Comprendiendo las parábolas de Jesús. Klyne Snodgrass
que no produce una respuesta es gracia desconocida. También los cristianos de la actualidad con frecuencia piensan que se puede recibir la gracia sin efecto y sin respuesta. Eso es imposible. ¿Acaso la apatía de nuestro compromiso a Dios se debe a que tenemos un sentido tan ínfimo de la gran deuda perdonada? Si nos importa lo que Dios ha hecho por nosotros, habrá evidencia de una gratitud que responde y obras.
Parte de esa respuesta será el desarrollo de la habilidad para percibirlas personas verdaderamente. Jesús podía percibir las personas, no solamente mirarlas. Necesitamos tener la capacidad de ver más allá de lo obvio y la forma de las personas para percibir lo que de veras son, cuáles son sus necesidades, y cuál es el potencial que tienen. Solamente así el amor de Dios podrá encontrar un camino a través de nosotros. La habilidad de ver envuelve también la habilidad de percibir y evaluar nuestra cultura.
Particularmente en la cultura blanca norteamericana, se enseña que la persona debe reservar sus emociones al responder, pero nada grande pasa sin emoción.145 La mujer en esta parábola nos enseña la importancia de la emoción, de no tomar el pecado a la ligera sino de tener un sentido de su valor. Esto es lo que dio a ella un amor profundo y compromiso por Jesús. No debemos restar importancia a la relevancia de la respuesta de esta mujer. Es obvia la similitud de su acto de ungir los pies de Jesús y de secarlos con su cabello con el acto de Jesús al lavar los pies de sus discípulos y secarlos con una toalla, especialmente cuando el amor es la marca de la motivación de ambos (Lc 7.47 y Jn 13.1). Jesús fue el receptor de tal acto de amor y humildad antes de lavar a sus discípulos. La mujer modeló la humildad que Jesús expresó.
Obviamente se deben confrontar las interrogantes de identidad. Se deben captar las cristologías implícitas, pero especialmente se deben cotejar los cuestionamientos acerca de nuestra propia identidad con respecto a Dios y otras personas. Somos deudores, y potencialmente, si estamos dispuestos a responder, deudores perdonados, y todos estamos en esa categoría. Ninguno de nosotros coincide en la categoría de “menor deudor”. Esto significa que el desprecio de otros y las actitudes de superioridad no tiene cabida con los cristianos. La parábola no describe toda la cadena de eventos, pero un vistazo a la sociedad humana muestra la arrogancia que lleva al desdén, lo cual produce discordia, y que con frecuencia lleva a la violencia.146
Las implicaciones de esta parábola sobre asuntos de la separación del pecado y “el mundo” son muy grandes. Claramente la separación no puede conllevar separación de la gente. Los cristianos no tienen derecho de rechazar los “parias”. Incluso cuando se rechazan acciones específicas, los cristianos deben estar dispuestos a abrazar los pecadores sin afirmar sus acciones o los eventos que claramente son injustos. La santidad, al menos la verdadera santidad, es más fuerte y más contagiosa que el pecado.147 El pecado se debe evitar, no temer. Una amplitud del alma (makrothymia) se extiende a la persona para ayudarla a la fe y la obediencia.
La gracia y la responsabilidad no se refieren a una gracia barata, o una sin responsabilidad. La gente y las iglesias quieren una gracia sin responsabilidad. El perdón no tiene límites, pero conlleva responsabilidades, confesión, verdad, e incluso restitución. Estas dos parábolas solamente son dos representaciones de las múltiples facetas del tema del perdón.
Lectura adicional
Kenneth E. Bailey, Through Peasant Eyes:More Lucan Parables, Their Culture and Style (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), pp. 1-21.
François Bovon, Luke 1: A Commentary on the Gospel of Luke 1.1-9:50 (trad. Christine M. Thomas; Minneapolis: Fortress, 2002), pp. 289-98.
Hans Drexler, “Die große Sünderin Lucas 7:36-50”, ZNW 59 (1968): 159-73.
Joseph A. Fitzmyer, The Gospel According to Luke (I-1X): Introduction, Translation, and Notes (AB; Garden City, N.Y.: Doubleday, 1979), pp. 683-94.
John Nolland, Luke 1-9:20 (WBC; Dallas: Word, 1989), pp. 349-62.
James A. Sanders, “Sins, Debts, and Jubilee Release”, in Luke and Scripture: The Function of Sacred Tradition in Luke-Acts (ed. Craig A. Evans and James A. Sanders; Minneapolis: Fortress, 1993), pp. 84-92.
Reinhard von Bendemann, “Liebe und Sündenvergebung. Eine narrative-traditionsgeschichtliche Analyse von Lk 7, 36-50”, BZ 44 (2000): 161-82.
4 John Dominic Crossan, In Parables: The Challenge of the Historical Jesus (New York:Harper & Row, 1973), p. 106.
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