Epistemología de la salud. Roselia Arminda Rosales Flores
las propuestas para la resolución de los problemas de saludenfermedad, es necesario analizar primero las diferentes formas que a lo largo de la historia se han construido sobre esta noción, tanto desde el punto de vista de diversas disciplinas científicas como de sus distintas dimensiones o aspectos. Para aportar a esta necesidad constante de reflexionar la salud, este documento compila diferentes abordajes y sus implicaciones, realizados por especialistas que trabajan desde diferentes perspectivas y niveles de análisis de la salud.
Una de las primeras cuestiones que se plantea en este libro es la complejidad y la diversidad del concepto salud, tanto en su definición y comprensión como en las prácticas orientadas a conservarla y mejorarla. Convenimos en que la salud no se puede abordar desde un solo punto de vista, por ello se reúnen planteamientos desde distintos ámbitos y campos científicos, y se propone un abordaje desde la transdisciplinariedad y la complejidad, y no desde un solo punto de vista disciplinar, como sería a partir de la biología, la sociología, la psicología, por ejemplo, sino a partir de la comprensión conjunta de todas estas disciplinas para entregar un panorama de la salud humana que devele su complejidad.
Otra cuestión que se expone en esta obra son dos diferentes niveles de análisis de la salud-enfermedad como objeto problemático, estos son: a) el individual, que ante la diversidad biológica, requiere de nuevos planteamientos de la medicina en muchos ámbitos, particularmente el de la perspectiva de género; b) el comunitario, cuyas brechas expresadas en las diferencias en salud plantean retos y desafíos para los gobiernos.
Así se reconoce que hay diferentes disciplinas que estudian la salud o que pueden brindar aportes para su estudio, y que se deben tomar en cuenta sus marcos teóricos en la construcción del concepto; por ejemplo, en el nivel micro hay que considerar la genética, la genómica, la inmunología, la química, la biología; en el nivel intermedio las ciencias médicas y del comportamiento; y en el nivel macro las ciencias sociales y las humanidades. Para poder comprender la problemática desde una perspectiva amplia, no sólo es necesario exponer las nociones, los métodos y las prácticas propias de cada campo de conocimiento o disciplina, sino que se hace necesario establecer un diálogo que permita construir las bases de un pensamiento que dé soporte a una mirada integradora.
También se verá que la noción de salud se puede abordar desde su origen ontológico, epistemológico y metodológico. En las últimas décadas ha sido importante referirse a la epistemología de salud para develar su naturaleza histórica y social, tratar de desnaturalizar las enfermedades y la misma salud: no entenderla únicamente como una patología orgánica-biológica. Las aportaciones en este sentido, tienen diferentes puntos de referencia, pero siempre cuestionando la naturaleza de la salud y la enfermedad.
De ahí la necesidad de poner a dialogar algunas de las diferentes posturas que hay en torno de los supuestos de qué es «estar sano» y qué es «estar enfermo». La literatura especializada ha recogido las múltiples transformaciones de este concepto en la historia de lo que se ha considerado como salud-enfermedad. Estas transformaciones, se pueden entender y explicar como producto de los cambios estructurales que tienen lugar en la sociedad, o bien, como producto de los cambios tecnológicos y los hallazgos de las ciencias naturales y biológicas. Si se reconoce como producto del primer conjunto de cambios, entonces la salud-enfermedad será un constructo en constante transformación y que está relacionada con los procesos sociohistóricos. Si se atienden como el producto del segundo conjunto de transformaciones, entonces, será una idea ahistórica, atemporal y universal.
En los diferentes capítulos de esta obra se presentan las posturas teóricas y metodológicas de la mayoría de los abordajes que se han hecho en torno a la salud; es decir, se aborda la necesidad de construir y también deconstruir el concepto de salud, generando la posibilidad de que converjan todos los argumentos que han permitido la edificación de esta noción a lo largo de la historia; rompiendo con pensamientos que han dominado durante mucho tiempo la forma de entender y resolver los problemas de salud con la carga ideológica, política y económica que tiene.
Reconocer las diferentes formas de pensar la salud permite entender las lógicas que lo han construido, y sus implicaciones en la forma de resolver lo que en su momento se han considerado problemas de salud o problemas de enfermedad. Detenerse a reflexionar sobre ello es necesario porque, en la cotidianidad de la investigación y de la práctica, cada uno de los profesionistas está inmerso en el campo que le exige pensar a partir de los marcos que dominan el paradigma desde el cual busca resolver, comprender y explicar las condiciones y determinantes que mantienen y promueven la salud, que previenen y dan respuesta a los problemas de enfermedad. La tendencia actual a realizar acciones de salud eficientes, eficaces y efectivas hace que pensemos la salud en términos técnicos; sin embargo, vale la pena detenerse para pensar de nuevo qué es la salud. Y es necesario también volver a pensar qué se ha hecho y cómo se ha hecho, como tarea fundamental para deconstruir y volver a construir un concepto que permita explicar otros problemas y darle solución.
Los problemas actuales que se expresan en las brechas en salud, así como la emergencia de nuevos problemas que se agregan a los ya existentes, hace que plantear la noción de salud desde una mirada transdisciplinar y desde la complejidad sea una tarea contemporánea. Es así como surge esta propuesta con la intención de ir abonando al debate y discusión a partir de retomar, de manera sintética, los fundamentos conceptuales y metodológicos generados en diversos campos de conocimiento: salud pública, medicina social y salud colectiva, y la promoción de la salud, para reflexionar sobre ellos y comprender las fortalezas, limitaciones y alcances que aporta cada campo a la comprensión de la salud, aceptando que es una noción polisémica y ello le impone retos.
El primer reto, desde cada campo disciplinar, es demostrar la dimensión biológica y/o social de la salud-enfermedad. También es necesario establecer si se piensa de forma dicotómica, por un lado la salud y por otro la enfermedad, o bien, como dos momentos articulados que se expresan en un solo fenómeno; en este caso, es necesario definir qué peso tiene cada una de las dimensiones en su problematización y delimitación como objeto de estudio. Asimismo, algunas disciplinas han distinguido entre enfermedad, patología y malestar, y otras, entre salud, bienestar, normalidad y anormalidad. Estos conceptos responden a los niveles de análisis a los que las distintas aproximaciones dan preeminencia, de acuerdo con la naturaleza del objeto problemático y el marco teórico a partir del cual se problematiza. Conocer los significados que se les atribuyen permite dimensionar el carácter de complejidad del campo de la salud.
Otro reto es que las nuevas formas en la conceptualización de la salud y la enfermedad incorporen problemas que antes, por razones teóricas, no se integraban, y que reflexionen sobre el hecho de que anteriormente se estudiaban problemas que actualmente no lo son. Para ello se requiere construir un marco teórico-metodológico que permita delimitar el objeto de estudio.
Otro desafío es verificar que estas nuevas interpretaciones tengan un rigor científico, que brinden explicaciones a estos nuevos problemas, y que construyan propuestas novedosas para resolverlos. Para ello se requiere realizar investigaciones con marcos teóricos sólidos que permitan comprender las diversas expresiones de la salud-enfermedad, observadas a través de datos empíricos que expliquen la complejidad de estas problemáticas a través de las nuevas conceptualizaciones de la salud y la enfermedad.
Dadas estas nuevas y diversas formas de concebir la salud, se hace necesario que los profesionales tengan una formación transdisciplinaria, a través de la cual puedan enfrentar los retos descritos, tomando en cuenta en sus explicaciones las distintas aristas que se imbrican en aras de brindar soluciones a los problemas que las miradas disciplinares no alcanzan a resolver por sí solas, o bien, seleccionando la intervención convencional más adecuada según las condiciones particulares que se presentan; es decir, la formación transdisciplinaria debe valorar los conocimientos disciplinares buscando la complementariedad entre, a través y más allá de las disciplinas. De ahí que las universidades tengan un papel importante tanto en la formación de los recursos humanos como en la generación de conocimiento y la construcción de espacios que permitan el debate, el diálogo y el intercambio de los saberes desde los distintos enfoques teórico-metodológicos y las diversas experiencias concretas que dan cuenta de las nuevas formas de aproximación a los problemas de salud, y que desde la complejidad aborden los problemas sociales