Aprendiendo de la transición. René Urueña
de: (1) el diplomado Historia, construcción de paz y posacuerdo en Colombia, implementado por la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, con el apoyo de la Concesión Pacífico Tres, la Unidad Nacional de Víctimas y las Secretarías de Educación de Manizales y Caldas108, y (2) el Programa Institucional de Paz de la Universidad del Valle, con iniciativas para fortalecer las acciones de la ARN en diferentes actividades que promueven y facilitan el paso a la vida civil de las personas en proceso de reincorporación radicadas en el Valle del Cauca109, y a través de la valiosa estrategia de prevención del reclutamiento “Mambrú no va a la guerra. Este es otro cuento”110.
Dimensión comunitaria
Una de las experiencias de acercamiento entre comunidades y excombatientes se llevó a cabo en Remedios, Antioquia, donde los participantes se unieron en acto de perdón durante los días 27 y 28 de enero del 2017 en la vereda El Carmen. En ese momento aún no se habían constituido los ETCR, pero se venían adelantando actividades de este tipo con la población cercana a este espacio. Esta clase de actividades son las que fortalecen el proceso de reintegración desde un enfoque holístico que toma en cuenta las diferentes dimensiones de este proceso.
El ETCR de Dabeiba realizó, en octubre del 2017, una jornada de Reconciliación y Paz, que fue apoyada por la Oficina del Alto Comisionado, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia, la Policía Nacional y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Según esta última entidad, la actividad constituyó una gran oportunidad para que cada uno de los participantes desde su posición relatara cómo sobreponerse al conflicto armado y para expresar su voluntad de construir la paz por medio de iniciativas que involucren a los exguerrilleros y a la comunidad, y que contribuyan a la reconciliación y a la reconstrucción del tejido social111.
Por último, la ARN continúa fortaleciendo las relaciones con la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares de Argentina (Conabip), a través de las bibliotecas comunitarias, fomentando así espacios de empoderamiento comunitario y de recepción de excombatientes en el territorio nacional, especialmente las que están ubicadas en entornos afectados por el conflicto armado, donde conviven personas en proceso de reintegración con sus núcleos familiares, víctimas y comunidad en situación de vulnerabilidad112.
A pesar de que durante la fase de reintegración se han adoptado medidas con enfoque comunitario, es evidente que aún resultan incipientes, y que no reflejan un esfuerzo equivalente al desarrollado en los otros componentes de la reintegración.
Alertas y recomendaciones al proceso de reintegración con las FARC en Colombia
Con base en los acápites anteriores, los autores consideran recomendable abordar la reintegración desde una perspectiva holística, porque permite mitigar los riesgos que surgen en el tránsito de los excombatientes a la vida civil. Es importante resaltar, de conformidad con lo dicho en este capítulo, que no existe una mirada holística consolidada de la reintegración en el Acuerdo de Paz, pero que se han adelantado esfuerzos en la implementación, empeños que tienen como consecuencia la aplicabilidad del concepto. Así pues, con la intención de contribuir desde la academia a facilitar la construcción de una paz estable y duradera, los autores presentarán unas alertas y recomendaciones generales —que no pretenden ser exhaustivas— al proceso de reintegración con las FARC.
Alertas
Uno de los problemas a los que se le debe prestar atención es al aumento de los fenómenos de discriminación y estigmatización de los excombatientes. Esto denota falencias en la aceptación de las audiencias y en la capacidad de los exguerrilleros de establecer interacción social y política113. De allí que, para hablar de una reintegración efectiva, las comunidades tengan un papel relevante en la construcción de una paz estable y duradera.
El proceso de reintegración de los excombatientes de las FARC a la sociedad colombiana es un proceso complejo que debe responder a un enfoque a largo plazo para que estos puedan retornar a la vida civil. En este sentido, los autores han identificado como un problema la falta de articulación entre los componentes económico, social, político y comunitario. Lo cierto es que las medidas de reintegración están siendo implementadas con cierto grado de independencia entre ellas, debido a la atomización y disgregación que tienen las medidas en el texto del Acuerdo Final.
Además, se ha identificado que el componente comunitario no tiene un desarrollo específico y directo. Así, solo a través de una lectura sistemática del Acuerdo, se pueden encontrar programas encaminados a permitir el encuentro directo entre excombatientes y comunidades. Sin embargo, se ha de resaltar que el componente comunitario tiene un contenido sensible, por cuanto se refiere a las comunidades que reciben a estos excombatientes, y que por tanto necesitan de un manejo y preparación especiales con el fin de permitir la reconciliación y la desestigmatización de los desmovilizados. Es por ello que se requiere un desarrollo especial para que los contextos y entornos donde sean acogidos los excombatientes cuenten con unos mínimos de garantías para su efectiva reintegración.
Por otra parte, es cierto que algunos sectores políticos han manifestado inconformidad porque las FARC tendrán beneficios producto del Acuerdo de Paz114, y que en últimas sus integrantes son los únicos beneficiados con la implementación de un proceso de reintegración. De esta forma parecería que se está premiando a los exguerrilleros, y eso está generando un sentimiento de injusticia en la sociedad115; la comunicación de las medidas de reintegración comunitaria contribuye a mitigar ese sentimiento generalizado de injusticia, porque se hace evidente que los beneficiados de un proceso de reintegración son todos los colombianos.
Los autores también han identificado que la falta de presupuesto económico para la materialización del andamiaje de programas proyectados hace que se dificulte la realización del componente social; por ello es importante el control y monitoreo de los recursos destinados a la reintegración.
Finalmente, consideran que se debe prestar atención a los tiempos de retraso en los componentes de reintegración, y que el uso del término reincorporación tal vez no sea el más adecuado para describir los procesos de incorporación de los excombatientes a la vida civil.
Recomendaciones generales
En el presente capítulo se ha señalado la relevancia de la perspectiva holística de la reintegración. Los autores han juzgado como indispensable implementar de manera articulada y teleológica las medidas económicas, sociales, políticas y comunitarias con enfoque dual, que reconozcan por igual a los excombatientes y a las audiencias receptoras.
Ahora, todas estas medidas que constituyen el proceso de reintegración, aunque son de distinta naturaleza, deben estar orientadas a la integración de los exguerrilleros en las comunidades receptoras, para así evitar el retorno de la violencia.
Además, el sector privado y empresarial debe transformarse en un aliado estratégico en este proceso reintegrador, y, por tanto, se deberían instaurar medidas directamente destinadas a incentivar el cumplimiento de su rol de apoyo. Su papel no puede limitarse de manera exclusiva a brindar oportunidades laborales para los excombatientes, sino que también deben iniciarse programas de responsabilidad social.
Por otra parte, la participación política de los exguerrilleros debe respetarse más allá del componente electoral; no se trata solamente de garantizar la creación de un partido y algunas plazas en el Congreso de la República. La reintegración debe estar inspirada en el principio democrático para permitirles a los desmovilizados tener incidencia en las decisiones públicas que los afecten en todos los niveles, nacional, regional y territorial. Esto no quiere decir que no deba prestarse atención a las medidas electorales, sino que el componente político es más amplio, lo cual es un factor rescatable en el Acuerdo con las FARC. Además, esta perspectiva ayuda a determinar si efectivamente han aceptado la legitimidad del Estado colombiano, y se consideran a sí mismos ciudadanos en una democracia participativa.
De igual manera, es fundamental adaptar los procesos de monitoreo y verificación que se aplicarán en el contexto colombiano por parte de la ARN y el CNR. Los indicadores deben responder