Genera cambios y construye tu éxito. Fernando Hernández Avilés
trabajaba me había dado todo lo que tenía y una seguridad económica de la cual me costaba mucho desprenderme. La idea de irme me daba miedo, me paralizaba el simple hecho de pensarlo. Me sentía fracasado pero, al mismo tiempo, no sabía qué cambiar, por dónde empezar. Me preguntaba si estaba bien aventurarme a una transformación laboral tan drástica en esa etapa de mi vida. Nadie nos enseña cuál es el momento justo para realizar cambios. Tampoco todos los que nos rodean quieren acompañarnos en el proceso y eso genera malestar y sufrimiento. Muchos sabotearon mi decisión pero seguí adelante con lo que deseaba. Aposté a mi vocación de ser docente y no me equivoqué. Hoy puedo decir que he podido dar vuelta mi situación laboral haciendo algo diferente, que me gusta y tiene que ver conmigo y con mis intereses”.
Juan Carlos, profesor universitario.
EJERCITO
EL CAMBIO
Todo pensamiento y deseo de cambio o realización requiere disciplina, constancia y persis tencia pero, sobre todo, acción y práctica. El primer ejercicio que te propongo realizar, siempre que desees emprender algo nuevo, es el siguiente:
1. Plan visual para comenzar el cambio:
a. En una hoja de papel, escribe en la parte superior la meta u objetivo.
b. Dibuja una línea horizontal de extremo a extremo. En un extremo escribe la fecha de inicio del plan y, en el otro, la fecha en la que cumplirás la meta.
c. Arriba de la línea escribe tres acciones reales a realizar, que te puedas comprometer a hacer para alcanzar tu meta.
d. Debajo de la línea escribe tres herramientas, recursos, personas o apoyos que necesitas para lograr la meta.
e. Conforme avances con la lectura de este libro, realiza nuevas anotaciones, añade más acciones, recursos y fechas intermedias para evaluar tu avance.
Con este plan le das a tu cerebro la capacidad de procesar y tener la información necesaria, clara y visible para ayudarte a lograrlo, y les brindas a tus emociones y sen timientos una certeza de realización.
“Un viaje de miles de kilómetros debe comenzar por un solo paso”.
Lao Tsé
Hasta el castillo más alto inició con una piedra al ras del piso. Todos los proyectos, aún los más grandes, tuvieron un inicio sencillo. Uno de los retos más importantes al emprender un camino nuevo es aprender a disciplinarnos y concentrarnos en el aquí y ahora. Tenemos que aprender a enfocarnos en cada uno de los pasos hasta llegar al último. Para rebasar la meta necesitamos arrancar desde la salida, sin desesperamos, sin pretender atajos, sin quedarnos paralizados ante la magnitud de un objetivo. Siempre será más fácil si nos concentramos en la acción que nos demanda el presente.
KIT
ESENCIAL
1 Al principio, podrás pensar que no existe una razón lógica para cambiar.
2 Cada paso que des, fuera de lo que conoces ahora, incrementará tu energía hacia el cambio.
3 El miedo te señala cuándo te acercas al cambio. Úsalo para enfocarte y avanzar con determinación.
4 Hazte de información real y útil. Esta será tu herramienta para dar pasos concretos.
5 Consejo: muchas veces le tenemos miedo a lo que podría pasar.
Enfoca tus emociones y respuestas en lo que está pasando realmente.
USO MIS
RECURsOS
Determina. Cada paso que des para cambiar o lograr tus objetivos, debes darlo determinado: con decisión, disciplina y dirección. Tienes que entrenarte para ser fuerte y mantenerte en el camino, aun ante comentarios contrarios a tus ideas o situaciones adversas. Nútrete de información útil, ten un plan claro y realizable que requiera pasos concretos y utiliza los recursos que tengas a mano para lograrlo. Visualiza y prepara tu recorrido como si fuera una carrera de resistencia y no de velocidad.
EL
ORIGEN
DEL
MIEDO
A partir del valor y del juicio que les damos a nuestras experiencias pasadas y expectativas futuras, decidimos si nos arriesgamos al cambio o si nos quedamos tal como estamos.
Entonces nos cuestionamos: “¿Cómo dejar una relación de pareja en la que he invertido muchos años?” “¿Cómo cambio de carrera universitaria, si la gente que me rodea está esperando que sea médico?” “¿Para qué anotarme en nuevos cursos de capacitación, si la práctica lo enseña todo?” “¿Para qué asumir más responsabilidades laborales, si con lo que gano hoy es suficiente?”, “si toda la vida he sido así, ¿por qué tendría que cambiar ahora?”.
Preguntas como las anteriores empiezan a formar parte de nuestro discurso y le dan forma a nuestra resistencia al cambio, ya sea por el valor y el esfuerzo depositado en nuestras metas logradas, por el mal sabor de boca después de algunos intentos, o porque no queremos abandonar nuestra zona de confort. Incluso, el costo del cambio puede parecer demasiado alto y nos puede hacer pensar que no podremos con ello. Entonces empezamos a normalizar nuestra resistencia, a no querer experimentar situaciones nuevas para mantenernos seguros, cómodos o estables.
De esta manera, reforzamos la idea de que el cambio realmente puede resultar contrario a nuestro desarrollo. Imaginamos que puede ser una mala jugada y así comenzamos a tenerle miedo, perdiendo de vista el natural proceso evolutivo de aprendizaje que, desde niños, desarrolla mos a partir de los cambios permanentes.
Como mecanismo de defensa, nuestro miedo nos ayuda a que busquemos las formas más seguras de llegar a nuestros anhelos, para que podamos responder adecuadamente ante lo que está sucediendo. También busca mantenernos a salvo y, por tal razón, en un primer momento nos impulsa a huir o a evitar situaciones desagradables o que nos puedan hacer daño, nos dejen expuestos o nos puedan lastimar emocionalmente.
Podemos decir que el miedo toma fuerza ante la falta de información o certeza, ya que nos sentimos más seguros, tranquilos y conscientes cuando sabemos cómo funcionan los procesos y qué impacto pueden tener en nosotros. Por eso, lo que no conocemos y no controlamos activa nuestras defensas. Pero tenemos que darle su justo lugar y dimensión a nuestros temores.
Recordemos que no estamos hechos para resistir los cambios sino para reinventarnos ante la oportunidad y rehacernos ante el desafío.
EL
FACTOR
SORPRESA
Lo más importante respecto al cambio es cómo hacerlo parte de nosotros. Aun cuando las transformaciones sucedan de pronto, sin que lo deseáramos o quisiéramos, debemos entrenarnos para asimilar, aceptar y adoptar el cambio en nuestra vida.
En muchas circunstancias es muy probable que nos encontremos, de repente y sin aviso previo, en medio de cambios, ajustes, pérdidas o situaciones que no esperábamos. El cambio nos toma por sorpresa y, de un momento a otro, tenemos que afrontar una nueva situación.
Ya sea la pérdida de un ser querido, un padecimiento de salud, un gasto inesperado y no presupuestado o incluso terminar una relación laboral que se mostraba sólida y en buenos términos y que, de pronto, nos lleva a la oportunidad de iniciar la búsqueda de un nuevo empleo. Los cambios que nos toman por sorpresa, contrario a lo que pensamos, son constantes y se presentan en el momento menos esperado, situándonos en una nueva etapa de vida que, aunque la conociéramos, no imaginábamos que nos pasaría a nosotros. Pregúntate, entonces, ¿qué cambios te han tomado por sorpresa a lo largo de tu vida?
Acercarse a esta nueva realidad, aceptar que las condiciones son diferentes y adaptar nuestros recursos, experiencias e