La traición en la historia de España. Bruno Padín Portela
target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_63c5049c-44d3-5944-bf35-ff16a98d14c8">[4] Ibid., p. 13.
[5] Ibid., p. 86.
[6] P. D. King, Derecho y sociedad en el reino visigodo, Madrid, Alianza, 1981, p. 61. Anota King que la noción de alta traición no tenía precedentes en la sociedad germánica.
[7] Lex Visigothorum (L. V.) II, 1, 7: De fidelitate novis principibus reddenda et pena huius transgressionis.
[8] P. D. King, Derecho y sociedad, p. 62.
[9] J. de Mariana, Historia, vol. 1, p. 299.
[10] Ibid., p. 299.
[11] Ibid., p. 300.
[12] Así, dice que «los vicios principalmente, y la deshonestidad, los tenían de todo punto estragados y el castigo de Dios los hizo despeñar en desgracias tan grandes», ibid., p. 305.
[13] L. A. García Moreno, El fin del reino visigodo de Toledo, Madrid, Universidad Autónoma, 1975, pp. 22-29.
[14] Algunos ejemplos que explican la «pérdida de España» como un Iudicium Dei: Rot., 7, «Y como abandonaron al Señor, para no servirle en justicia y verdad, fueron abandonados por el Señor»; Ad Seb., 7, «aplastados por la mole de los pecados de los obispos y de los suyos propios», J. Gil Fernández, J. L. Moralejo y J. I. Ruiz de la Peña Solar (eds.), Crónicas Asturianas, Oviedo, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1986. Naj., I, 211, «Y por que abandonaron al Señor para no servirle en justicia y en verdad, abandonados fueron de Dios para que no vivieran en una tierra deseable», J. A. Estévez Sola (ed.), Crónica Najerense, Madrid, Akal, 2003. Sil., 15, «Ciertamente, la mano del Señor se había desviado de España por la inveterada malicia de sus reyes, a fin de que no la protegiese al tiempo de esta ruina», M. Gómez-Moreno (ed.), Introducción a la historia silense, Madrid, 1921.
[15] Afirmaba el toledano que «por los pecados de Witiza y del postrer Rodrigo y de otros reyes anteriores […] estalló la ira de Dios y apartó de la presencia de su Majestad a la gloria de los godos», R. Jiménez de Rada, Historia de los hechos de España, J. Fernández Valverde (ed.), Madrid, Alianza, 1989, III, XII.
[16] G. Pasamar, Apologia and Criticism. Historians and the History of Spain, 1500-2000, Bern, Peter Lang, 2010, pp. 71-77.
[17] M. Lafuente, Historia, vol. 1, p. 540.
[18] P. de Corral, Crónica del Rey don Rodrigo, J. D. Fogelquist (ed.), Madrid, Castalia, 2001, p. 54.
[19] Dice la Silense: «violada hija, que el rey Rodrigo le había tomado arteramente, no para esposa, sino, porque le parecía bella, para concubina», Sil., 14.
[20] M. Lafuente, Historia, vol. 1, p. 541.
[21] M. de Luna, Historia verdadera del rey don Rodrigo, L. F. Bernabé Pons (ed.), Granada, Universidad de Granada, 2001, p. XXXVIII.
[22] F. Márquez Villanueva, El problema morisco desde otras laderas, Madrid, Proudhufi, 1991, p. 51.
[23] Caro Baroja considera a Luna inferior, como ficción, a Pedro de Corral, véase Falsificaciones de la Historia (en relación con la de España), Barcelona, Círculo de Lectores, 1991, p. 126; Ramón Menéndez Pidal lo definió como un «pedestre inventor sin inventiva», El rey Rodrigo en la literatura, Madrid, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1924, p. 128.
[24] A. Fernández Guerra, E. de Hinojosa y J. de Dios de la Rada y Delgado, Historia de España desde la invasión de los pueblos germánicos hasta la caída de la monarquía visigoda, en A. Cánovas del Castillo (dir.), Historia general de España, vol. 2, Madrid, El Progreso Editorial, 1891, p. 170.
[25] Ibid., p. 190.
[26] R. Menéndez Pidal, Introducción a R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, España visigoda, vol. 3, Madrid, Espasa-Calpe, 1963, p. LII.
[27] J. Álvarez Junco y G. de la Fuente Monge, «Novatores e ilustrados», en J. Álvarez Junco (coord.), Las historias de España. Visiones del pasado y construcción de identidad, Crítica-Marcial Pons, Barcelona, 2013, p. 173.
[28] M. Torres López, «Las invasiones y los reinos germánicos de España (Años 409-711)», en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, España visigoda, vol. 3, p. 134.
[29] En torno al nacimiento y la evolución de los pasajes histórico-narrativos sobre el conde don Julián véase J. M. Martín Morán, Semiótica de una traición recuperada: génesis poética de «Reivindicación del conde don Julián», Barcelona, Anthropos, 1992.
[30] E. Manzano Moreno, «Las fuentes árabes sobre la conquista de al-Andalus: una nueva interpretación», Hispania 202 (1999), p. 391; L. A. García Moreno, «De Witiza a Rodrigo. Las fuentes literarias», Zona arqueológica, vol. 15, 1 (2011), p. 15.
[31] Sobre los mitos relativos a lo sucedido en el 711, se ofrecen datos de interés en el libro de P. Grieve, The Eve of Spain: Myths of Origins in the History of Christian, Muslim, and Jewish Conflict, Baltimore, John Hopkins University Press, 2009, p. 50 y ss.
[32] Ibn Abd al-Hakam, Conquista del África del norte y de España, E. Vidal Beltrán (ed.), Valencia, Anubar, 1966, p. 42.
[33] R. Menéndez Pidal, Floresta de leyendas heroicas españolas: Rodrigo el último godo, vol. 1, Madrid, España-Calpe, 1942, p. XLIX.
[34] R. Menéndez Pidal, El rey Rodrigo en la literatura, p. 36.
[35] Ibid., p. 45.