Contigo fui todo menos yo. Maritere Lee

       A mis queridos hijos Émilien y Gaspard, gracias por ser mi luz y mostrarme siempre el camino. El mayor regalo que me ha dado la vida es poder ser su mamá.

Introducción

       Bienvenidoal mundode los amores extraños

       Estilos deamoresextraños

       Elciclovicioso

       Es horade sanar

       —Parte uno—

       Es horade sanar

       —Parte dos—

       Es horade sanar

       —Parte tres—

       Mi proceso

       —de—

       transformación

Introducción

      En el año 2014 lancé mi primer libro: Una cita contigo misma, pero jamás me imaginé que iba a tener un gran impacto en mi consulta privada como psicoterapeuta. En este primer libro hay un capítulo, para ser específica, el Capítulo Once: Enamorada de un narcisista, que me trajo a un sinnúmero de víctimas a mi consulta pidiendo ayuda y diciéndome: «Maritere, leer este capítulo fue como si describieras lo que estoy viviendo».

      Fue ahí que me di cuenta que estamos viviendo una epidemia de amores tóxicos y narcisistas; esta última palabra cada día se vuelve más común en el mundo de la psicoterapia, ¿por qué? Porque este trastorno va en aumento y las víctimas del abuso narcisista quedan con terribles secuelas, algunas irreparables.

      En Una cita contigo misma, redacté una carta de amor narcisista a su víctima, que aprovecho y les comparto nuevamente:

       Bueno querida, este es el trato!

      Durante los primeros meses, si eres afortunada por un año entero, pretenderé que soy el hombre de tus sueños. Te daré todo lo que quieras y jamás hayas soñado. Te llenaré de atenciones y de bellas palabras, todo para que te preguntes si esto es demasiado bueno para ser cierto. Te inventaré promesas de matrimonio, hijos y una vida familiar de sueño. Puede que te las cumpla, puede que no, depende de qué tanto me sirvas para mis objetivos.

      En la cama, te llenaré de pasión y saciaré cada deseo que tengas, hasta los que no te imaginas, seré ese amante de película. Me ganaré a cada uno de los que te rodean, en poco tiempo todos te convencerán de que no hay nadie como yo, y que tú eres una persona suertuda y afortunada. Me encargaré de que todos te digan que te sacaste la lotería conmigo.

      Poco a poco, cuando note que dependes más de mí, que te has acostumbrado a tenerme en tu vida diaria, que me has idealizado como el hombre de tu vida y me hayas entregado tu corazón, ¡lo encerraré en una cárcel!

      Al principio, no te darás cuenta, todo comenzará con sutiles provocaciones. Olvidaré cosas a propósito, llegaré tarde, se me olvidarán las cosas que a ti te importan, te sabotearé tus grandes momentos con pataletas sentimentales, pero todavía no te atacaré de frente. Disfrutaré verte estallar y señalaré las veces que haces de histérica desquiciada. Si resultas más tonta y manipulable de lo que ya me pareces, lo aplicaré en público, sobre todo frente a tus seres queridos, para que te confirmen lo mal que estás y así dejes de frecuentarlos. ¡Nadie en este mundo te entenderá más que yo, el único que te soportará!

      Comenzarás a sentirte insegura de ti misma y así, cada día, necesitarás más de mi validación, de mis expresiones de cariño. ¿Y sabes qué? Te lo daré, pero no tan fácil. Con cada «te amo» vendrá un «pero». Con cada «te extraño, quiero verte» seguirá un «estoy ocupado, no puedo verte». Te mantendré ansiosa y confundida. Cada cosa buena que haga o diga, la anularé por ahí mismo con una conducta completamente contradictoria para que te sientas más y más perdida, y así quedes enganchada a este juego.

      Eventualmente seré más directo, atacaré tu manera de ser, de vestir, te acusaré de infiel, de poco confiable, de mala mujer. Criticaré tu manera de quererme, te haré sentir