Concilio de Trento, III, capítulo 4, preguntas 18 y 19, p. 347. En su alocución ante el Concilio de Trento, Gaspar della Fossa dijo: “El sábado, el día más glorioso de la Ley, ha sido cambiado por el Día del Señor. [...] Esta y otras cosas no han desaparecido en virtud de las enseñanzas de Cristo (pues él dijo que vino a cumplir la Ley, no a abrogarla), sino que han sido cambiadas en virtud de la autoridad de la iglesia. Si esta autoridad es desechada (y eso es lo que quisieran hacer los herejes), ¿quién podrá mantener la verdad y confundir la obstinación de los herejes?” (Mansi 33:533, citado por Andrews y Conradi, p. 589). Sobre el uso de este argumento por parte de las autoridades católicas en la Suiza francesa, véase Daniel Augsburger, “Sunday in the Pre-Reformation Disputations in French Switzerland”, Andrews University Seminary Studies 14 (1976), pp. 265-277.