Epistemología de la salud. Roselia Arminda Rosales Flores
En la formación de recursos humanos se deben reconocer las implicaciones que tienen las diferentes conceptualizaciones en las prácticas sociales para resolver los problemas de salud/enfermedad. Ello plantea un reto que no puede ser enfrentado sino a través de la interinstitucionalidad y de propuestas de formación innovadoras e integradoras.
Los desafíos y retos en la forma de conceptualizar la salud se enmarcan en la manera en que se construyen las verdades científicas que pueden explicarse a partir de lo que Kuhn llama «ciencia normal». Al resolver enigmas aceptados dentro de una cierta comunidad científica, las preguntas, teorías, métodos, técnicas, instrumentos que los científicos utilizan para ello, constituyen el paradigma que opera dentro de ésta. Se espera, por tanto, que la actividad científica que se realiza esté orientada de igual manera cuando se lleva a cabo el proceso de construcción de conocimiento.
Se debe considerar, por tanto, que una comunidad científica comparte un cierto paradigma, y que a partir de éste construye conocimiento científico, en el sentido de que contribuye a la resolución de enigmas y al planteamiento de nuevos, pero también al soporte del mismo paradigma al legitimar su validez y su pertinencia. Una comunidad científica, entonces, constituye un campo de conocimiento más o menos homogéneo.
En el campo de la salud confluyen diversos posicionamientos sobre un objeto de conocimiento, que a veces se concibe en su forma positiva (salud), en su forma negativa (enfermedad), o como una relación dialéctica de la condición humana (salud-enfermedad). Así, se elaboran preguntas problemáticas acerca de este objeto de estudio de naturaleza diversa: cómo se conserva, se promueve, se mejora o se recupera; cómo se previenen las enfermedades, cómo se curan. Si consideramos cada una de estas preguntas como un enigma, al analizar la manera en que, dentro del campo de la salud, se espera dar respuesta a ellas, observamos lo siguiente: a) no todas las preguntas son pertinentes para todas las comunidades científicas que se insertan en este campo, b) se plantean múltiples maneras de darles respuestas.
Un paradigma no necesariamente es mejor que otro, puede responder a preguntas que otro paradigma no puede porque no tiene ese alcance, o porque no constituyen enigmas de interés dentro del mismo. Dos paradigmas pueden dar explicaciones diversas al mismo problema, y ambas pueden ser satisfactorias dentro de un cierto ámbito, contexto o condición. Por ejemplo: la mecánica cuántica y la mecánica clásica. El hecho de que la primera pueda explicar fenómenos que no pueden ser explicados a partir de los planteamientos de la segunda, no implica que la mecánica clásica deje de ser válida, sino que tiene limitaciones para poder explicar los fenómenos en ciertos niveles de realidad; asimismo, la mecánica cuántica no puede utilizarse para explicar ciertos fenómenos que estudia la mecánica clásica. Dentro del campo de la salud encontramos una diversidad mayor de paradigmas que pueden complementarse para la resolución de enigmas, por ejemplo: la medicina clínica, la salud pública, la epidemiología, la medicina social y la salud colectiva, la promoción de la salud.
La diversidad en el abordaje del objeto de estudio viene dada por su carácter complejo, pues la salud puede comprenderse como una condición biológica o social, que afecta al cuerpo individual, a los grandes grupos humanos en su relación con el ambiente o con las formas de reproducirse socialmente. El abordaje disciplinar de este objeto de estudio permite dar respuesta a ciertos problemas, ya desde su dimensión biológica, ya desde su dimensión social. Sin embargo, el alcance que puede tener una disciplina por sí sola en este campo es limitado. Para poder ampliar la visión sobre el problema y plantear preguntas que apunten a distintos planos de análisis es necesario ir más allá de lo disciplinar. Ello no quiere decir que deban abandonarse los abordajes disciplinares, sino que es necesaria, además, la construcción de una mirada que vislumbre a la salud y la enfermedad desde un punto de vista que nos lleve más allá de lo que es capaz lo disciplinar, incluso que nos lleve más allá de lo que es reconocido como el campo de la salud.
El carácter que debe adquirir esta mirada no puede ser sino transdisciplinar. La transdisciplina nos coloca en los bordes de las disciplinas. No nos brinda un conocimiento profundo de cada una de ellas, porque no es lo que pretende. No persigue tampoco un conocimiento tan amplio que no opere en ninguna habilidad necesaria para llevar a cabo la práctica profesional. El abordaje transdisciplinar es uno que va desde la extensión a la comprensión y de la comprensión a la extensión, transita de un límite a otro y profundiza en lo que requiere la naturaleza del problema, más que en fijar una posición desde la cual mira la realidad y la problematiza a partir de un posicionamiento teórico específico.
Los diferentes campos de conocimiento que estudian la salud actualmente, surgen como una necesidad de abordar los problemas de salud entendidos como problemas sociales, más que como problemas individuales que tienen su origen en la biología y el comportamiento humano. La noción de determinantes de la salud, que la medicina social y la salud colectiva han desarrollado desde hace cuatro décadas, han contribuido a mirar la salud y la enfermedad desde una perspectiva crítica, totalizadora y compleja. El reconocimiento de este tipo de abordaje llevó a la conformación de la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2005. Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) lo incorpora en su fundamentación, y define en lo que llama elementos esenciales de la salud (disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad), aspectos que no son de carácter biológico, sino que tienen que ver con las condiciones materiales de vida, lo ético y lo cultural.
La salud atraviesa todos los aspectos de la vida humana, por ello, para comprenderla, hay que atender la diversidad de lo humano, saber qué es lo que la determina en mayor o menor medida, y cómo es que los distintos planos en los que opera su complejidad se relacionan y se expresan en el cuerpo, en la persona, los grupos, los colectivos, las comunidades.
En el sentido de lo anteriormente expuesto, se han sistematizado posicionamientos desde los distintos campos disciplinares, en diferentes dimensiones y niveles de análisis. El lector encontrará en los capítulos de esta obra los ejes más importantes que guían la conceptualización de la salud y la enfermedad desde diferentes campos científicos; las herramientas que permiten el intercambio de conocimientos y experiencias, las implicaciones en la forma en que se abordan los problemas, y las preguntas que se plantean desde cada paradigma y las posibles intervenciones para solucionarlos. Podrá encontrar en ellos las directrices que han guiado la construcción del conocimiento científico sobre salud, para explicarla y comprenderla, de tal manera que se pueda orientar prácticas para solucionar aquellos problemas que más nos preocupan como seres humanos.
Es así que se realiza la discusión sobre el carácter complejo y transdisciplinar en torno a la salud en su dimensión epistemológica, pero también en la práctica de la salud. Para ello ha sido necesario delimitar el campo de conocimiento, deshilvanando los alcances y limitaciones en la generación de conocimientos. Este proceso se puede simplificar para su descripción indicando primero cuál es el problema en relación a la salud; es decir, lo que interesa acerca del fenómeno de la salud, los problemas que la disciplina o el campo de conocimiento no resuelve y los que sí, los tópicos recurrentes sobre el objeto de estudio, y los conceptos centrales que han permitido modelar el objeto de estudio, en este caso, la salud. Los autores de este libro han revisado la literatura científica pertinente, lo que les permite entregar un documento con el objeto de estudio acotado, y sobre todo, reflexionar sobre el alcance y límites de la propuesta sobre el acercamiento teórico y metodológico que proponen. También contribuye a que nos familiaricemos con conceptos clave en relación con la aproximación que se ha elegido para analizar la noción de salud.
Es preciso señalar que todos estos procesos mencionados se adhieren, para cada caso, a un paradigma que asume el autor, el cual queda explícito en los supuestos teóricos que expone para explicar e interpretar el objeto de estudio. La lectura reflexiva permitirá concluir sobre las ventajas y desventajas que tiene cada paradigma.
A manera de síntesis, hay tres paradigmas sobre los cuales se reflexiona en este libro: (1) Positivista, en este paradigma se entiende, en términos generales, que la realidad es cuantificable o medible, y que el investigador/a se acerca a ella de manera objetiva. Busca establecer leyes, relaciones causa-efecto y predecir la realidad desde una lógica deductiva. (2) Post-positivista, también indica que la realidad es objetiva, pero asume