Magallanes territorio sin fronteras. Patrimonio, identidades, desarrollo sostenible. Carlos Silva
público interesado en la historia social del arte. Desde hace algún tiempo, de hecho, un número selecto de “obras maestras” de la civilización industrial han sido inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco: para Chile, las ciudades mineras de Sewell, Humberstone y Santa Laura; para Italia, el pueblo de San Leucio, cerca del Palacio Real de Caserta, el pueblo obrero de Crespi d’Adda y la ciudad de Ivrea.
A pesar de adquisiciones recientes, el perímetro trazado por el organismo de las Naciones Unidas es todavía demasiado estrecho para representar de manera significativa la contribución que ofrece la arquitectura moderna a la consolidación de la civilización industrial.25
Por otro lado, los estudios interpretativos y los mapas descriptivos dedicados a las ciudades y los paisajes industriales son, hasta el día de hoy, incompletos. Esta falta de conocimiento corre el riesgo de traducirse en una reducción en la capacidad de elegir las mejores soluciones de diseño a adoptar cuando, en un futuro próximo, surjan problemas de obsolescencia de muchas estructuras e infraestructuras industriales, conectadas con tecnologías intensivas en energía, nocivas para el medio ambiente.
Las complejas transiciones ecológicas y tecnológicas ahora en curso requieren, de hecho, la actualización del concepto de patrimonio industrial según los cambios en los paradigmas de desarrollo y crecimiento. Desde un punto de vista cultural, esta situación es en algunos aspectos similar a la vivida en la segunda mitad del siglo XX, cuando el desmantelamiento de las plantas de producción sugirió el impulso de la arqueología industrial como una nueva disciplina científica26. Hoy, sin embargo, no es posible prepararse para la mera contemplación de los hallazgos de la civilización de los hidrocarburos, pero es necesario pensar en extender su ciclo de vida, convirtiéndolos en nuevas plataformas de desarrollo sostenible27.
A fin de prepararse para afrontar este desafío de diseño, inédito en cuanto a complejidad conceptual y amplitud problemática, la cultura arquitectónica deberá reinterpretar críticamente las formas en que se han creado los espacios destinados a los trabajadores industriales, participando sin reservas en investigaciones que considerarán el conocimiento del patrimonio industrial como una “obra abierta” a la concurrencia de muchas y diferentes competencias: desde los estudios urbanos y territoriales a la geografía, desde la ingeniería a la tecnología, desde la historia económica a la sociología, desde la estética a la antropología28.
Las redes de colaboración y cooperación cultural, impulsadas por estos nuevos desafíos, podrán jugar un papel protagonista en el imaginario del futuro29, si son capaces de asumir el compromiso de “cuidar el mundo”30. Esta era la tarea que Bernard Stiegler había confiado a “Ars Industrialis,” la plataforma de reflexión filosófica fundada en 2005 con el objetivo de promover las “políticas industriales de tecnologías espirituales” y de resolver las contradicciones derivadas de la convivencia conflictiva de modos de producción tangibles e intangibles de bienes y servicios31.
La fructífera relación entre los términos arte e industria, que presupone una interpretación original del concepto de técnica, es la base del volumen que el filósofo francés dedicó al “reencantamiento del mundo”, poco después de haber contribuido a la redacción del primer manifiesto de “Ars Industrialis”32. Para reaccionar al desencanto que, en las primeras décadas del siglo XX, Max Weber había atribuido a la progresiva afirmación del racionalismo tecnológico y los modos de producción del capitalismo33, Stiegler propone un nuevo proyecto industrial, basado en la reinterpretación en clave ecológica de los conceptos de “subsistencia”, “existencia”, “consistencia”, los mismos de los que partió la aventura tecnológica de la humanidad.
Concebido para motivar la exploración de nuevos territorios reales y virtuales, el “re-encantamiento” propuesto por Stiegler es probablemente la clave para redimir los asentamientos de los “pioneros” de la civilización industrial, y quizás ningún lugar como la Tierra del Fuego parece ser más apto para probar, con los medios de la arquitectura, para ponerlo en práctica34. Si fracasa, quedará al menos el consuelo de haber intentado reinvertir el capital guardado en las aspiraciones del proyecto moderno35.
NOTAS
1 Nikolaus Pevsner, Pioneers of Modern Movements (London: Faber&Faber, 1936); Idem, Pioneers of Modern Design, (New York: MoMA, 1949 - 1st edition; London: Penguin Books, 1960 – nueva edición revisada).
2 Karin Wilhelm, “The earth, a good domicile. Ambivalences of Modern City”, in A Utopia of Modernity: Zlín. Revisting Bata´s Functional City, a cura di Katrin Klingan (Berlin: Kerstin Gust, 2010), pp. 225-237.
3 Giovanni Luigi Fontana, Andrea Gritti, Architectures at work. Towns and Landscape of Industrial Heritage (Firenze: Formaedizioni, 2020).
4 Giovanni Luigi Fontana, “’Workers’ villages, company towns and industrial cities: the origins and development of a global phenomenon” in Architectures at work, op. cit., pp. 18-29.
5 Eugenio Garcés Feliú, Las ciudades del salitre (Santiago de Chile: Orígenes, 1999). Domingos Giroletti, “Caetanopolis”; María Marta Lupano, “Meat Processing Towns”, in Architecture at work, op. cit., pp. 202-219.
6 Andrea Gritti, “Ford Motor Company Towns,” in Architecture at work, op. cit., pp. 282-287.
7 Rolando Lloga Fernández, “Hershey”; Luis Antonio Ibáñez González, “Necaxa”, Mariela Ceva “Villa Flandria”, in Architecture at work, op. cit., pp. 288-309.
8 Jean-Louis Cohen, Architecture in Uniform. Designing and Building for the Second World War (Montreal/Paris: Canadian Centre for Architecture/ Hazan, 2011).
9 Andrea Gritti, “Manhattan Project Towns”, in Architectures at work, op. cit., pp. 328-333.
10 Boris Cvitanic Diaz e Daniel Matus Carrasco, “Vivienda y patrimonio industrial: Los campamentos del petróleo en Magallanes”, in Sophia Austral [online]. 2019, N° 23 [citado 2021-04-15], pp.205-234, http://dx.doi.org/10.4067/S0719-56052019000100205.
11 Pamela Domínguez Bastidas, Cerro Sombrero, Arquitectura Moderna en Tierra del Fuego (Santiago de Chile: Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2011); Alejandro Parada Valencia, Lorena Novoa Mansilla, La arquitectura moderna como símbolo de políticas públicas (FONDART, 2015).