Contigo fui todo menos yo. Maritere Lee
Una cita contigo misma, describo punto por punto cómo se puede detectar a estos criminales emocionales y cómo evaluar si se está siendo víctima del abuso narcisita.
A continuación les refresco:
Los narcisitas son como un Doctor Jekyll y Mr. Hide. Existen distintos tipos de narcisistas. Aunque todos comparten las siguientes características:
* Muchos poseen un gran encanto, pero solo en un nivel superficial: son las típicas personas con el complejo de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Cuando están expuestos en público son carismáticos, agradables, encantadores, alegres, coquetos, amables, educados, muchos son hasta «el alma de la fiesta», pero conforme los vas conociendo en profundidad son terroristas emocionales, agresivos, criticones, despiadados, burlones, llenos de ira, despectivos y explosivos.
* También existen lo que no son tan carísmaticos. A estos se les llaman los narcisistas encubiertos porque no sacan su veneno a la primera. En un principio se muestran humildes, sensibles, introvertidos, con un toque de intelectualidad y misterio seductor. Este tipo de narcisista puede pasar meses e inclusive mucho tiempo mostrando una linda fachada, para disociarse de repente en el momento menos esperado.
* Tienen un autoestima muy baja, que de una u otra forma disfrazan con actitud grandiosa y extraordinaria. Son exagerados y necesitan que se les celebre todo, y si no reciben dicha validación estallan de la frustración.
* Siempre andan en busca de estimulación: por algo son provocadores por excelencia. Tienen una necesidad excesiva de producir momentos melodramáticos, intensos y llenos de excitación, ya sea con experiencias positivas o negativas. Con ellos no hay puntos medios, todo se siente como una montaña rusa. Los altos son muy altos y los bajos son muy bajos.
* Son mentirosos patológicos: viven en un mundo de pantalla e idealizaciones. Por lo tanto, se ven obligados a mentir compulsivamente. Tapan una mentira con otra y cuando se les descubre tienden a responsabilizar a esa persona. Frases como: «si hice lo que hice, fue porque me llevaste a que lo hiciera», forman parte de su repertorio de excusas.
* Tienen falta de remordimiento o culpa: jamás esperes de ellos un verdadero arrepentimiento, y si lo hacen, es de manera teatral para lograr atraer a la víctima al mismo ciclo vicioso (piden perdón superficialmente sabiendo que van a volver a cometer el mismo crimen emocional). Esto se debe a su falta de empatía. Cuando comenten un error, son incapaces de ver su parte de responsabilidad en las cosas, siempre será culpa de los demás.
* Son emocionalmente superficiales: pueden cambiar muy rápido de un estado emocional a otro. Por ejemplo, después de una pelea se encuentran perfectamente animados y tranquilos, mientras que la víctima sufre cierta zozobra.
* Son esquivos: suelen cambiar de tema de conversación cuando no se trata de ellos, tienen una baja capacidad para responder directamente, todo lo desvían.
* Muestran pobre empatía: generalmente no logran conectar con lo que siente el otro, mucho menos con sus necesidades; «ponerse en los zapatos del otro» es algo que nunca verás en ellos.
* Tienen un exagerado sentido de derecho: son seres absolutos. No conocen de deber alguno, pero son expertos en exigir derechos. Cuando deben ser recíprocos y responsables, fallan porque perciben que están siendo utilizados o explotados. Son los primeros en indignarse cuando se les señala una mala conducta; son personas que están cien por ciento convencidas que sus necesidades y deseos están primero y por encima de cualquiera, inclusive por encima de los de sus hijos.
* Son posesivos y controladores: son acaparadores y consideran que todo el mundo, sobre todo los más cercanos, deben estar sujetos a su voluntad y no dudan en utilizar a las personas para sus objetivos.
* Son exagerados: los narcisistas embellecen o magnifican sus habilidades y sus logros, para ocultar sus imperfecciones, heridas y errores; pero, al mismo tiempo, minimizan y descalifican a los demás para poder sobresalir o tener siempre el poder.
* No corresponden: son incapaces de construir una relación basada en el compromiso y la reciprocidad. Todo lo ven con base en un ganar o perder, y su manera de vincularse es similar a la de un tirano y su esclavo. Se hace lo que quiere, cuando quiere, como quiere y solo es válido lo que siente, piensa y hace.
* Son tiranos e inquisidores emocionales: con ellos no hay manera de ganar. Te hacen sentir que no importa lo que hagas, dejes de hacer, digas o no digas, des o no des, nunca lo vas a hacer bien. No importa lo que hagas, no será sufiiciente. Para ellos, reconocerte es aceptar que vales y con ellos nunca se logra eso. Por otro lado, les encanta montarte la persecusión, acusándote de malo, infiel, mentiroso, inadecuado, estúpido, ignorante, etc.
* ¡Son provocadores seriales!: tienden a buscar víctimas que sean empáticas para dedicarse a explotar sus sentimientos y emociones a través de constantes provocaciones. Entre sus técnicas favoritas están la burla, llamarte por nombres, anularte, minimizarte, cuestionarte y la crítica violenta. Al principio, uno trata de evitar los conflictos con estos provocadores con tal de mantener la paz, pero es algo compulsivo en el narcisista, y persisitirá con mayor incisisión y maldad para lograr que estalles de la frustración y así jugarte la carta de la indignación, haciéndote sentir mal por haber estallado.
* Todos son infieles… ¡Todos!
Los narcisitas son así porque tienen un pobre desarrollo emocional y psicológico. Tal como leí una vez, un narcista tiene el desarrollo psicológico de un niño de dos años con un juguete: «Si lo veo… ya es mío. Si otra persona lo toca… es mío. Si otra persona lo quiere… es mío. Si el juguete se rompe… quédatelo, ya no me interesa».
Por esto, es tiempo de dejar claramente asentado que es imposible tener una relación saludable, comprometida, recíproca y real con un narcisista. No podemos construir una vida con una persona que ve el amor como un juego de ganar o perder. No podemos ser felices con alguien que necesita pisotearnos para sentirse valioso.
¿QUÉ NO SOPORTARÁ UN NARCISISTA DE TI?
* Que tengas seres queridos que estén presentes y se preocupen por ti.
* Que tengas paz y tranquilidad.
* Que seas congruente con lo que piensas, sientes, quieres y haces.
* Que tengas una buena conexión con tu intuición y tus sentidos.
* Que disfrutes de relaciones sanas de complicidad e intimidad.
* Que disfrutes de tus instintos y tu sexualidad.
* Que te redescubras y te conozcas cada día más.
* Que tengas logros y éxitos.
* Que te sientas cómodo en tu propia piel.
* Que escuches la verdad, que veas las cosas con claridad, como son.
* Que seas un ser creativo y carismático, que tengas motivación.
* Que alcances tu máximo potencial como ser humano.
* Y la lista continúa…
¿CÓMO SE SIENTEN LAS VÍCTIMAS DEL ABUSONARCISISTA?
En relaciones de este tipo, las personas terminan sintiéndose como un tapete, como el típico títere. Sientes que tu pareja controla tus pensamientos, tus actos y tus emociones, al punto que ya no te atreves ni a manifestarte porque todo es usado en tu contra. Esa es la clara descripción de la anulación.
Al narcisista lo tendrás que manejar siempre con pinzas. Te verás tratando de averiguar qué piensa, analizando tus pasos y moderando tus palabras, para evitar que se forme una guerra nuclear.
* Vives justificándote a ti y a las personas la relación que tienes con el narcisista. Te la pasas tapando y racionalizando las conductas y reacciones de tu pareja narcisista. Te da terror aceptar que estás en una relación donde te pasan por encima y violentan tus principios.
* Dentro de tus justificaciones, te autoconvences con excusas como: «pobrecito, es que es de tal forma conmigo porque tuvo una infancia difícil».
*