Tecnologías educativas para la inclusión. Matilde Bolaño García

Tecnologías educativas para la inclusión - Matilde Bolaño García


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de la sociedad contemporánea se apoyan en el uso de las TIC para su desarrollo, lo cual ha marcado nuevos hitos en el trabajo, las costumbres y los estilos de vida. Hoy día no basta con hacer uso de la tecnología en innumerables contextos, es indispensable usarlos eficientemente para el aprendizaje, la motivación y el perfeccionamiento integral de los individuos en el contexto en el cual se desenvuelven.

      En el caso colombiano, las autoridades que manejan la educación y la cultura son los ministerios. Estas instituciones gubernamentales han centrado sus políticas educativas y culturales en reconocer las dinámicas de evolución en la sociedad, con el fin de intervenir en estos escenarios para facilitar el acceso a la información y disminuir la brecha de desigualdad social. Ahora bien, la educación (regional y nacional) tiene grandes retos por superar, entre ellos, las dificultades en el manejo de tecnologías, en algunos casos porque las instituciones educativas adolecen de la capacidad técnica y operativa instalada para emprender su uso, o bien porque la conectividad no está garantizada. En consecuencia, su utilización no representa un distintivo en la cultura educativa colombiana, pero sí una necesidad.

      Con relación a lo anterior, Santiesteban y Díaz (2020), señalan que la educación como proceso permite la formación integral: “Los estudiantes, en dependencia de los periodos del desarrollo por los que transitan y lo alcanzado socialmente; guiado por las influencias de las familias, la dirección del proceso educativo en la institución educativa, y la sociedad en su conjunto”. Lo anterior se acentúa con los cambios y transformaciones económicas, políticas y sociales actuales. En ese sentido, la institucionalidad, la tecnología, las políticas públicas y el sector empresarial impactan en la formación de cualquier sociedad. La tecnología particularmente se valora como determinante en la educación y cultura actual. Los docentes, como guías de la educación formal en la que se construyen los imaginarios de cultura y educación, son responsables de promover el uso educativo de las TIC conforme a las demandas de la cultura digital. Lo anterior requiere de disponibilidad a cualquier hora del día, lo que le implica tener numerosas funciones simultáneamente, además de superar el hecho de que sus estudiantes esperan que su práctica docente se dinamice e incorpore la tecnología con la cual ellos están muchas veces más familiarizados que sus docentes.

      Lo anterior es un llamado a equilibrar la actualización docente, los recursos didácticos y la concepción sobre el aprendizaje en la era actual, porque las necesidades educativas y sociales y los valores y el respeto por la pluralidad no esperan. Quedarse atrás en este aspecto podría no afectar el desempeño académico, pero se aleja de los ideales de la sociedad moderna que precisa orientación docente de entornos ricos en innovación tecnológica. Si aprender siempre ha sido un fin y un reto, hoy día enseñar en medio de dispositivos digitales, plataformas interactivas, generación masiva de información, instantaneidad en las respuestas y atractivos gráficos multimediales se ha convertido en el gran desafío por superar. Por otro lado, la transformación de los roles de estudiante y docente en medio de este contexto es otro elemento que interviene en una ecuación social cada vez más compleja. En consecuencia, la tecnología no domina al hombre a menos que al usarla este sea incapaz de preservar su identidad, costumbres, manifestaciones culturales y la capacidad de comprender el cúmulo de aspectos que permean lo que se denomina educación y cultura.

      El proceso formativo involucra a muchos actores llamados a contribuir en dicho proceso y los recursos como las tecnologías, el currículo y los programas institucionales deben ser coherentes con las realidades emergentes del medio en el que se desarrolla, entendiendo que la formación tiene un carácter individual, colectivo y cultural innegable.

      Necesidades económicas y conveniencias políticas

      Los sectores económicos, para aumentar su productividad y poder hacer frente a la competencia, necesitan estar actualizados en cuanto a la innovación tecnológica. Por ello, las empresas utilizan la tecnología para diseñar y fabricar nuevos productos. La mayoría de las empresas grandes disponen de un departamento de investigación para diseñarlos y producirlos, teniendo muy presente la viabilidad, el lanzamiento al mercado, el proceso de producción, la planificación y el control de producción y calidad del producto, todo orientado a su beneficio económico.

      El factor político tiende a estimular la investigación, la innovación tecnológica y el desarrollo, ya que esta constituye un cimiento básico en la economía de cualquier país. En este sentido, al ser la tecnología una sección estratégica de gran importancia en el progreso industrial, los gobiernos destinan cada vez mayor parte de su presupuesto en investigación y adelanto tecnológico; además, el sector armamentista también está sustentado en nuevos avances tecnológicos y científicos que hacen más eficaces sus productos. Ahora bien, ¿esto significa que las nuevas tecnologías podrán impedir la presencia de más criminales en las calles y con ello el número de víctimas por causa de tiroteos? Pues no. Pues si bien es cierto, una de las características a resaltar de la tecnología es la facilidad con la cual se entrelazan los sistemas, por consiguiente, hay un constate flujo de información, de carácter económico, político y judicial. Este mar de datos permite que las autoridades tengan a las personas indicadas de realizar actos encontrar de la ley perfilados, ahora bien, los sistemas de vigilancia como las cámaras de seguridad brindan la posibilidad de adelantarse a los acontecimientos, identificando situaciones problemas o altercados al orden público. Comunicarse con las entidades gubernamentales a cargo de la seguridad de los ciudadanos es más fácil y asequibles que épocas pasadas y conocer el prontuario de las armas de fuego garantiza su circulación de forma segura en las calles. Aunque dispongamos de la tecnología y no se construya tejido social, respeto y cultura tecnológica no existirá un bienestar social, político y educativo.

      ¿La sociedad está preparada para ir a la par de los avances de la tecnología y la ciencia?

      Una sociedad versada tiene un potencial de desarrollo muy alto. En la actualidad, los países son calificados por el índice de desarrollo humano (IDH), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); está formado por un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación y nivel de vida decoroso. Estos tres componentes definen la calidad de vida de las personas en una sociedad determinada. Sin embargo, en países subdesarrollados como Colombia o Venezuela, la armonía entre ciencia, tecnología y sociedad se ve afectada en su integralidad.

      Ilustración 1. La tecnología y la ciencia en la sociedad

      Fuente: Elaboración propia.

      La ilustración anterior muestra las entidades a nivel internacional y nacional relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico en Colombia, donde la educación es un pilar fundamental para este desarrollo. La Sociedad Internacional de Tecnología en Educación (ISTE) expresa ciertos estándares tanto para el docente como para el estudiante respecto al uso efectivo de la tecnología en las escuelas. Estos van desde acceder eficientemente a la información hasta producir, hasta ser agentes activos.

      Por otro lado, la delincuencia informática crece tan rápidamente como la misma tecnología. Es común escuchar a los padres de familia quejarse de que sus hijos pasan horas y horas chateando con su dispositivo electrónico en la casa, incluso usan el chat para comunicarse con sus padres y hermanos, aunque estén en el mismo lugar. Los paseos y salidas de campo perdieron su esencia cuando cada uno está entretenido en sus contactos. Paradójicamente, la tecnología, en vez de conectarnos, nos ha alejado. Son muchos los ejemplos que se pueden citar de este distanciamiento, producto del mal uso que se está haciendo de la tecnología.

      Frente a lo anterior, Turkle (2020) afirma que ahora buscamos formas de evitar la conversación. Nos escondemos los unos de los otros a pesar de estar constantemente interconectados. Por otra parte, Nobles et al. (2016) explican que a medida que las personas intercambian contenidos y realizan transacciones, la comunicación e interacción con familiares, amigos y conocidos alcanza un alto proceso de cambio. Es así como hoy día el teléfono móvil ocupa el primer lugar en la comunicación cotidiana, superando a


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