El reino suevo (411-585). Pablo C. Díaz Martínez
target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_b77b89c1-19c0-518d-8414-1e513bbeeb00">[104] F. G. Maier, Las transformaciones del mundo mediterráneo. Ss. iii-viii, Madrid, Siglo XXI, 1973, p. 126,
[105] L. Musset, Las invasiones. Las oleadas germánicas, cit., p. 200.
[106] W. Goffart, Barbarians and Romans A.D. 418-584. The Techniques of Accomodation, Princeton, University Press, 1980, pp. 103-126 (donde se estudia el caso casi inmediato de los godos en la Galia) y 206-230 (recapitulación y conclusiones). Id., Barbarian Tides. The Migration Age and the Later Roman Empire, Filadelfia, University of Pensylvania Press, 2006, pp. 119-186 («The “Techniques of Accomodation” Revisited»).
[107] Cfr. M. Cesa, «Hospitalitas o altre “techniques of accomodation”? A proposito di un libro recente», Archivo Storico Italiano 140 (1982), pp. 539-542. S. J. B. Barnish, «Taxation, Land and Barbarian Settlement in the Western Empire», Papers of the British School at Rome 54 (1986), pp. 170-195. Una revisión de las diferentes teorías en W. Liebeschuetz, «Cities, taxes and the accomodation of the Barbarians: The theories of Durliat and Goffart», en W. Pohl (ed.), Kingdoms of the Empire, cit., pp. 135-151.
[108] NDOcc. XLII, 42: 34, 35 y 44.
[109] Iord., Get. XLVIII, 250.
[110] Claud., Eutr. I, 379-382; Stil. I, 191-193.
[111] Hydat. 41: «Barbari ad pacem ineundam domino miserante conuersi».
[112] Oros. VII, 43, 14.
[113] Oros. VII, 41, 7.
[114] M. E. Gil Egea, «Barbari ad pacem incundam conversi en el año 411 en Hispania», cit., p. 76.
[115] Oros. VII, 41, 2.
[116] Oros. VII, 41, 4-5.
[117] Consen., Ep. 11, 12, 2.
[118] W. H. C. Frend, «A new eyewitness of the barbarian impact on Spain, 409-411», cit., pp. 338-341.
[119] R. Járrega Domínguez, «Fortificaciones y hechos bélicos en el este de la Tarraconense durante los siglos IV y V», en L. A. García Moreno y S. Rascón Marqués (eds.), Guerra y rebelión en la Antigüedad tardía/El siglo VIII en España y su contexto mediterráneo, Alcalá de Henares, Ayuntamiento, 2005, pp. 31-46.
[120] Oros. VII, 40, 10.
[121] Hydat. 41.
[122] Así parece ser utilizado por Próspero de Aquitania en relación con el acuerdo de Constancio y Valia en el 418. Cfr. Prosp. 1271: «Constantinus patricius pacem firmat cum Walia date ei ad inhabitandum secunda Aquitanica». Aunque T. S. Burns, The Barbarians within the Gates of Rome. A Study of Roman Military Policy and the Barbarians, ca. 375-425 A.D., Bloomington-Indianapolis, Indiana University Press, 1994, p. 271, insiste sobre la ambigüedad de las fuentes latinas.
[123] Véase W. Goffart, Barbarians and Romans A.D. 418-584, cit., pp. 40-55 y 83.
[124] M. Torres López et al., España visigoda (414-711 de J.C.), cit., pp. 144-146.
[125] F. Dahn, Storie delle origini dei popoli Germanici e Romanici, vol. 2, Milán, Società Editrice Libraria, 1912, p. 77, quien resume de alguna manera toda la tradición germana e influye a su vez en buena parte de la historiografía posterior.
[126] L. Schmidt, Geschichte der deutschen Stämme bis zum Ausgang der Völkerwanderung. Die Westgermanen [1915], Múnich, C.H. Beck, ³1970, p. 206.
[127] P. Courcelle, Histoire littéraire des grandes invasions germaniques, cit., p. 103.
[128] W. Reinhardt, Historia general del reino hispánico de los suevos, cit., p. 35. Más adelante (p. 65) dice que tal vez pudieran recibir dos tercios, «como lo hicieron los visigodos».
[129] C. Torres Rodríguez, El reino de los suevos, cit., pp. 48-50 y 270, aunque precisa que este reparto concreto y preciso sólo tendría lugar en el entorno de Braga, mientras en otras zonas se producirían concesiones de tierras a aristócratas suevos, en un régimen semejante al feudal, y que áreas más apartadas estarían sometidas a tributación o requisas.
[130] Cfr. E. Levy, West Roman Law: The Law of Property, Filadelfia, American Philosophical Society, 1951, pp. 84-96.
[131] Especialmente la ley del 398 sobre la hospitalitas (CTh VII, 8, 5), el mismo criterio que en la Edad Media habría llevado al anónimo autor del Cronicón Iriense a creer que la población local se quedó con un tercio y godos y suevos con los dos tercios restantes («Sed placuit Deo et tandem in concordiam peruenerunt, quod indigenis terciam partem terre relinquerent et duas partes gothi atque sueui posiderent»). Cfr. M. R. García Álvarez, El cronicón iriense: estudio preliminar, edición crítica y notas históricas, Madrid, Imprenta y Editorial Maestre, 1963, pp. 105 y 127.
[132] A. Tranoy, Hydace. Chronique. I., cit, pp. 36-38.
[133] Como cree X. Barral i Altet, La circulation des monnaies suèves et visigothiques, cit., pp. 51-53. Igualmente H. V. Livermore, «The coinage of the Suevic period», Nvmmvs (2.ª serie) 12-13 (1989-1990), p. 42. M. Gomes Marques, A moeda peninsular na idade das trevas, cit., p. 112, considera sin embargo que en el mejor de los casos la emisión conmemoraría la buenas relaciones con el Imperio en el 452/453.
[134] E. A. Thompson, «The End of Roman Spain I», cit., pp. 22 y 28.
[135] E. A. Thompson, «Britonia», en M. W. Barley y R. P. C. Hanson (eds.), Christianity in Britain 300-700, Leicester, University Press, 1968, p. 201.