Leyden Ltd.. Luis Sagasti
al patio en medio de la nieve y la enterró en silencio. Con el tiempo olvidó lo que había escrito y en qué lugar la había enterrado. “Estuve cavando en el jardín durante años”.
40 “Tal vez sea lo único que hago, buscar esa nota”, dijo en su discurso de aceptación del premio Príncipe de Asturias.
41 La seriedad con que su amigo le había asegurado que no le tenía miedo a la oscuridad lo llenó de temor.
42 Como con la homogeneidad de la lluvia: veía más lógico que al mismo tiempo que caían gotas lloviera también chorros de agua o baldazos sin solución de continuidad.
43 De acuerdo con lo que creía su madre, hay una hora, unos pocos minutos en realidad, en mitad de la noche, donde los dos mundos se encuentran más cerca. Ese pequeño lapso es distinto para todos.
44 Su mujer había vuelto sorpresivamente de Edimburgo. Antes de abrir la puerta de la casa escuchó nítidamente el fraseo de un saxo. Entró creyendo que su marido estaba escuchando uno de sus discos de jazz, aunque la presencia tan clara del instrumento le llamaba la atención, como si hubiera comprado un equipo de música nuevo. La crisis no había pasado y no estaban para lujos. Cuando entró al living su mala cara se transfiguró. Era su marido quien tocaba maravillosamente. Nunca, en más de veintidós años juntos, le había dicho que sabía tocar, y además de ese modo. Nunca había tomado el saxo que dormía en un estuche perdido en el altillo.
45 Ni Buda ni Cristo conocieron el mar.
46 Sobre experiencias de absoluto durante el embarazo.
47 Su padre nunca quiso hablar de la guerra, aun cuando solo estuvo cumpliendo servicio en la retaguardia. Una sola vez dijo en la mesa y a título de nada: “Ustedes no saben lo que es un fusilamiento, no saben”, recuerda Wilkes.
48 Se iba a llamar Lester, como su abuelo, pero como al nacer los médicos no le aseguraban más de dos meses de vida, decidieron bautizarlo George.
49 “Cuando cumplí diez años nos despertaron muy temprano y nos dijeron que nos cambiáramos, que nos íbamos a Londres. Siempre habíamos soñado con ese viaje. Tanto para mí como para Roger Londres era solo una serie de fotos en blanco y negro. Estábamos en el cielo, enmudecidos. La noticia fue una abrupta sorpresa. Años después, me di cuenta de que nos habían robado lo mejor del viaje: la posibilidad de soñarlo, el deseo, lo previo, la planificación exagerada. Sencillamente no querían que nuestra ansiedad los perturbara. El olorcito de la garrapiñada haciéndose jamás es superado por la garrapiñada misma. Pero lo de Hyde Park, eso nunca se los pude perdonar” (Diario, mayo de 1974).
50 La madre recortaba avisos fúnebres de familiares y conocidos. Llegó a juntar más de treinta cuadernos.
51 Eton es el colegio más elitista del mundo. Fundado en 1440, solo dos escritores egresaron de allí (George Orwell y Ian Fleming) y ningún músico ni artista influyente. Igualmente no hay constancia de que sus padres hayan postulado a Wilkes para una de las becas que la institución ofrece anualmente.
52 Puede tratarse de una elegante excusa.
53 Entre 1945 y 1998 se detonaron dos mil cincuenta y tres bombas atómicas, a razón de una cada diez días. Cerca de mil cien fueron detonadas por Estados Unidos. Las explosiones en el desierto de Nevada eran visibles desde la ciudad de Las Vegas, que aprovechó la situación para promocionar el turismo en la década del cincuenta.
54 Fue la más grande explosión atómica de la historia. El hecho sucedió en la isla de Nueva Zembla en 1961. Debe su nombre a la gran campana del zar, la más grande del mundo (fabricada durante dos años desde 1735, tenía seis metros de altura, más de doscientas toneladas y nunca llegó a sonar).
55 Lee Merlin fue la más famosa de las Miss Atomic Bomb. Fue elegida en 1957; dos años después se perdió su rastro y nunca más se supo de ella.
56 La actriz Dorothy Gibson, al mes del hundimiento, protagoniza Saved from the Titanic donde se interpreta a sí misma (de hecho ella fue uno de los primeros pasajeros en tomar un bote salvavidas). Una vez estrenada la película abandonó el cine para siempre.
57 “Llegué a casa. Gracias por estos días maravillosos, amor”, escribió antes de matarse.
58 Ni Robinson ni Pryce dijeron saber nada al respecto.
59 Una de las bolitas con que jugaba su amigo era como de porcelana y tenía un círculo celeste apagado. A Wilkes le resultaba bellísima. “Es un ojo de vidrio de mi abuelo. Él me lo presta”, le dijo un día.
60 “Dios es un genio”.
61 La canción “Ironing Linens” revela la monstruosa normalidad de la familia de Jude, el hijo de una pareja amiga de sus padres, siempre impecable, peinado con raya marcada con regla, que pedía permiso para todo. Su madre planificaba hasta el orden del planchado, escuchó una vez decir. Jude murió ahogado a los doce años. Sus padres fueron a cenar a su casa un par de veces más. Ni alegres ni tristes. “Acaso en el cuerpo de ella se habían apropiado de modales más delicados, como si temiera romper algo”, escribió en su diario. “Es inútil planchar las sábanas”, dice el estribillo.
62 A la salida de misa pasaba por el puente que era el lugar donde cada tanto se suicidaba alguna persona. En la parte más alta dejaba enganchada una flor. Es por si se arrepintieron antes de llegar al río, decía ante la mirada reprobadora de muchos.
63 La mayoría de los grandes músicos del rock inglés ha concurrido a ellas. Principalmente fomentadas por la administración laborista, las escuelas de arte y diseño incentivaron a toda una generación, especialmente a los jóvenes de extracción obrera, a manifestar su descontento social a través del arte.
64 En otra parte anota: “Al mismo tiempo que se abre una puerta debe cerrarse otra. La labor de los porteros sociales es evitar esas grandes corrientes de aire que pueden llevarse todo puesto”.
65 Hasta que no cumplieron cuatro años, Hitler y Gandhi fueron la misma persona.
66 Para que nadie pudiera rezar por el descanso de su alma, el día que falleció Tolstoi las iglesias rusas no abrieron sus puertas.
67 En el entierro de Prokofiev solo hubo flores de papel. Murió el mismo día que Stalin y ya no quedaban flores disponibles en todo Rusia.
68 Día que sigue al aniversario del fallecimiento que suma uno más que los días vividos. Se cree que cuando la persona lleva más tiempo muerta que tiempo vivido ha abandonado definitivamente su contacto con este mundo, en consecuencia ya no se solicitan sus auxilios.
69 Después del entierro de Roger, su padre se puso a arreglar una silla. Su mujer encendió en silencio una vela antes de desmayarse.
CAPÍTULO TRES
LOS NIÑOS DEL SIGLO
1 No es sino por la afición al sistema decimal la razón por la cual se suele dividir por décadas los fenómenos culturales. No tiene mucho sentido hablar de los sesenta antes de 1963, por ejemplo. En Argentina los ochenta comienzan en el 83, del mismo modo que los noventa terminan en el 2001. Pero no deja de ser sintomático que en 1970 mueran Hendrix, Janis Joplin, se separen los Beatles y el hombre ya hubiera llegado a la luna seis meses antes.
2 El retiro de Elvis a Las Vegas y a las pantallas del cine por consejo de su manager, el oscurísimo coronel Parker, termina convirtiéndolo, según el discurso mítico del rock, en un verdadero deus otiosus. Ese Hacedor que, agotado luego de haber creado el cosmos, se retira del mundo