Descubre a tu ángel personal. Rubén Zamora

Descubre a tu ángel personal - Rubén Zamora


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los textos bíblicos se le confunde fácilmente con Jehová, ya que su nombre en hebreo significa «él como Eli (él como Dios)», cosa que sucede con otras entidades celestiales, ya que el sufijo «el» significa Luz, y por ende es una clara referencia a lo que nosotros conocemos como Dios, una palabra que proviene del griego y que quiere decir «Zeus», o «buena luz».

      San Miguel Arcángel.

      Etimologías y semánticas aparte, Miguel, el de la espada de fuego, es un valiente y feroz guerrero que cumple las órdenes difíciles del creador, pero a la vez es un ángel misericordioso que se preocupa por el bienestar de los hombres y por su ascenso a la divinidad. Miguel ayuda a todo aquel que se ayuda a sí mismo, y, por supuesto, también se encarga de llevar los mensajes de Dios a los hombres que se encargarán de decidir tal o cual situación que afecte a un cierto número de personas. Por tanto, tampoco es el ángel custodio de una sola persona.

      Gabriel Arcángel

      O gobernador de luz, se encarga de transmitir los mensajes místicos de Dios a los profetas. Gabriel fue quien inspiró a Mahoma para que escribiera el Corán, quien avisó a la Virgen de la misión que le correspondía en la vida y quien comunica el deseo de Dios a todos aquellos que tienen una responsabilidad religiosa en el mundo.

      Pero no sólo inspira asuntos místicos, porque Gabriel también es el ángel del conocimiento, es decir, no es raro que inspire a los hombres en otras ramas del conocimiento humano.

      Gabriel es buen gobernador del mundo intelectual, y sólo en casos especiales se apresta a la batalla. Ama a los hombres porque los considera sus hijos, pero no le tiembla la mano en el momento de castigar una transgresión.

      Según la mitología semítica, Gabriel, además de ser un ángel oculto o un arcángel, también hace funciones de Serafín Comandante, es decir, toma parte activa en la propagación de la creación de las obras del Todopoderoso, lo que lo inhabilita de dedicarse a una sola y exclusiva persona.

      Gabriel Arcángel llevando un mensaje divino.

      Rafael Arcángel

      Así como Miguel infunde valor a los hombres, Gabriel les da conocimiento y Uriel los preserva de los demonios, Rafael se dedica a curar y a sanar el alma y el cuerpo de los humanos.

      Rafael, además, es un hábil y rápido mensajero que ayuda a la comunicación, la difusión y el arte. También inspira a médicos y curanderos, y es uno de los principales inspiradores en el campo de la investigación, sobre todo si esta se dedica al bien de la humanidad.

      Rafael Arcángel, sanador y proveedor.

      No tiene ni la fuerza ni el poder de sus hermanos, pero su rapidez y su capacidad de adaptación le convierten en un útil y hábil guerrero. Es un arcángel protector de toda la humanidad, pero no es el ángel personal y exclusivo de nadie.

      Ángeles

      Aunque solamos llamar genéricamente «ángeles» a todos los seres celestiales o de luz de la tradición judeocristiana, existe una hueste celestial que recibe la denominación específica de ángeles bien diferenciada del resto. Los ángeles son guerreros celestiales, miríadas de soldados que se agrupan en torno a los líderes, arcángeles y demás jerarcas divinas cuando son llamados a la batalla. Para los seres humanos esta orden celestial sería algo parecido a las hadas, pero raras veces se tiene contacto directo entre ambas partes, entre otras cosas, porque los ángeles no son demasiado comunicativos ni ostentan un buen carácter. A pesar de su talla, los ángeles son feroces y no suelen hacer migas con los seres inferiores. Generalmente van en grupos bastante tupidos. No es raro, por ejemplo, que diez mil ángeles vayan juntos a todas partes, y esta es otra de las razones que impide una relación fluida con los seres humanos.

      De cualquier forma y según la mitología semítica, estos pequeños soldados celestiales lucharían a muerte por nuestras almas si las vieran en verdadero peligro, de la misma manera que luchan a muerte con los enemigos de la jerarquía celestial, y pueden llevar y traer mensajes de las divinidades, hasta conceder favores y hacer milagros, acompañar y proteger, e incluso evitar y castigar, interferir y guiar, pero no son el ángel personal de nadie, pues están más al servicio de la jerarquía que de la humanidad.

      Pues bien, ninguno de los mencionados anteriormente son tu ángel personal, custodio o de la guarda, y si bien es cierto que viven y conviven con nosotros, y que muchos de ellos nos inspiran, guían y ayudan a lo largo de nuestra vida, incluso concediéndonos algún deseo o logrando para nosotros algún sorprendente miagro, no están siempre con nosotros y no siempre nos hacen caso respondiendo a nuestras peticiones, invocaciones y llamados.

      Tu ángel personal sí está siempre contigo, aunque muchas veces no le haga caso a esos caprichos que tú consideras necesidades.

      Tu ángel personal siempre te encamina hacia la luz.

      Lucifer

      ¿Qué son o quiénes son realmente los ángeles?

      A pesar de su gran poder,

      los seres de luz

      no se pueden defender

      de los débiles humanos.

      Una de las piedras de toque en el mundo de las creencias es la mala memoria acompañada de la ingenuidad y de la ignorancia. El que llega de nuevo no sabe y, por lo tanto, se le puede enseñar lo que sea, tanto de buena como de mala fe, para engañarlo o para transmitirle verdadero conocimiento, a sabiendas de que va a creer a pies juntillas lo que se le diga, sea verdad o sea mentira.

      Nos han enseñado que unos seres de luz son buenos y que otros son malos, aprovechándose de nuestra ignorancia, ingenuidad, mala memoria y buena fe, sin demostrarnos siquiera que los seres de luz son reales, que realmente existen, que de verdad son y están ahí. Simplemente nos lo cuentan y nosotros lo creemos.

      Por supuesto, también tenemos la capacidad de negar y de poner en duda lo que nos cuentan, de contar con nuestras propias experiencias, de leer y confrontar las diversas opiniones respecto a un tema, sea el que sea.

      Lucifer, por ejemplo, se parece mucho a Prometeo, por lo que para algunos puede pasar por héroe, mientras que para otros puede ser considerado como un villano. La mayoría, por supuesto, lo tiene como el gran enemigo, el gran traidor, el ángel caído, el ángel desobediente, el más malvado de la creación, quien, sin embargo, sirve a su Dios y se encarga del infierno y del trabajo sucio de su comandante, y que, para colmo, espera como el que más que su Dios se digne a verlo y lo perdone: “Una sola mirada de Dios basta para redimirlo”.

      Según la propia Biblia, la más popular en el mundo judeocristiano que corresponde a un tercio de la humanidad, Lucifer tarda en caer del todo, ya que si bien y en forma de serpiente da a Eva el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, aparece con Jehová en el Libro de Job departiendo y gozando cruelmente con la suerte del paciente santo, que no es tan paciente pero que sufre las ocurrencias de los dos seres divinos hasta el hartazgo.

      Jehová y Satanás (el que lleva al contraria), o Lucifer, deciden, según los textos bíblicos, sobre la suerte de la humanidad con alegre desenfado, de la misma manera en que los humanos decidimos sobre el destino de los seres vivos que consideramos inferiores, sin que nos sintamos crueles y malvados por ello, además de contar con la abierta anuencia del Señor que en su texto sagrado dice claramente que podemos hacer con los animales lo que más nos convenga, porque para eso los creó.

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